Buenos Aires, lunes 7 julio (PR/25) — Millones de argentinos consumen agua contaminada sin saberlo. En muchas localidades, el líquido que llega a hogares, escuelas y centros de salud contiene niveles de arsénico que exceden los valores recomendados por organismos internacionales. A simple vista no tiene color, olor ni sabor, pero su riesgo es real.
En muchas regiones, hablar del agua como un recurso natural disponible y seguro se ha vuelto un privilegio cada vez más restringido. La abundancia aparente contrasta con una realidad compleja, marcada por una distribución desigual, problemas de infraestructura, contaminación de origen natural y humano, y la falta de acceso seguro para millones de personas.
Uno de los desafíos menos visibilizados pero más urgentes es la presencia de arsénico en el agua subterránea, un contaminante natural que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa un riesgo severo para la salud cuando se consume en niveles superiores a 0,01 mg/l, especialmente en poblaciones vulnerables (1). En muchas zonas del país, este límite se supera ampliamente.
Según un estudio del Programa de Medio Ambiente de la Universidad Nacional de Rosario (2024), cerca de 17 millones de personas en Argentina —es decir, uno de cada tres habitantes— consumen agua con niveles de concentración de arsénico superiores a las recomendadas (2). La contaminación afecta a unas 12 provincias, entre ellas Buenos Aires, La Pampa y Catamarca, y tiene un origen mixto: procesos naturales como la erosión de rocas en los acuíferos y actividades humanas como la minería y el uso intensivo de agroquímicos.
El arsénico, silencioso y persistente, se ha ido acumulando en las napas a lo largo de más de un siglo.
Frente a este panorama, herramientas como el Mapa Interactivo de Arsénico en Agua desarrollado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) (3) permiten visualizar con claridad la magnitud del problema: localidad por localidad, con indicadores en rojo, amarillo y verde, muestran dónde el agua está fuera de los parámetros seguros. Este tipo de plataformas no solo generan conciencia, sino que permiten tomar decisiones más informadas, orientar políticas públicas y planificar intervenciones más urgentes y focalizadas.
La crisis hídrica global ya no es una amenaza del futuro: es una realidad del presente, y Argentina no está exenta. Pero esta situación también representa una oportunidad: repensar la gestión del agua desde una perspectiva más sustentable, equitativa y descentralizada. La innovación tecnológica, la mejora en las regulaciones, y sobre todo la conciencia ciudadana, son claves para avanzar.
En este contexto, el acceso al agua segura no puede seguir siendo una promesa diferida. Es un derecho esencial que demanda no solo soluciones técnicas, sino también una mayor comprensión del problema por parte de los organismos involucrados. Capacitar a funcionarios y equipos técnicos sobre los riesgos del arsénico y las soluciones disponibles para su remoción es un paso crítico para impulsar un acceso más rápido y equitativo al agua segura.
Una parte fundamental de la respuesta es descentralizar el proceso de potabilización, permitiendo que hogares, escuelas y comunidades incorporen sistemas de tratamiento accesibles y efectivos. En regiones afectadas por arsénico, los sistemas de filtración diseñados para remover metales pesados representan una herramienta concreta para mejorar la calidad del agua directamente en el punto de consumo.
Estas tecnologías no sustituyen las soluciones estructurales a largo plazo, pero ofrecen una vía eficaz y complementaria para reducir la exposición y proteger la salud de millones de personas.
El arsénico es invisible. Pero sus consecuencias, si no actuamos, serán visibles, irreversibles y devastadoras. No existe una única solución, ni llegará de forma inmediata. Sin embargo, el primer paso es claro, asumir el problema, visibilizarlo y poner en marcha un nuevo paradigma donde el agua sea entendida como lo que es: un bien común, vital y urgente, que debe ser protegido colectivamente así como a través de decisiones individuales informadas y sostenibles.
1) OMS – World Health Organization. Guidelines for Drinking-water Quality, 4th Edition
(2) Universidad de Rosario (UNR) – Programa de Medio Ambiente – Arsénico en el Agua, la otra pandemia
(3) Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) – Mapa de Arsénico
(4) Observatorio de Recursos Naturales y Agua – Fundación Vida Silvestre / BID / Secretaría de Ambiente – Situación del agua en Argentina
(5) Naciones Unidas (ONU) DDHH al Agua y al Saneamiento – Marco legal y derecho al agua
En el centro-oeste bonaerense los productores y pobladores cuentan que la falta de infraestructura agravó los anegamientos tras las intensas lluvias de los últimos meses; testimonios de una recorrida por Carlos Casares, 9 de Julio y Roque Pérez, donde está frenado un tramo clave del plan de la Cuenca del Río Salado
Carlos Casares y 9 de Julio están entre las zonas más afectadas por los anegamientos.
