“Se divisaron ya los primeros ejemplares de ballenas en la zona de Península Valdés, lo cual para nosotros es siempre una buena noticia y un motivo de alegría”, sostuvo el ministro de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut, Leonardo Gaffet.
Las ballenas se vieron en cercanías de Punta Norte sin entrar aún a los golfos que le dan a Península Valdés la extraña forma de hongo que se dibuja en los mapas sobre el extremo noreste del Chubut, unida al continente por el istmo Carlos Ameghino.
La presencia de los primeros ejemplares de ballena franca austral merodeando la zona, donde cumplen el ciclo vital, refuerza una tendencia que se observa desde hace unos años marcada por el hecho de que cada vez llegan más temprano y se alejan más tarde.
El funcionario aclaró que “esto no significa que se esté ya en la temporada, porque para eso falta mucho, pero los primeros ejemplares ya están con nosotros”.
La apertura formal de la temporada de avistajes generalmente se realiza sobre mediados de junio.
Los ejemplares de la especie “Eubalaena australis” o ballena franca austral, que llegan a la región en esta época del año para cumplir el ciclo vital de reproducción y cuidado de los ballenatos configura un espectáculo asombroso que se repite todos los años con una población que ronda los 2.000 mamíferos cuando se producen los nacimientos.
Desde hace una década se observa la presencia de ejemplares hacia el norte y el sur de Península Valdés, abarcando gran parte de la costa atlántica chubutense sobre el extremo noreste de esta provincia, desde Playa Unión, a la altura de la desembocadura del río Chubut, hasta el golfo de San Matías, en el sudeste de la vecina provincia de Río Negro.
Investigaciones recientes probaron que las ballenas vuelven al mismo sitio porque tienen lo que en zoología se llama “filopatria”, es decir la tendencia a permanecer en el mismo territorio en que nacieron, o a volver al mismo para reproducirse.