Buenos Aires, 29 septiembre (PR/23) — Así lo afirmó Nicolás Nazábal, ingeniero agrónomo del sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y sur de Córdoba, refiriéndose a las lluvias que se registraron los primeros días de septiembre y a las que se esperan con la llegada del Niño. Sin embargo, estas lluvias, además de beneficiar a los cultivos, también juegan a favor de las malezas, que compiten con los cultivos y nunca están dispuestas a dar ventaja. Esto y mucho más en la siguiente nota.

Expoagro (E): Llovió, los cultivos están de parabienes, pero también las malezas. ¿Es así? 

Nicolás Nazábal (NN): Sí, correcto. Por suerte llovió después de bastante tiempo. Veníamos desde que habíamos sembrado el trigo allá a finales de mayo, con una sola lluvia chica y por algunos lugares, como bañándose por el efecto de la Niña, llovía en lugares sí, lugares no.

Fue una buena lluvia que cambió un poco el panorama, los trigos se pusieron un poquito más verdes y eso da una buena perspectiva para sembrar maíz hacia fines de septiembre.

E: ¿Y las malezas?

NN: Y como vos decís, a las malezas también les hacía falta y van a competir por el agua. Nos ayuda que todavía está un poco fresco, entonces no hay mucho nacimiento de malezas, pero con esta humedad y donde levante un poquito la temperatura vamos a tener que empezar a recorrer bien los lotes. Debemos saber qué hay en cada uno.

E: ¿Qué es lo que vos sugerís hacer? 

NN: Como primera medida tenemos que definir a qué vamos a ir a cada lote. Si es soja o si es maíz; lo que está con trigo ya está, y a partir de ahí empezar a ver qué tipo de cultivo vamos a hacer. Si vamos a hacer un maíz temprano o un maíz tardío, dependiendo la zona, porque cambia mucho, hay gente que decide sembrar directamente un maíz con menos potencial, pero un poquito más estable.

De ser así, son maíces tardíos, entonces hay que hacer un tipo de barbecho y se puede esperar un poquito más, y los otros que vamos a empezar a sembrar acá en zona núcleo, si tenemos buena humedad y por los años complicados que venimos teniendo, vamos a tener que apostar bastante, vamos a salir a sembrar maíz temprano, así que vamos a buscar los techos más altos de rinde, y la recomendación es siempre partir de una implantación de un lote limpio con todo el lote sin presencia de maleza, siempre identificando. Es muy importante identificar qué malezas tenemos, qué historia del lote, y en base a eso ir definiendo qué producto vamos a usar.

Es muy importante primero, hacer un reseteo de los lotes, en la zona se manejan bien y los barbechos largos están bastante bien definidos, ahora hay que ver qué hacemos para alargar, y después en cuanto a soja, la recomendación es, si bien la soja se siembra a mediados de octubre, y de ahí para adelante, nosotros ya a finales de septiembre por ahí empezamos a recorrer bien en firme los lotes para ir definiendo, y en base a la historia que tenemos y demás, ir tratando diferentes estrategias como el conocido ‘overlapping’ (superposición) o ver diferentes situaciones, sobre todo prestar mucha atención a Yuyo Colorado, Rama Negra que está de vuelta, y todo lo que se va a venir en gramíneas, pero lo fundamental es ir lote por lote y largar con los lotes limpios.

E: ¿Puede ser que haya alguna sorpresa cuando la maleza empiece a emerger? 

NN: Venimos de tres años malos, no solo de rindes sino de controles de malezas malos, de incorporación de residuales malas, de incorporación de residuales tarde para la fecha que nacen las malezas, y hay que ver con qué nos encontramos, con qué tipo de rusticidad, qué tipo de malezas van a aparecer, sabemos que esto es biología y cambia todos los años. Es muy importante también saber qué principios activos controlan cada tipo de malezas, qué mezclas podemos hacer y qué mezclas no; no existe una sola receta para todos los lotes que van a soja, ni tampoco una sola receta para los lotes que van a maíz, esto es muy puntual y muy importante saber qué maleza es la que tenemos como principal dentro de cada lote. Obviamente en cada lote va a haber muchas malezas, varias, pero siempre hay una o dos que son las principales y son las que tenemos que hacer foco e intentar controlar.