Por Paula Urien – La Nación
Buenos Aires, Carlos Casares, 29 de junio (PR/25) .- Para transitar por la ruta provincial 50, que es de tierra, entre la localidad de Carlos Casares y Bolívar, hay que subirse a una camioneta y, aun así, las probabilidades de quedarse encajado en medio del barro son muchas. Si esto sucede habrá que teneralgo de suerte y esperar que pase un vecino con un tractor, porque tampoco hay señal para comunicarse por teléfono. Lo sabe muy bien la gente de Ordoqui, una localidad en donde viven 137 personas, lejos de las 2000 que supo albergar en la década del 40, cuando pasaba el tren. “Acá había seis fábricas”, dice Roberto Berardo al recordar viejos y buenos tiempos para una comunidad que estaba conectada con la ciudad. Hoy en esta localidad, sobre el camino de tierra que se vuelve intransitable, se encuentra una planta compresora que lleva gas de Vaca Muerta al AMBA.
Este es uno de los lugares del centro y oeste bonaerense con problemas de inundaciones por las intensas lluvias de los últimos meses, en especial durante abril y mayo, pero también por la falta de continuidad de diversas obras de infraestructura. En total, según la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), unos 2 millones de hectáreas quedaron bajo el agua en toda la provincia en el peor momento del fenómeno. La entidad informó que Carlos Casares y 9 de Julio se convirtieron en el epicentro del problema. Hoy siguen muy afectadas entre 800.000 y un millón de hectáreas, además de Carlos Casares y 9 de Julio, si se consideran Bolívar, 25 de Mayo, Henderson (partido de Hipólito Yrigoyen), parte de Saladillo y General Alvear, entre otras zonas.
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) acortó ya en 100.000 hectáreas, es decir, a 7,1 millones de hectáreas, la siembra nacional proyectada de trigo debido a los excesos hídricos.
Desborde del río Salado, altura de la ruta 5, acceso a Alberti Ricardo Pristupluk
LA NACION hizo una recorrida, en las últimas semanas, de casi 1000 kilómetros por Carlos Casares, 9 de Julio y también Roque Pérez. En Carlos Casares hay por lo menos 82.000 hectáreas inundadas, que se pueden observar por satélite, pero no se ve el agua en aquellas hectáreas que todavía tienen cultivos, por lo que se calcula que es el doble. En 9 de Julio hay 80.000 hectáreas afectadas, pero también pueden ser más. Cayeron por lo menos, en promedio, 800 milímetros en lo que va del año. Roque Pérez y las localidades aledañas también tienen un mar de agua.
La falta de continuidad en el dragado en la zona de Roque Pérez agravó la situación en los camposRicardo Pristupluk
El demorado Plan Maestro
“Lo que da bronca es que pasan los años y las obras están sin hacer. Hay un Plan Maestro para el Río Salado [N.d.R., abarca 17 millones de hectáreas] desde hace 25 años, pero se ha hecho poco. Cuando se proyectó el plan, se comunicó que las obras estarían terminadas en 10 años. La inversión se habría pagado con creces con el resultado de la producción. Sin embargo, seguimos con las pérdidas económicas a causa de las inundaciones reiteradas en la provincia de Buenos Aires”, señala Pablo Ginestet, secretario de Carbap. Según la entidad,se ha construido poco más del 50% de la infraestructura planeada.
Área de influencia del Plan Maestro Integral de la Cuenca del Río Salado
Fuente: gobierno de la Provincia de Buenos Aires / LA NACION
Un análisis de la organización reveló que el costo de no haber realizado las obras fue exponencialmente mayor que la inversión en hacerlas: el presupuesto contemplaba un desembolso de US$2000 millones (actualizado, cerca de US$4000 millones). Se estima que los productores de la cuenca han aportado al fisco, principalmente vía retenciones a las exportaciones, una cifra superior a los US$35.000 millones a pesar de tener pérdidas productivas acumuladas de más de US$5000 millones.
