Habitualmente, el pico de mayor salida de este tipo de hacienda trascurre desde abril hasta agosto, dependiendo de cuán severo resulte el invierno. Consecuentemente, dada la marcada estacionalidad de oferta que se da durante estos meses, es el momento del año en el que los precios reciben mayor presión a la baja.
Aunque este año los campos aún se encuentran en una condición aceptable, nada sobra en materia de pasto. En gran parte del país recién comienzan a registrarse las primeras heladas fuertes, lo que marca el inicio del período más crítico en términos de oferta forrajera.
De acuerdo con los distintos modelos de cría que utiliza la Coordinación de Análisis Pecuario -dependiente de la actual Secretaría de Bioeconomía- para el seguimiento de los márgenes ganaderos, podemos precisar que, en promedio, la venta de vacas de refugo representa para el criador entre el 40% y el 50% del total de kilos en pie vendidos en un año.
En materia de precios, si tomamos los valores promedio de abril, el precio de la vaca con destino faena en el MAG ($960 el kilo) prácticamente no presenta variación en términos reales, respecto de los valores registrados un año atrás, en pleno período de seca. En tanto que, comparado con el valor de abril de dos años atrás, medido a moneda de hoy ($1.649) se sitúa un 42% por debajo mientras que, en relación con el promedio de los últimos 5 años ($1.353) resulta un 30% más bajo.
En lo que va del año, el precio de la vaca gorda en el MAG registra una pérdida en términos reales de más del 15% que se amplía un 34% si nos remitimos a la vaca flaca tipo conserva, tomando un valor medio para el mes de abril de $1.250 y $750 el kilo, respectivamente. En lo que va del año, el precio de la vaca gorda en el MAG registra una pérdida en términos reales de más del 15% que se amplía un 34% si nos remitimos a la vaca flaca tipo conserva, tomando un valor medio para el mes de abril de $1.250 y $750 el kilo, respectivamente.
En los primeros cuatro meses este año, las vacas -tanto flacas como gordas- enviadas a faena totalizaron cerca de 850.000 cabezas, un 13% menos que las cerca de 980.000 faenadas en plena seca del año pasado, pero 10% más que lo registrado en igual período de 2022.
En efecto, si valuáramos -a modo de referencia- el monto que representa este envío de vacas a faena para el productor, medido siempre en pesos constantes ajustado por índice de inflación mayorista (IPIM), tenemos que, en promedio en estos primeros cuatro meses del año, el productor recibió unos $424.376 millones de pesos, 12% menos que lo obtenido el año pasado en un contexto climáticamente muy diferente al actual y 26% menos que lo obtenido en igual período de 2022.
En definitiva, se trata del segundo recurso más importante con el que cuenta el criador -detrás de la venta de los terneros- para afrontar sus compromisos anuales que, desafortunadamente este año a pesar de la mejor condición que presentan los campos, no estaría ofreciendo sus mejores números.
Primicias Rurales
Fuente: ROSGAN