Foto:  Nacimiento o belén de una casa del barrio de la Parroquia Vieja, ciudad de Guatemala, navidad 2008. Crédito: Roberto Urrea via Flickr.
Buenos Aires, domingo 22 diciembre (PR/24) — Desde los días de San Francisco de Asís y el primer pesebre representado con personas y animales, los católicos hemos continuado esta tradición con pequeñas figuras conocidas como Belenes o Nacimientos. 

Los Belenes o Nacimientos, han sido una decoración popular de Adviento y Navidad durante siglos y, como la mayoría de las cosas gloriosas, consagradas y santas, se originaron con un santo católico: San Francisco de Asís.

Francisco tuvo una devoción especial por el Niño Jesús, y se le atribuye la creación de la primera escena de la Natividad en la víspera de Navidad del año 1223.

Se cree que San Francisco se inspiró por primera vez en esta idea después de visitar el lugar histórico del nacimiento de Cristo durante una peregrinación a Tierra Santa: el humilde establo de una cueva de Belén. Es probable que este evento haya ayudado a profundizar su devoción al Niño Jesús, que nació en el mundo con tanta pobreza, humildad y sencillez. De hecho, Francisco fundó su nueva Orden religiosa para imitar estas virtudes.

San Francisco de Asís y el primer pesebre

San Francisco recreó la escena del nacimiento de Cristo con una ceremonia bastante especial, misma que incluía la Santa Misa y que celebró en el interior de una cueva en Greccio, Italia, y a la que invitó a sus hermanos y a la gente del pueblo.

Instaló un pesebre vacío (el comedero de animales de granja que servía como la cuna de Jesús) dentro de una cueva, e incluso incluyó un buey vivo y un burro junto al pesebre, tal como se creía que había sucedido esa primera noche de Navidad. A través de estas ayudas visuales, él quería que todos impresionasen más profundamente en su comprensión de cómo Cristo vino al mundo en tal pobreza y simplicidad. Esta era una perspectiva típica del carisma único de San Francisco de la espiritualidad simple y centrada en la pobreza.

También se dice que San Francisco, que estaba dedicado radicalmente a la virtud de la pobreza evangélica, se inspiró para recrear la escena original de la natividad para vencer la avaricia desenfrenada y el materialismo prevaleciente en ese momento en Italia.

San Buenaventura cuenta la historia

San Buenaventura (1221-1274), un seguidor y contemporáneo de San Francisco, nos ha dado un recuento completo de la noche en la que se representó el primer pesebre en vivo:

Sucedió en el tercer año antes de su muerte, que para excitar a los habitantes de Grecio a conmemorar la natividad del Niño Jesús con gran devoción, decidió guardarlo con toda la solemnidad posible; y para no ser acusado de ligereza o novedad, solicitó y obtuvo el permiso del soberano Pontífice. Luego preparó un pesebre, y trajo heno, un buey y un asno al lugar designado.

Los hermanos fueron convocados, la gente corrió, y esa venerable noche se hizo gloriosa por las muchas y brillantes brillantes luces, acompañadas con salmos de alabanza «.

San Buenaventura continúa hablando de la devoción personal de San Francisco de Asís por el Niño Jesús que provocó este evento:

El hombre de Dios [San Francisco] estaba de pie ante el pesebre, lleno de devoción y piedad, bañado en lágrimas y radiante de alegría; el Santo Evangelio fue cantado por Francisco. Luego predicó a las personas que se habían reunido en torno a la natividad del pobre rey; y al no poder pronunciar su nombre por la ternura de su amor, lo llamó el bebé de Belén «.

San Francisco y la visión del Niño Jesús

La primera escena de la natividad, también se asocia con una aparición del Niño Jesús ocurrida a aquellos reunidos con San Francisco. Esta debe haber sido la manera en que Jesús dio su alabanza y bendición a la escena de la Natividad, que era una novedad en su tiempo y que nunca antes se había representado.

De nuevo, San Buenaventura continúa la historia:

Un cierto soldado valiente y veraz, el Maestro Juan de Grecio, que, por el amor de Cristo, había dejado la guerra de este mundo y se había convertido en un querido amigo de este hombre santo, afirmó que veía a un Niño maravillosamente hermoso, durmiendo en el pesebre, a quien el bendito padre Francisco abrazó con ambos brazos, como si lo despertara del sueño.

Esta visión del soldado devoto es creíble, no solo por la santidad de quien lo vio, sino por los milagros que luego confirmaron su verdad; el heno de ese pesebre, que era preservado por el pueblo, curó milagrosamente todas las enfermedades del ganado y muchas otras pestes; Dios así en todas las cosas, glorifica a su siervo.

Propagación de la devoción

La recreación del Nacimiento de Jesús, la primera Navidad, fue tan popular que pronto cada iglesia en Italia tuvo su propio pesebre. La devoción también se extendió a los hogares, incluso a las instituciones seculares, tanto que ahora es imposible imaginar la Navidad sin una escena de la natividad.

Esperamos que esta historia de la primera escena de la Natividad, te inspire a valorar a tu belén o nacimiento, que te ayude a apreciarlo como algo mucho más que una bonita decoración navideña. Es una tradición católica histórica y una herramienta que nos ha de servir para meditar sobre la humildad, la sencillez y la pobreza de Cristo, que asumió la forma humana debido al infinito amor que tiene por el hombre.

Ayuda a difundir esta hermosa devoción religiosa y alienta a tu familia y amigos a tener una devoción auténtica y devota a la Sagrada Familia del Niño Jesús y al misterio de la Encarnación.

Primicias Rurales

Fuente: Proyecto Emaús