Los animales sufren la falta de alimento y parásitos, entre otros males Ricardo Pristupluk
Por el agua, parte de los cultivos de soja no pueden cosecharse, y parte de lo que se levantó tiene humedad Ricardo Pristupluk
El canal Mercante, en 9 de Julio, y los campos anegados
“Desde el Consejo del Salado venimos insistiendo y destacando la necesidad de avanzar con los proyectos de las llamadas obras complementarias [N.d.R, como canales más chicos que conectan con otros más grandes, entre otras], que cuestan mucho menos que el dragado y son imprescindibles, porque permitirían llegar a los rincones de la cuenca y darle así un sentido integral al Plan Maestro para la prevención o mitigación de inundaciones”, dice Alberto Larrañaga, titular del Consejo Asesor del Plan Maestro del Salado.
En la localidad de Alberti, en el kilómetro 193 de la ruta 5, se ve el río Salado y parte del problema: el puente es demasiado estrecho, por lo que, aún realizado el dragado, se desbordaRicardo Pristupluk
Fuentes del gobierno provincial, en diálogo con LA NACION, dijeron que falta parte de la etapa IV del Plan Maestro, a cargo del gobierno nacional, y que espera que se libere el presupuesto necesario para que se retomen las obras. Hasta ahora no hay noticias al respecto. Este medio se comunicó con el Ministerio de Economía de la Nación, pero no obtuvo respuestas.
En Alberti, un puente quedó chico y se produjo el desborde del Río Salado
El día a día con caminos intransitables
El impacto de las inundaciones en la población rural es enorme. A pesar de amar donde viven, confiesan que, en muchas ocasiones, la pasan mal y sienten tristeza por las jóvenes generaciones que emprenden el éxodo. En Ordoqui, en abril estuvieron 17 días sin luz, no tienen señal para el teléfono y es difícil “enganchar” internet.
La falta de mantenimiento de los caminos rurales en general, sobre todo cuando están secos, la falta de reemplazo de las alcantarillas rotas y el escaso tratamiento de los bajos son reclamos generalizados de los usuarios. Las historias se multiplican: se quedan encajados, no pueden entrar a sus propiedades, no pueden sacar la leche, los granos, los animales se mueren o se enferman, no pueden cosechar ni sembrar. Vivir y trabajar en el campo es una odisea. En estas condiciones, por ejemplo, no llegan los docentes ni los médicos. Hay que rezar para no tener un accidente o algún problema grave de salud.
Los chicos se ven afectados. Carolina Bonino, quien vive en Ordoqui, dice que tiene que recorrer 80 kilómetros para llevarlos a una escuela agrotécnica, pero por las vueltas que hay que dar a causa de la inundación se conviertan en 150. Y añade: “Hay niños que directamente no llegan a la escuela”.
“Pasamos 16 inundaciones en cuatro décadas, y nada cambia”, comenta Alicia Sánchez, quien también vive en esta localidad. “Necesitamos que se reactiven las obras de la Cuenca del Salado”, completa. Toda la comunidad está pendiente de esta promesa incumplida.
Carolina Bonino, Alicia Sánchez y Roberto Berardo, pobladores de Ordoqui, afectados por constantes inundaciones que los dejan aislados Ricardo Pristupluk
Es inevitable la discusión entre los que tienen que sacar la producción con vehículos pesados (o intentan hacerlo), y aquellos que piden que no se circule por los caminos de tierra cuando están embarrados porque los “huellones” los dejan intransitables. Los dos tienen razón. Los dos intentan sobrevivir al caos y a los problemas para transitar los caminos a pesar de que una tasa vial rural puede llegar, por ejemplo, a los $4.500.000 anuales para un campo de 300 hectáreas (no importa si es todo productivo o si tiene áreas bajas, como por ejemplo lagunas).
Leonardo Milanessi, encargado de la estancia Fortín Rifle, tuvo que evacuar a una familia de su casa porque le entró agua Ricardo Pristupluk
La historias se multiplican. Matías Santamaría, que tiene un tambo que produce 15.000 litros por día, cuando normalmente llega a los 27.000 litros diarios. Dos veces por día, debe trasladar ida y vuelta a los empleados de Ordoqui en tractor. También fue afectado Leonardo Milanessi, encargado de la estancia Fortín Rifle, que tuvo que evacuar a una familia porque el agua llegó a su casa.
