Ya el calor dijo presente en todo el país y es momento de tomar acciones. Los profesionales del Departamento técnico comercial de Provimi Cargill Argentina explican cómo controlar los efectos nocivos del calor en los animales.

 

Buenos Aires, 28 noviembre (PR/23) — El ESTRÉS CALÓRICO en el ganado es, sin dudas, un desafío crucial para el productor y para el bienestar de los animales. Este fenómeno, causado por temperaturas elevadas y alta humedad, afecta la producción y la salud de los animales y exige una atención urgente. Desde la nutrición también se puede contribuir a reducir la temperatura interna de los animales, y además se pueden instrumentar diversas estrategias vinculadas al manejo del ambiente en corrales y feedlots.

Las vacas generan calor como consecuencia del funcionamiento de su metabolismo y también lo absorben a partir del medio ambiente.

Para mantener su temperatura corporal dentro de un rango normal ellas disponen de varios mecanismos para disipar el exceso de calor (conducción, convección, radiación y evaporación) y de esta manera logran maximizar su bienestar y potencial productivo.

Sin embargo, cuando la temperatura ambiente y la humedad relativa son elevadas, estos mecanismos resultan insuficientes y las vacas alteran su bienestar, entrando en una situación de estrés por calor.

Esto afecta negativamente la productividad, tanto en los períodos de altas temperaturas, como en los días o meses posteriores. Tal es así que las consecuencias de un período de estrés pueden superar el verano y continuar durante los meses de otoño.En tal sentido, nos enfrentamos a la tarea de encontrar soluciones efectivas para mitigar estos impactos negativos y garantizar la sostenibilidad de la producción ganadera.

PROVIMI Cargill – una compañía que está presente en todo el mundo, con más de 100 plantas en 30 países que producen más de 600 millones de toneladas anuales en alimentos para animales – siempre está trabajando en estrecha colaboración con expertos en salud animal y climatología para desarrollar estrategias que ayuden a minimizar el impacto del estrés calórico en el ganado.

Esto incluye la implementación de sistemas de enfriamiento en las instalaciones, ajustes en las dietas alimenticias y prácticas de gestión que reduzcan la exposición de los animales a condiciones extremas.

Hay 10 claves que son fundamentales para seguir:

  1. Empezar la entrega de comida más temprano a la mañana y más tarde a la tarde para evitar los horarios más calurosos del día. Como mucho, a las 9 AM todos los comederos deberían tener comida.
  2. Llevar la proporción de las raciones entre un 35-40% a la mañana y un 60-65% a la tarde, así los animales cuentan con las horas del día más frescas para poder comer.
  3. Considerar aumentar el nivel de fibra de la dieta, luego de consultarlo con el nutricionista.
  4. Los movimientos de hacienda hacerlos en las horas frescas exclusivamente.
  5. Si se cuenta con aspersores encenderlos solamente si se espera que haya viento, sino se pueden empeorar los resultados.
  6. De ser posible, armar camas con paja/fibra a razón de 2 kg por animal/día para bajar el calor de radiación del suelo del corral.
  7. Corroborar el correcto acceso a los bebederos, buen recupero y agua en cantidad-calidad.
  8. Desmalezar los perímetros de los corrales para permitir una mejor circulación de aire.
  9. En tropas que recién llegan al feedlot Provimi Cargill recomienda la utilización de Transition para reducir el estrés de los animales en sus primeros 15 días.
  10. Recordar que lo que cambia es la dinámica de consumo de los animales por exposición al calor y es responsabilidad del equipo a cargo de los animales adaptarse a ese comportamiento con el manejo.

 

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Fuente: Provimi Cargill