Hoy, desde la compañía explican cómo producen y distribuyen alimentos de alta calidad y porqué son elegidos incluso a más 1.000 km de distancia, donde llegan directamente al campo del productor. En Valor Carne abordamos esta temática dado que la logística resulta clave para el resultado de la empresa, en una país cuya infraestructura vial es una asignatura pendiente.
“Empezamos elaborando balanceados para asegurar la calidad de la comida de nuestros propios animales, eran tiempos en que la industria de la nutrición no estaba desarrollada. Pronto advertimos que esta necesidad era común en todas las zonas y asumimos el compromiso de producir en escala y cubrirlas en forma competitiva, incluyendo el NOA y NEA”, afirmó Marcos Sbrascini, Gerente comercial de firma, aludiendo al desafío que significó armar una red logística en un territorio extenso, con rutas deficientes y fletes caros.
Actualmente, la industria, una de las de mayor volumen de país, elabora todos los productos necesarios para cada región y cuenta con más de 100 puntos de venta entre distribuidores y forrajerías. Elaboran desde alimentos completos para quienes no disponen de insumos en su campo y concentrados proteicos para los que tienen maíz o sorgo, hasta premezclas vitamínico-minerales, si sólo precisan balancear la dieta.
“Con la estrategia multiproducto desarrollamos fórmulas para cada zona ganadera teniendo en cuenta sus particularidades. Desde la planta enviamos un profesional que apoya al distribuidor zonal y asesora al productor para que pueda optimizar su utilización, siguiendo los últimos conocimientos de nutrición animal”, planteó.
De la fábrica al campo
El MV Fernando Colello, director técnico de Santa Sylvina, trabaja en conjunto con el laboratorio de la firma en el control de calidad de las materias primas, el diseño de formulaciones y la supervisión de los procesos hasta el producto final.
“Seleccionamos estrictamente los proveedores. La harina de soja y el pellets de girasol provienen de Bunge, Cargill y AGD. Hemos forjado lazos que nos unen con estas firmas, aunque no solamente confiamos en la palabra, sino que partida por partida se analizan en nuestro laboratorio previo a incluirlos en las fórmulas, con la misma rigurosidad que los macro y micro ingredientes”, comentó Colello.
“En cuanto al pellets de trigo, también mantenemos ese control minucioso, aun cuando es uno de los subproductos de gran volumen y el abanico de abastecedores es más amplio”, agregó.
Con respecto a los granos, como empresa agrícola, el Grupo produce su propio maíz y acopia de terceros. “De cualquier manera, se hace un análisis de laboratorio camión por camión al ingreso a la planta”, explicó Colello, resaltando que los controles continúan en cada etapa productiva. “Desde 2014, estamos certificados por normas ISO 9000 y 9001, tenemos auditorías todos los años”, indicó.
Más allá de la trazabilidad de punta a punta, la gestión de la calidad incluye minimizar riesgos tras la salida de fábrica. “Se guarda una muestra previamente analizada de cada partida por 90 días. Si le vendemos a un productor y a los 20 días hubiera un reclamo, eso nos ayudaría a resolverlo. Es un respaldo para toda la cadena”, subrayó el MV Germán Malmantile, del servicio técnico de Santa Sylvina.
Una vez que el producto se carga, también hay normas estrictas para la red de transporte. “Disponemos de camiones propios y tercerizados, y la mercadería tiene seguro. Se envía precintada si es a granel o paletizada sobre tarimas de 1400 kg con un film de protección, cuando va en bolsa. Ese precinto, con el número de partida, es inviolable y solo puede ser retirado por el productor o el encargado en el campo de destino”, indicó.
¿Y el impacto del clima? “Humedad, polvo, altas temperaturas, son factores muy importantes en la calidad, por eso trabajamos en forma conjunta con nuestros distribuidores para que el producto se entregue sin ninguna alteración”, señaló Malmantile.
En tal sentido, cuentan con camiones herméticos y en excelentes condiciones. “La idea es que puedan llevar ágilmente la mercadería a la distancia que sea y a la vez volver con algún subproducto. Esto contribuye a amortizar el costo del flete y a acomodarlo mejor en el precio”, sostuvo Sbrascini.
Para finalizar, resaltó: “la mayor fortaleza de nuestra red de logística y distribución es llegar con una gama completa de alimentos a todas las zonas ganaderas. Eso nos brinda estabilidad en el negocio y nos permite ser más competitivos”.
En primera persona
El MV Gustavo Martínez, de la empresa Centro Ganadero, distribuye desde hace 18 años productos de Santa Sylvina en Salta y cuenta con 9 sucursales en Santiago del Estero, Tucumán y Jujuy.
“Fuimos abriendo puntos de venta en función de la expansión de los feedlots, para poder abastecerlos, minimizando costos y brindando servicios. No vendemos desde un mostrador, salimos al campo, visitamos periódicamente a los clientes y los asesoramos en nutrición animal”, afirmó, presentando una dinámica de trabajo que se repite en otras distribuidoras.
Si bien todos los locales tienen mercadería, ponen el foco en abastecer a sus clientes en forma personalizada. “Cuando el productor nos hace un pedido, organizamos la logística desde la planta para que lo bajen directamente en su campo, sea medio camión o el camión completo, con 28 toneladas”, describió Martínez.
¿Por qué eligieron Santa Sylvina? “Hay varios puntos. Primero, buena logística y entrega en tiempo y forma, independientemente de la distancia al campo. Segundo, brindan el servicio de desarrollo de fórmulas magistrales para cada establecimiento que lo requiera. Tercero y lo más importante es que, como veterinario responsable de nutrición animal, necesito tener el respaldo de una empresa seria que asegure calidad”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
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