Con 26 años, Matías Mihura, oriundo de Tandil, se encuentra trabajando en un campo de ese país; destacó las posibilidades de crecimiento, la menor carga impositiva y la previsibilidad para las inversiones
Buenos Aires, 7 de enero (PR/23) .- Antes de revelar su nombre, Matías Mihura (26) se ataja y, con una sonrisa que traspasa la pantalla, dice que hay gente que lo conoce solo como “Chule”, el diminutivo de “Chuleta”, que es el sobrenombre que lleva desde los tres años. En 2021, asesorado por un tío, este ingeniero agrónomo decidió dejar su Tandil natal por unos años para sumergirse en una aventura por Australia, donde trabaja en un campo agrícola. Allí se topó con el “éxito” de los productores agropecuarios de ese país.
Entre las cosas que más lo sorprendieron al llegar a Australia, dijo, está la alta adopción de tecnología de punta en los campos y la evolución que tienen los productores agropecuarios, que constantemente invierten en maquinaria agrícola.
El resultado del estrepitoso crecimiento, afirmó, es producto de la previsibilidad que tienen los agricultores en ese país. Además, para quienes están en relación de dependencia los sueldos suelen ser muy atractivos y un manager superar los US$120.000 anuales.
“Hace un par de años tenía ganas de hacer una experiencia de vida en Australia o Nueva Zelanda, para conocer, más allá de lo agronómico. A principios de este año me di cuenta de que me gustaba más la producción y decidí renunciar a la agronomía, una distribuidora de Nidera, y me di la oportunidad de hacerlo [el viaje]”, relató Mihura, que comenzó siendo “general farm hand” en un campo en Western Australia. Consiguió aprender el funcionamiento general de un campo agrícola. Las primeras tareas que hizo fueron como tractorista y tolvero.
El impulso que le dio Nicolás Mihura, su tío, que vive también en el oeste de Australia y que trabaja en un banco rural de ese país, le sirvió para tomar la decisión. “Los sueldos es lo que más me sorprendió para trabajos temporales: la mayoría cobra por hora entre 30 dólares australianos y 35 dólares, esto en dólares americanos es US$25 la hora”, indicó.
En el sudoeste de Western Australia, la zona donde trabaja, explicó, la mayoría de los productores tienen campos de aproximadamente 3000 hectáreas, que se van extendiendo conforme al crecimiento de cada productor. Su primera experiencia, en tanto, la tuvo en un campo de 10.000 hectáreas con maquinaria de gran porte. “Ellos acá tienen una sola campaña de cosecha en el año, pero es larga. Esto depende de la maquinaria y la cantidad de hectáreas, pero puede pasar que estén dos meses cosechando”, contó.
Este tiempo en Mannavale Holdings, el nombre de la empresa, a Mihura le sirvió para adaptarse a los cambios, familiarizarse con la maquinaria y a un equipo de trabajo netamente australiano. “Soy el único argentino. Cuando llegué tenían todos los cupos cubiertos, pero faltaba uno para el tractor. Hace un par de días terminamos la cosecha y me ofrecieron para volver a un puesto que está un escalón abajo del manager (rango medio)”, narró. Un farm manager, por ejemplo, gana entre 80.000 y 120.000 dólares australianos, que va dependiendo de la extensión del campo.
Durante la campaña de la siembra y cosecha, los trabajadores del campo tienen todas las comidas incluidas, por ende, el sueldo les queda libre. “Durante las campañas de siembra y cosecha podés ahorrarte US$5000 por mes, que se van directamente al bolsillo”, dijo.
La capacidad de ahorro la tienen también quienes aún pagan los gastos de alquiler y alimentación. “Eso me llamó la atención, porque a un trabajador rural en la Argentina le cuesta llegar a fin de mes y le cuesta crecer; acá todos tienen su auto, camionetas, a quien le gusta pescar tiene su lancha. En ese sentido se les hace muy fácil. En cuanto a ahorro en la temporada es increíble, porque te podés ahorrar hasta 1500 dólares por semana. Es incomparable para los sueldos de la Argentina”, indicó. El agrónomo hizo la salvedad de que en Australia “es más caro vivir”, pero el sueldo en dólares lo compensa sobradamente: “Es un abismo de diferencia”.
Las producciones que predominan en esa región son trigo. Además, se cosecha la cebada cervecera, forrajera, colza y lupino en menor escala.
Cómo es producir en Australia
Mihura relató que desde lo técnico no hay mucha diferencia en cuanto a la forma de producir entre un país y el otro. “La principal diferencia la ves en tecnología y maquinaria: ganan más plata e invierten mucho más”, amplió. Lo que Australia hace bien, dijo, responde a la baja carga impositiva del país.
“Acá, cuando querés comprar algo, los insumos, maquinarias es muy fácil. No pagan retenciones, pagan aproximadamente un 30% de las Ganancias una vez al año, el resto es ganancia. Con esto pueden invertir la mayor cantidad de dinero para que cada hectárea saque la mayor producción posible. En la Argentina, algunos de estos lotes, como son suelos ácidos, porque no llueve mucho, serían destinados a la ganadería o no se producirían directamente. Acá tienen la capacidad de producirlos y lo hacen, esa es la principal diferencia”, expresó.
La baja carga impositiva está atada a la capacidad de “ganar dinero” para poder invertirlo en el campo y ampliar la zona agrícola. “La Argentina tiene la capacidad de producir el doble, pero no tienen inversión para hacerlo. Eso está asociado a la carga impositiva, a la imposibilidad de importar insumos, etc. En la Argentina todo es más complicado: tenés 10 tipos de dólares distintos. No podés proyectar, porque no sabés cuánto te van a pagar por la soja, cuánto va a valer un kilo de carne, no podés tener un feedlot hoy en la Argentina, pero mañana sí; acá como ya tienen un plan, podés hacer una proyección para tener un crecimiento”, afirmó.
Por último, precisó que allá los productores trabajan con base a planes, metas, proyectos a futuro sin el temor a que cambien las reglas del juego. “Los dueños de los campos en Australia son, efectivamente, millonarios. Invierten, compran maquinaria, tienen fertilizadoras, reponen los nutrientes al suelo y pueden proyectar a varios años para mejorar la calidad de los suelos”, cerró.