Matías Santamaria, productor tambero, no puede llegar al campo si no es con un tractor por la ruta provincial 50. Dos veces por día, para el ordeñe, debe trasladar a los empleados en ese vehículo desde y hacia OrdoquiRicardo Pristupluk
Federico Ortiz Ham es un productor agropecuario de Bacacay, cerca de 9 de Julio. “Tenemos el 70% de las 1371 hectáreas con agua y perdimos un lote entero de 150 hectáreas de soja. Además tuvimos que malvender los animales. Acá hay gente que tiene el agua adentro de la casa. Nos preguntamos: ¿cómo sigue esto?“, reflexiona.
Fabián Córdoba, que integra la Comisión Vial de Carlos Casares, describe costos ocultos. Entre ellos, que en esta situación, dice, se cosecha la soja con una mayor humedad, por lo que hay que invertir en secado. Por su parte, Mario Reymundo, presidente de la Sociedad Rural de Carlos Casares, resume: “Queremos lograr un cambio de actitud por parte de la política. Que dejen de ver al sector agropecuario solo como una fuente de recursos y nos consideren como un socio estratégico para el desarrollo del país. Este cambio es entender la importancia de la infraestructura, en particular de los caminos rurales, para el desarrollo de toda la comunidad rural”, dice. Alicia Sánchez agrega:“A los políticos no les interesa nuestra realidad”.
Los caminos rurales se encuentran intransitables en muchos lugares Ricardo Pristupluk
“Tenemos los caminos del siglo pasado, cuando se circulaba en carreta o a caballo,con productores que invierten en equipamiento del siglo XXI. Hace muchos años que la política equivocó el camino. Brasil multiplicó seis veces su producción, mientras que la Argentina solo la multiplicó por tres”, sostiene Reymundo.
Nicolas Capriroli, dirigente de Carbap, dice que parte del problema son los canales clandestinos y la falta de mantenimiento de los caminos rurales Ricardo Pristupluk
Más allá de los problemas, el resultado de diversas charlas con quienes viven este drama deja una conclusión: se sienten solos. “No ha venido nadie a intentar colaborar”, cuenta Nicolás Capriroli, de Carbap 9 de Julio, que indica que la mitad de la cosecha en la zona está “muy complicada”. Agrega al pedido de una acción para evitar la proliferación de canales clandestinos, que los caminos rurales estén bien mantenidos por los municipios. En 9 de Julio pusieron en marcha lo que llaman un “semáforo” de los caminos a través de la opinión de los productores sobre su estado. Hoy el 95% de estas vías son un rojo.
Todos piden que se haga especial hincapié en volcar el 100% de la tasa vial al cuidado de los caminos para lograr su transitabilidad, aún cuando hay excesos hídricos.
El Canal Mercante, parte del Plan Maestro, es un alivio para la zona, pero faltan todavía las obras complementarias que desagoten el exceso hídrico Ricardo Pristupluk
Daniel Stadnik, intendente de Carlos Casares, afirma que “los caminos rurales están colapsados” y que “año tras año la erosión eólica los ha desgastado. Están entre 50 centímetros y un metro por debajo del terreno natural de los campos”. También refiere que, en el partido, el 70% de lo recaudado en la tasa vial va para caminos y el resto para un fondo para mantener el municipio. “El presupuesto no alcanza -dice-, ya que el Estado nacional se lleva un porcentaje muy importante del resultado del trabajo del productor y la tasa vial no es suficiente para los períodos de emergencia”.
En 9 de Julio, el 75% de lo recaudado se destina al mantenimiento de los caminos y esto incluye sueldos y gastos administrativos del personal abocado a estas tareas. El 25% restante también va para pagar gastos del municipio. “Durante los últimos 20 años hubo un mantenimiento muy básico de los caminos rurales, y cuando te sorprende una lluvia de 1000 mm en 100 días es una catástrofe”, asegura Juan Pablo Boufflet, secretario de Obras y Servicios Públicos de 9 de Julio. Stagni confirma que “hay un ciclo húmedo preocupante. Sería muy importante que se realicen los dos canales proyectados del Plan Maestro al sur de la localidad”.
Por su parte, el gobierno de la provincia de Buenos Aires oficializó, el 29 de mayo último, a través del Decreto 2025-1180, la declaración del estado de emergencia y/o desastre agropecuario por inundaciones que pospone impuestos o los elimina, para quienes prueban que tienen afectado el 80% del campo. La medida alcanza a las explotaciones rurales en los partidos de Puán, Tornquist, 9 de Julio, Carlos Casares, General La Madrid, Coronel Suárez, Guaminí, Bolívar, Tapalqué, 25 de Mayo, Saladillo y Roque Pérez.
