En 2022 se cocinaron 314 unidades por habitante. Es el 5,16 % más respecto del año previo. ¿Es bueno o es malo?
Por Guillermo D. Rueda
Buenos Aires, 17 de febrero (PR/23) .- El consumo de huevos en la Argentina (que venía en alza) ratificó en 2022 este particular posicionamiento: ya es considerado el cuarto país en el mundo detrás de México, Japón y Colombia.
De acuerdo con los datos oficiales de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), el crecimiento respecto del año 2021 fue de 5,16 %. Otra referencia: en el año 2019 se consumieron 284; y hace 15 años sólo 129. Las cifras impresionan.
Así entonces, se concluye que los argentinos consumimos 314 unidades por cápita por año; es decir, poco menos de un huevo por día. Más allá de la estadística, la pregunta surge en forma natural: ¿Es bueno o es malo? La respuesta tiene aristas diferentes en relación a la perspectiva según se mire la cuestión, pero ninguna rompe la tendencia positiva.
“Es un reconocimiento a un trabajo incesante en los últimos 15 años para impulsar el crecimiento sostenido del consumo de un alimento clave, ya que están comprobados los beneficios para la salud humana”, dijo Javier César Prida, presidente de la Capia desde 2012.
“Además, se produce respetando todas las regulaciones y recomendaciones establecidas a nivel global, y siempre haciendo foco y cuidado en el medio ambiente. ¿La clave del crecimiento? Muchas campañas y una permanente difusión. La gente ha tomado conciencia de que se trata de una proteína animal versátil, de buena calidad, accesible y económica”, añadió Prida en avinews.com
En 2022, el mayor consumo fue acompañado por un crecimiento del 8,68 % (interanual) en la producción hasta llegar a las 15.291.599.080 unidades. Esto se explica en el incremento del número de aves en postura (del 8,46 %) respecto del último año para alcanzar los 51,6 millones de animales.
En el desglose, el 96,8 % del total de huevos (unos 14.603.500.000) fueron con destino al mercado interno. Por su parte, el restante 3,2 % (688.099.080 unidades) se exportó. Este dato no es menor: acá se produjo un aumento (interanual) del 17 % para más de 50 mercados internacionales que, aún hoy, permanecen activos. Los más demandantes son Japón, Alemania, Austria, Rusia, Cuba, Chile y Ecuador, así como asoman otros exóticos como Vietnam, Bangladesh, Mauritania, Mozambique y Botsuana.
Como una parte sustancial de la cadena avícola, en 2022 la industria consumió 1,5 millones de toneladas de maíz y unas 500.000 Tns. de soja. ¿Fuentes laborales? Unas 18.000 personas en forma directa y otras 12.000 de manera indirecta.
Yendo a lo nutricional, y otras cuestiones también relacionadas respecto de lo que ofrece otros de los productos de la mesa de los argentinos, Milva Bahntje, licenciada en Nutrición por la Universidad Católica Argentina de La Plata (MP 4973), dijo que existe una inequívoca relación con lo económico.
“Un kilo de asado, por ejemplo, cuesta alrededor de 1.900 pesos, cuando un maple de huevos (de 30 unidades) tiene un costo de $ 900. Así entonces, una porción de 100 gramos de carne nos saldría $ 190 y, tres huevos, $ 90”, calculó.
“La diferencia económica es sustancial y la realidad es que en 100 gramos de carne obtenemos, aproximadamente, 20 gramos de proteínas y en 3 huevos 18 gramos de proteínas, ambas de alto valor biológico; esto supone un ahorro. Si bien es un alimento muy distinto, aporta un buen consumo de proteínas. A su vez, un huevo en un revuelto se cocina en 3 minutos o, en un hervor, llevará unos minutos más, pero la cocción de la carne implica un tiempo superior que implica un gasto superior”, explicó.
La profesional bahiense también dijo que es creciente la tendencia de población vegetariana.
“Las personas que consumen huevo serían ovovegetarianas y, si suman lácteos, serían ovolactovegetarianas. Al no incorporar ninguna carne, comen tres huevos por día, y a veces más, ya que no reciben grasas saturadas del consumo cárnico, siempre teniendo en cuenta que lleven un plan alimentario variado de origen vegetal más huevos y sin consumir ultraprocesados que, aunque no sean de origen animal, pueden superar el consumo de grasas diarias recomendado”, aseguró.
“Finalmente, se trata de una alimentación más proteica con fines estéticos y/o deportivos. En este sentido, el huevo es muy versátil, ya que permite agregarlo en cualquier horario del día, en preparaciones dulces o saladas”, concluyó Bahntje.
Como se aprecia, y por donde se lo mire más allá del sector agropecuario, el huevo se constituye en algo más que una buena noticia en nuestro país. No es un detalle menor.
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Fuente: La Nueva