E: ¿Puede darse que alguna maleza cambie de tolerante a resistente? ¿O esto no tiene que ver con un proceso natural? 

NN: Sí, todo es proceso natural y hay mutaciones. Hay malezas que van resistiendo, o sea que se van seleccionando y van adquiriendo una resistencia, pero la tolerancia ya viene innata de la maleza misma, las que son tolerantes o intolerantes. Y la resistencia, después, es la que se va adquiriendo con las mutaciones mismas, cuando se van mezclando las malezas entre sí y cuando van quedando las que tienen más poder de resistir a la herbicida que estamos usando, y, siempre en años así, donde los controles son malos, subsisten las más fuertes y son las que dejan descendencia, entonces se va haciendo como una selección. Sería como una selección natural, pero en realidad una selección que está haciendo el hombre también, sacando las más débiles y dejando las malezas que son más fuertes para seguir adelante y con todas las herramientas que usemos.

E: ¿La clave es el monitoreo, lo más detallista posible, y después ser oportunos en el momento de aplicar? 

NN: Sí. La clave es el monitoreo, siempre, y el monitoreo antes y después de las aplicaciones. No es solo distinguir la maleza, aplicar el producto, hacer la receta, dejarla en el aplicador y no volver al lote. Hay que ir a verlo a los 7 días, a los 15, a los 20 y ver cómo evoluciona y todos los ingenieros que andamos en el campo sabemos cuáles son los tiempos que lleva; porque hay malezas que demoran bastante más, hasta más de un mes para morir, hay otras que demoran menos, entonces es importante ir recorriendo los bloques que se aplican para ver cómo es la evolución también.

Nicolás Nazábal tiene una rica trayectoria como asesor y es de los que charlan mucho con los productores, de manera que sonó importante cuando comentó que “cambió mucho el ánimo con la lluvia. Una lluvia cambia todo siempre. Venía todo muy tranquilo, la gente bastante a la defensiva, y una lluvia así que recarga bien el perfil, suave, que se incorporó bien, que se va a poder utilizar el abono que se escurrió porque llovió 60 o 70 milímetros fuerte, cambia la energía del productor y cambia todo”. 

Expectante y prudente

“Estamos con buenas perspectivas, esperemos que se dé lo que se viene diciendo, que el Niño aparezca y que sea moderado también, que tengamos una lluvia normal, ni exceso, ni faltante, nos hace mucha falta un año bastante bueno, remarcó Nazábal.

A propósito de esto, planteó sus dudas referidas a recientes anuncios de cosecha récord para esta campaña inmediata. “Por supuesto que lo deseo, pero temo que sea un poco imprudente inflar tanto el globo con esa expectativa. Es un ciclo de cultivo de 5 o 6 meses y no por una lluvia que nos deje implantar bien todo, está todo definido, para adelante tenemos mil condiciones, es la industria a cielo abierto y depende mucho de nosotros, pero depende mucho del clima, falta mucho, hay que ser prudentes, esperamos largar bien e ir para adelante y cuidar lo que esté a nuestro alcance, pero después falta mucho”. 

A las reservas aún les falta agua 

Consultado sobre la realidad bajo la superficie, Nazábal compartió que estuvo “pinchando lotes antes de que llueva, y los perfiles estaban mal, no había nada abajo, las napas se fueron, no hubo recarga, las lagunas (de la zona) siguen secas, necesitamos que llueva y que el agua se vaya incorporando y empezar a generar reservas. Por eso es importante también la intensidad de las precipitaciones, si son muy fuertes va a haber mucho escurrimiento, pero estas lluvias suaves son muy buenas para tener un buen principio, un buen comienzo”, completó.

Primicias Rurales

Fuente: Por Alejandro Guerrero-Expoagro Edición