Solo 32 kilómetros
Desde Carbap critican que una obra clave de dragado para evitar el desborde del Río Salado está parada por falta de financiamiento por parte del gobierno nacional. Se trata del Tramo IV, Etapa 2 del Plan Maestro Integral. Son 32 kilómetros entre Roque Pérez y el puente que une los partidos de 25 de Mayo y Lobos. Allegados a las empresas de dragado confirman que registran una deuda que, junto al presupuesto para el tramo que falta, llega a US$120 millones, una partida que, por ahora, no se asigna.
En diálogo con LA NACION, el intendente de Roque Pérez, Maximiliano Sciaini, confirma que, a pesar de que existe un Fondo Hídrico de Infraestructura, la obra está paralizada. “El río se desbordó por todos lados. Esos 32 kilómetros que faltan es un cuello de botella porque a ambos lados está dragado, pero falta este tramo que complica todo”, asegura. También hace referencia a que no haber puesto a punto los puentes, que quedaron chicos, también afecta la zona. “Se nos vino el agua al pueblo y tuvimos que poner bombas para despejarla”, agrega.
Ignacio Iturriaga, administrador de un establecimiento rural de la zona, explica que el río pasó de tener aproximadamente 60 metros de ancho y 1,20 metros de profundidad a alcanzar, con el dragado, 200 metros de ancho con hasta 3,5 metros de profundidad. “Aguas arriba y aguas abajo los trabajos sí fueron completados, pero este tramo intermedio quedó sin resolver. Como consecuencia, el agua que baja con mucha fuerza desde aguas arriba se estanca y se desparrama en la zona, causando inundaciones y anegamientos, antes de volver a encauzarse más adelante”, cuenta.
Las dragas están paradas en una sección del río Salado, en Roque Pérez. Faltan 32 kilómetros para conectar dos tramos clave para el desagote del aguaRicardo Pristupluk
Iturriaga también remarca que “en todo el proyecto de canalización no se contempló la instalación de compuertas, que permitirían regular tanto el ingreso como la salida del agua”, opina.
Roque Pérez
En cuanto a la ejecución de la obra, señala que las dragas comenzaron a disminuir su avance hace más de un año hasta quedar paralizadas. “Un hecho clave que marca la gravedad del evento es que los campos quedaron completamente tapados de agua en apenas 96 horas”, comenta el productor.
Otro de los productores de la zona, Fernando Agustinelli, quien también administra un campo en la cuenca del Salado, confirma que vive la misma situación crítica y que el abandono de las obras genera una gran incertidumbre para todos los que trabajan la tierra en esta región.
Se pierden cosechas, aguadas, alambrados, tranqueras y animales Ricardo Pristupluk
Hay un panorama muy complicado, que no se despeja ya que persisten las lluvias. “El exceso hídrico va a quedar hasta la primavera, por lo menos”, finaliza Ginestet. Mientras, lejos de la comodidad de la ciudad, quienes viven en la ruralidad todos los días encaran desafíos de grandes proporciones que ya deberían ser cosa del pasado.
Con un ritmo de aumento de hasta cinco centímetros por hora, el caudal superó niveles críticos. Además, se registraron problemas de infraestructura y hay vigilancia constante en la zona de la costa
El río Uruguay superó los niveles de evacuación en varias ciudades de Corrientes como Paso de los Libres y Santo Tomé
La provincia de Corrientes, como toda la zona del Litoral, enfrenta una situación delicada por la crecida del río Uruguay, que en las últimas jornadas elevó su caudal de forma sostenida y obligó a las autoridades locales a activar protocolos de evacuación en distintas localidades.
El fenómeno responde al aumento del caudal en la cuenca media y alta del río, afectada por lluvias persistentes en zonas aguas arriba. El ritmo de crecimiento preocupa: en algunos puntos se registran hasta cinco centímetros por hora.
En Paso de los Libres, el nivel del río superó durante la noche del sábado el umbral de evacuación oficial, fijado en 8,50 metros. A las 22:30, las autoridades locales confirmaron que la altura del curso de agua alcanzó los 8,89 metros, lo que activó automáticamente la etapa de respuesta ante emergencias. De acuerdo con el monitoreo hidrológico, el crecimiento se mantiene a razón de tres centímetros por hora, un dato que genera inquietud entre vecinos y equipos de rescate.
Ante este escenario, el municipio de Paso de los Libres, a cargo del intendente Martín Ascúa, dispuso una serie de medidas para resguardar a la población ribereña. Entre ellas, se implementaron guardias activas y patrullajes constantes en la zona costera, con el objetivo de asistir a las familias afectadas y realizar un seguimiento minuto a minuto del comportamiento del cauce.
