Buenos Aires, 17 agosto (PR/23) — Hace diez años lanzamos Valor Carne convencidos de que la información es estratégica para la mejora continua de la ganadería. Entendíamos que el dinamismo que registra la actividad, a pesar de las turbulencias del entorno macroeconómico, requería un instrumento de comunicación ágil que brindara en pocos minutos un panorama del mercado y los últimos adelantos tecnológicos, a fin de contribuir a la toma de decisiones de las empresas. Nuestro medio digital, que facilita el intercambio de experiencias entre los productores, surgió como respuesta a esta necesidad.
Hoy, cuando llevamos casi medio millar de ediciones de nuestro boletín digital, y de cara a un nuevo Gobierno, hacemos un racconto del quehacer que ha permitido sostener los precios de la hacienda, aumentar el stock y multiplicar las exportaciones a largo de la década. Una resiliencia alineada con el esfuerzo por modernizar la ganadería con nuevas tecnologías, innovación y compromiso, algo que semana a semana reflejamos en Valor Carne.
¿Cómo era el contexto hace diez años? El sector venía de la liquidación más importante de la historia, en 2008-2009 se perdió el 20% del stock de la mano de una sequía extrema y de la política sectorial adversa. A pesar de esta caída, a partir de 2013 el marco regulatorio siguió siendo complejo y pernicioso: pesos mínimos de faena, obligación de resguardar stocks de carne y participar en “baratas” para atender el consumo, ROEs, cuotas y derechos de exportación, y brecha cambiaria creciente, entre otros. No había antecedente de una política tan perjudicial sostenida férreamente durante tantos años.
En 2011-2015 el promedio anual de exportaciones fue de 200 mil tec, entre la mitad y la tercera parte de la media histórica. Ni siquiera figurábamos entre los diez principales exportadores de carne, no sólo nos superaban ganaderías como la uruguaya, sino que un año nos sobrepasó Nicaragua. Por todos estos problemas, en varios ejercicios se dejó de cumplir una fracción importante de la cuota Hilton.
El Norte tampoco se quedó atrás y especialistas del sector contaban a través de nuestras notas cómo ponían a punto la genética y las forrajeras para que los campos pudieran producir la carne que se consume en las grandes ciudades regionales. Los sorgos IMI que logran altos rendimientos en lotes enmalezados, fueron una de las innovaciones revolucionarias que contribuyeron a ampliar la frontera productiva para abastecer los mercados internos sin limitar los externos.
En diciembre de 2015, en un lapso de pocos días, se unificó y liberó el mercado cambiario, se eliminaron los derechos de exportación sobre las carnes y se suprimió todo el mecanismo regulatorio de las ventas al exterior.
Las exportaciones fueron tomando velocidad gradualmente de 230 mil tec en 2016 a 905 mil en 2020. Luego, con nuevas intervenciones oficiales, cayeron a 805 mil en 2021, para trepar nuevamente -con la habilitación de ciertas categorías de vacas- a 943 mil en los últimos 12 meses, o sea, quintuplicando los volúmenes embarcados.
¿Qué pasaba en el mundo? En 2013, China importaba unas 300 mil tec. y hoy compra diez veces más, además de haberse rehabilitado un mercado emblemático como EE.UU., entre otros de alto valor.
El dinamismo exportador, también impulsó un fuerte aumento de las inversiones en el sector. Más stock ganadero, modernización de frigoríficos, nuevas plantas procesadoras de carne, elaboradoras de vacunas, de semillas, un feedlot experimental de alta tecnología, la apertura del Mercado de Cañuelas, son algunos de los avances que llevaron a contar con más personal, más horas trabajadas y más conocimiento generado a nivel local.
La búsqueda de sustentabilidad se dio tanto en el campo como en la industria. Ya en 2016, un ganadero de Carlos Tejedor integró la producción de maíz, carne y bioenergía, en su establecimiento de 256 ha. Como protagonista de una de nuestras ediciones contó que “pasó de un círculo vicioso, donde quitábamos nutrientes con la agricultura y contaminábamos con la ganadería, a un círculo virtuoso en el que los desechos se transforman en fertilizantes que generan más comida y en electricidad para la gente de la ciudad”.
Con respecto a los procesadores, un frigorífico de capitales nacional -mediante un convenio con el INTA e INTI- midió la huella ambiental de la carne desde la producción del novillo en campos de Santiago del Estero hasta la llegada a los mayoristas en Europa y EE.UU, que están comenzando a exigir esos datos. Actualmente, esta experiencia, que tiene pocos antecedentes en la industria cárnica internacional, está en desarrollo en una veintena de frigoríficos buscando garantizar la llegada de las carnes argentinas al mundo.
Un indicador de la resiliencia de la ganadería ante los desafíos del contexto es la evolución el precio real del novillo de consumo a lo largo de la década. Si bien se alcanzaron niveles récords en 2021-2022, no se puede desestimar que hoy el valor de la categoría es comparable al de diez años atrás, aún con la sequía extrema que azotó las principales zonas productivas en los últimos tiempos.
En ese sentido, el fenómeno climático sin duda afectó a las empresas ganaderas de toda la cadena, especialmente a las de cría. Según relevamientos del INTA la preñez promedio de la Cuenca del Salado, principal zona productora de terneros del país, cayó a 82,4% en 2023, 4,8 puntos menos que el promedio de los últimos cinco años.
Sin embargo, cada vez más empresas adoptan tecnología que permiten aumentar la producción y, a la vez, enfrentar mejor la adversidad climática. Tal es el caso de un establecimiento de Chacabuco, Buenos Aires, que en 2019 empezó a acortar el servicio de 90 a 70 días con la idea de aprovechar que la cabeza de la parición se preña rápidamente, apuntando a vender antes los destetes y capturar mayor valor de mercado. En 2022, plena seca, llegó al 81% de preñez en el primer mes de servicio y al despuntar enero de este año embarcó terneros de 180 kg cuando antes las ventas empezaban en febrero-marzo.
Y mientras seguimos trabajando para ganar eficiencia, llegamos a los días de nuestro aniversario, cuando el clima político y económico del país está particularmente agitado. Tras el vértigo inicial, el resultado de las PASO pareciera estar empujando a muchas variables a encontrar un valor más acorde, tras tanto tiempo de deformaciones de todo tipo. No quedan dudas de que el andamiaje regulatorio que sigue afectando a la actividad tenderá a ser corregido a partir diciembre. Y que si se logran consensos para impulsar el libre mercado y se configura un país abierto al mundo la ganadería tendrá más luces que sombras para crecer y generar riquezas a lo largo y ancho del país.
Desde nuestro sitio, donde recibimos hasta 60.000 lecturas por mes de nuestros suscriptores, seguiremos atentos a la activa participación de los productores, técnicos, científicos, consignatarios y empresarios agroindustriales que valoran nuestra manera de informar.
Cumplimos diez años, gracias por ser parte de Valor Carne.
Miguel Gorelik Liliana Rosenstein Marcos Lopez Arriazu
Primicias Rurales
Fuente: Valor Carne