Buenos Aires, 2 agosto (PR/23) — Quienes defienden la regulación del cannabis con fines medicinales, industriales y recreacionales poseen varias arcas repletas de fundamentos y argumentaciones válidas para ser escuchados. Los detractores, también. Ante el actual escenario electoral argentino, ¿qué puede pasar con la industria 420 y qué postura tienen sus principales actores?

En toda política pública, una cosa es lograr consensos, y otra, mayorías. En el sistema republicano de pesos y contrapesos, podemos forzar la sanción de leyes obteniendo las mayorías necesarias para esa iniciativa puntual o podemos lograr consensos para la construcción de políticas públicas sólidas, duraderas y legitimadas. La coyuntura nacional, tanto a nivel social como político, pareciera que cada vez nos aleja más de los consensos y nos acerca, sin haber comprado boleto, a una política corporativista de negociaciones y alianzas circunstanciales en favor de réditos políticos inmediatos y en detrimento de las tan ansiadas políticas públicas de largo plazo. La incipiente industria del cannabis, que aflora con gran potencialidad social, ambiental, industrial y medicinal en varios países del mundo, con especial énfasis en las principales economías, no escapa a la coyuntura argentina y la sufre.

El principal enemigo del sector no es ideológico, ni religioso, ni la ciencia, ni el problema de las adicciones, ni el narcotráfico. El principal enemigo del cannabis, es la desinformación.

A 12 días de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias donde los partidos políticos y las alianzas se medirán internamente para elegir a sus candidatos, el cannabis no es parte de la agenda pública, ni de la del gobierno que supo llenar de titulares los medios de comunicación inflando números poco realistas y encabezando una desmedida euforia que envalentonó a algunos audaces a ensayar importantes inversiones en proyectos productivos que aún continúan huérfanos del amparo legal, ni tampoco la oposición se anima a poner sobre el tapete el tema, quizás, porque como en tantos otros temas, no tienen una postura formada.

En el año 2021 en vísperas de las elecciones intermedias, María Eugenia Vidal declaró que estaba en contra a la legalización del cannabis, y por aquel entonces Horacio Rodriguez Larreta acompañó la postura prohibicionista de Vidal, hoy, 2 años más tarde, el mayor inversor en cannabis en argentina hasta la fecha es el Gobierno de Jujuy a través de la empresa Cannava SE que fundó su gobernador Gerardo Morales, justamente, compañero de fórmula de Larreta.

Por el lado de Massa, que no volvió a expedirse sobre el tema desde que puso en marcha a la Agencia Regulatoria, la cuestión es aún más incierta. Recibió el tema Cannabis cuando al asumir en el Ministerio de Economía absorbió la cartera de producción que controlaba el ex ministro Matías Kulfas, quizás el mayor impulsor oficial del sector hasta la fecha, y puso en el cargo a su amigo y aliado político, José Ignacio “Vasco” De Mendiguren, que mucho no hace al respecto.

Como puntapié inicial de su gestión en materia de cannabis, Massa designó en enero pasado al flamante presidente de la Agencia Regulatoria – ARICCAME- Francisco Echarren, intendente de Castelli desde el 2011 y alfil de su espacio político, quien al asumir decía, ““A mí me convoca Sergio [Massa] porque quería al frente de la Agencia una persona resolutiva, pragmática, porque él tiene la idea de hacer un organismo que agilice la actividad económica”.  Sin embargo, esa designación, junto con el resto del directorio, fueron las últimas noticias oficiales que vieron la luz. Wado de Pedro, se  manifestó, en su momento, a favor.

Patricia Bullrich, la otra referente de la oposición con posibilidades de ser candidata a presidente y hasta de ganar las elecciones, también se ha manifestado públicamente en contra de la legalización de la marihuana, pero a su vez, su compañero de fórmula, Luis Petri, fue uno de los defensores de la 27.350 en su tratamiento en el congreso allá por 2017. Grabois por su lado está a favor de legalizar.

Javier Milei, enfrascado en sus principios liberales se manifestó en favor de la libertad, pero también aseguró que el Estado no puede emplear recursos en el desarrollo del sector. Por lo que NO podríamos esperar que el referente de la Libertad Avanza ponga el tema en su lista de prioridades

Al no abordar el tema del cannabis con seriedad terminamos recayendo en la ridícula pregunta, ¿está a favor de la marihuana? como si todo fuera lo mismo.

Distinto sería, ¿está usted de acuerdo con reglamentar el cultivo del cáñamo, el cual son las variedades del cannabis sin, o con bajas trazas del componente narcotizante, que sirve para la fitorremediación de los suelos y la rotación de cultivos aumentando su rinde entre un 10 y un 20%, que sirve para la reducción de la huella de carbono, para la salud humana y animal, para reemplazar los plásticos hidrocarburíferos por bioplástico de cáñamo, para el mejor aprovechamiento del agua en la industria textil, para reducir la tala indiscriminada de árboles nativos para la producción de celulosa, para elaborar medicamentos naturales y productos cosméticos saludables, que serviría como una novedosa herramienta de desarrollo para las economías regionales y pequeños productores, que sería una noble fuente de trabajo genuino y una nueva industria exportadora de bienes y servicios?

Claro está que ante esa pregunta todos se inclinarían por la positiva, pero nadie tiene el tiempo de hacerles esa pregunta y si tuvieran el tiempo de formularla, la respuesta seguramente sería, “no estoy tan metido en el tema, deberíamos estudiarlo”.

El problema se incrementa cuando el titular de la ARICCAME declara, que “si sale bien ésto, el cannabis recreacional será una realidad”, es realmente alarmante que quien no puede reglamentar ni poner en funcionamiento la herramienta legal que le otorgó el congreso sancionando la 27.669, hable de cannabis recreacional. Quiere volar antes de aprender a caminar.

Una cosa es el cáñamo y otra el cannabis, si, a pesar de que es todo de una misma familia, sus usos y aplicaciones distan mucho, pero mucho. El arte de la política es encontrar el mayor consenso posible en beneficio de las mayorías, y la pregunta sigue siendo: ¿serán nuestros dirigentes capaces de estar a la altura para hacer que Argentina no pierda, otra vez, una gran oportunidad de desarrollo?

Primicias Rurales

por José Pizarro

Director de Future Farm Hemp Argentina
Co Fundador de @nem.sin – Skincare con CBD