Las autoridades activaron protocolos de emergencia y evacuación ante el avance sostenido del agua en zonas bajas (Foto: El Litoral de Corrientes)
Como parte del operativo, se ordenó el cierre del puente Paso Troncón, una estructura clave para la conexión interna de la ciudad, luego de que el río superara los 7,50 metros. Esta decisión fue adoptada por razones de seguridad, debido al riesgo de desbordes y al posible deterioro de la infraestructura por la presión del agua.
En términos de impacto directo, hasta el momento fueron evacuadas seis familias, que fueron trasladadas por personal municipal al Centro de Evacuados del ex Regimiento N.º 5. Allí reciben asistencia integral, que incluye atención médica, alimentos y contención emocional. A su vez, otras tres familias se autoevacuaron por decisión propia y se reubicaron en viviendas de familiares o personas cercanas, al ver que el agua se aproximaba a sus hogares.
Las acciones están siendo coordinadas por el Comité de Crisis, integrado por Defensa Civil, la Secretaría de Acción Social, la Secretaría de Salud y otras áreas municipales. El organismo se mantiene en alerta máxima y trabaja de forma articulada para minimizar los efectos de la emergencia. “Se solicita a los vecinos que residen en zonas bajas o próximas al río que permanezcan atentos a la información oficial y que, ante cualquier eventualidad, se comuniquen de manera inmediata con Defensa Civil al número gratuito 103”, indicaron desde el municipio en un comunicado difundido este domingo.
En paralelo, Santo Tomé, otra ciudad correntina atravesada por el río Uruguay, también se encuentra bajo emergencia hídrica. Según datos oficiales, el nivel del agua en el puerto local alcanzó los 10,49 metros, ubicándose a apenas un metro del nivel de alerta, establecido en 11,50 metros. En este caso, el caudal presenta un crecimiento más acelerado que en Paso de los Libres: cinco centímetros por hora, de acuerdo con la información confirmada por la Dirección de Defensa Civil y replicada por el medio local Diario Época.
Defensa Civil coordina patrullajes permanentes para asistir a familias y monitorear el comportamiento del cauce
Frente a esta evolución, la Municipalidad de Santo Tomé convocó a una reunión preventiva del Centro Operativo de Emergencia Municipal (COEM). El encuentro, encabezado por el intendente Augusto Suaid, reunió a autoridades locales, fuerzas de seguridad y representantes de instituciones abocadas a tareas de emergencia.
El objetivo fue definir acciones preventivas, reforzar la vigilancia en las zonas vulnerables y asegurar la disponibilidad del Club Carlos Gallini, ya habilitado como centro de evacuación.
Más al sur, en la localidad de Monte Caseros, el nivel del río Uruguay alcanzó los 6,12 metros, según datos de la Prefectura Naval Argentina. Aunque todavía por debajo del umbral crítico, el avance del agua comenzó a comprometer las zonas bajas de la ciudad. Como medida preventiva, la Dirección de Alumbrado Público interrumpió el servicio de iluminación en sectores como Costanera Norte, La Magia de un Lugar y la Zona de Punta Arena, para evitar accidentes eléctricos en áreas inundadas. El servicio será restablecido únicamente cuando las condiciones lo permitan.
A contramano del escenario en Corrientes, en cuatro puertos de la provincia de Misiones —El Soberbio, Alba Posse, Panambí y San Javier— se registró un descenso en la altura del río Uruguay durante la jornada del domingo. Esta disminución fue recibida con expectativa, aunque el pico de la crecida continúa desplazándose hacia el centro y sur del territorio correntino.
CARBAP salió a cuestionar al gobierno por frenar las obras del río Salado.
El campo pide reactivar las obras del río Salado
Buenos Aires, sábado 21 junio (PR/25) — La Confederación de Productores Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) denunció que por la paralización de las obras del río Salado las pérdidas productivas ya se estiman en más de USD 5.000 millones.
Y señaló que el impacto económico acumulado supera los USD 40.000 millones.
Al asumir Javier Milei, se frenó el dragado del Río Salado en la zona de Lobos, 25 de Mayo y Roque Pérez.
Aunque en 2024 figuró dentro de las 300 obras “prioritarias” para seguir, a la fecha están paralizados los trabajos, indicaron desde Carbap.
Al marcar que la Cuenca del Salado atraviesa cuatro provincias (Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y Santa Fe), en la entidad señalaron que “el financiamiento nacional resulta no solo lógico, sino indispensable”.
Y agregaron: “El Estado Nacional debe asumir su rol protagónico en la culminación de las obras. No se trata de una demanda provincial, sino de una inversión estratégica con impacto nacional. La inacción ya ha generado un costo demasiado alto”.
La Cuenca del Salado tiene 17 millones de hectáreas de extensión, en las que se concentra el 75% del stock vacuno bonaerense (representa el 28% nacional) y entre el 60 y 70% de los granos que produce la provincia (20-25% de la producción nacional).
En Carbap agregaron que la cuenca concentra el 40% de la producción nacional de cebada y girasol y ahí se produce un 20% de la leche nacional.
“Hay recursos, pero están durmiendo la siesta”, se quejó el titular del Consejo del Salado y coordinador de la comisión de aguas de Carbap, Alberto Larrañaga, quien sostuvo que, para esa obra, existen los recursos del Fondo Hídrico Nacional.
Estos datos se registraron a las 3 de este miércoles, con una crecida de 1.20 en bajamar y un aumento de 1.60 en pleamar.
Crecidas del Rio de la Plata.
Fotografía: Agencia Noticias Argentinas/ redes.
Buenos Aires, miércoles 28 mayo (PR/25) — El centro de prevención de crecidas del servicio de hidrografía naval informó que el Río de la Plata, Zona Costera Norte y Sur del Conurbano Bonaerense tuvieron un aumento de un 1.90 m por sobre los valores indicados en las tablas de marea.
Estos datos se registraron a las 3 de este miércoles, en el cual se encuentra una crecida de 1.20 en bajamar y un aumento de 1.60 en pleamar.
Estas crecidas se incrementaron con la velocidad del viento que alcanza los 21 km/h. Ante esta situación, hay calles que están anegadas en el centro de tigre como:
Lavalle y Pellegrini
Lavalle y Fernandez
Victorica y Mitre
Victorica y Cerino
Victorica e/ Tedin y Maschwitz
Victorica y Villegas
Italia y Paso
Italia y Marabotto
Italia y Castelli
Por otro lado, en el Rincón de Milberg, se toma precaución en las calles de Santa Maria y Nemesio Pérez, José c Paz y 9 de Julio, José c Paz y Aníbal Gonzáles, Callao y Chubut y, por último, Chubut e Irala.
Buenos Aires, martes 27 mayo (PR/25) — En Argentina, más de 7 millones de personas no cuentan con acceso a agua potable, una situación que afecta especialmente a la infancia temprana, en un contexto donde la gestión del recurso varía según la región y el proveedor del servicio
El desafío es concreto: mantener este recurso vital limpio y accesible. Hablamos del agua, nada más. Y nada menos. En un país como Argentina, la calidad de ese acceso varía considerablemente, dejando a millones de personas expuestas a peligros invisibles. Según datos de la Fundación Aguas, en Argentina hay más de 7 millones de personas sin agua potable y esto es algo que afecta especialmente a los niños menores de 2 años.
El arsénico y los nitratos, contaminantes silenciosos, pueden afectar desde la salud a largo plazo hasta poner en riesgo a los más pequeños con solo un sorbo. En este escenario, la gestión del agua se convierte en una cuestión de supervivencia, donde la clave está en el conocimiento, la tecnología y la concientización. La calidad del agua, un derecho humano esencial, necesita ser asegurada no solo en las ciudades, sino también en los rincones más remotos del país.
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En el marco del unos de los Día Mundial del Agua, expertos de la Universidad de Buenos Aires alertaron sobre los desafíos que enfrenta Argentina para asegurar el acceso a agua segura y de calidad. A pesar de que un 85% de los hogares cuenta con acceso a una red pública de agua, los riesgos asociados a la contaminación del recurso son elevados.
Expertos de la Universidad de Buenos Aires advierten que, aunque el 85% de los hogares argentinos tiene acceso a una red pública de agua, la contaminación por arsénico y nitratos representa un riesgo para la salud en amplias zonas del país Crédito: Universidad de Arkansas
En algunas regiones del país, cerca del 60% de la población está expuesta al arsénico, y hasta un 30% del agua embotellada presenta niveles de nitrato por encima de los límites recomendados, según detallan desde la UBA
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Aunque el agua de red en la mayoría de las áreas urbanas cumple con los estándares de seguridad, su calidad varía considerablemente según la región y el proveedor del servicio.
La gestión del suministro, tanto por empresas públicas como privadas, se ve afectada por la fragmentación normativa, lo que dificulta la implementación de medidas uniformes. En este contexto, los expertos señalan la necesidad de un control más riguroso, inversiones en infraestructura y campañas de concientización para prevenir los riesgos sanitarios derivados de la contaminación. El agua contaminada puede ser portadora de agentes microbiológicos, como virus, bacterias y parásitos, que se transmiten a través de la vía fecal-oral y causan enfermedades graves, entre ellas fiebre tifoidea, cólera y hepatitis A.
Además, los contaminantes químicos, como el arsénico, el plomo y los nitratos, tienen efectos a largo plazo en la salud, pudiendo provocar enfermedades crónicas y cáncer.
En regiones del norte argentino, el 60% de la población está expuesta al arsénico en el agua, mientras que hasta el 30% del agua embotellada supera los niveles recomendados de nitrato, según estudios realizados por la Universidad de Buenos Aires (Imagen Ilustrativa Infobae)
En los últimos años, ha surgido una preocupación adicional por los contaminantes emergentes, compuestos como medicamentos, cosméticos y pesticidas que han sido encontrados en el agua en concentraciones mínimas. Aunque se desconoce aún su impacto a largo plazo en la salud humana y el medio ambiente, organismos internacionales como la OMS y la Agencia Europea de Medicamentos han identificado estos compuestos como prioritarios para la investigación.
El Dr. Alfredo Gallego, bioquímico y especialista en ciencias químicas y medio ambiente, destacó que “la exposición al arsénico afecta a cerca de dos tercios de la población. El nitrato, especialmente en bebés, es otro problema grave. De hecho, hasta el 30% del agua envasada presenta niveles de nitrato superiores a los límites establecidos”.
En los casos de lactantes, el consumo de agua con altos niveles de nitrato puede causar efectos tóxicos agudos, un riesgo particularmente grave para aquellos menores de 4 meses o prematuros.
Otro de los grandes desafíos es el arsénico presente en las aguas subterráneas de varias provincias argentinas. La exposición prolongada a este metal está asociada al desarrollo del Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una condición que provoca lesiones en la piel y aumenta el riesgo de cáncer. La discusión sobre los límites aceptables de arsénico continúa abierta, dado que la eliminación del contaminante requiere fuertes inversiones tecnológicas.
El Mapa del agua es un proyecto de investigación que viene desarrollando Fundacion Aguas desde 2016. Las provincias más comprometidas en relación a la presencia de arsénico son: Santiago del Estero, Chaco, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Jujuy y Salta Crédito Fundación Aguas
Víctor Jordan, responsable de Proyectos de la Fundación Aguas, explicó que en las zonas rurales las familias obtienen agua de pozos artesanales llamados “calzados”, que presentan riesgos, especialmente para los niños, debido al trabajo forzoso de cargar agua y la posibilidad de contaminación.
Esta Fundación prioriza hablar de “derecho humano al agua” en lugar de solo “acceso”, ya que este derecho implica agua de calidad, a una distancia razonable y en un tiempo adecuado. También que eduque sobre este derecho para que las personas puedan evaluar si su fuente de agua cumple con los estándares de seguridad.
El arsénico es uno de los contaminantes más peligrosos, presente de manera natural en el agua subterránea. En altas concentraciones, puede causar problemas de salud graves, como cáncer. Fundación Aguas, en colaboración con el ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires), está desarrollando el “Mapa del agua” desde 2016, para identificar los problemas específicos del agua en diferentes regiones del país.
El proyecto “Mapa del agua”, impulsado por la Fundación Aguas en colaboración con el ITBA desde 2016, ha identificado problemas de calidad del recurso en 1369 puntos del país, con altos niveles de arsénico (Imagen Ilustrativa Infobae)
En un estudio realizado en 1369 puntos, se encontró que el 25% de las muestras de agua subterránea en ciertas provincias, como Santiago del Estero y Chaco, superan los límites establecidos por las normativas de calidad del agua para consumo.
Este proyecto busca generar soluciones a medida para cada problema detectado, y resalta la importancia de conocer la calidad del agua en diversas regiones para prevenir riesgos para la salud pública.
El control del agua de red: una cuestión de gestión
En cuanto al agua de red, si bien la calidad es generalmente aceptable, su seguridad depende en gran medida de la correcta gestión y control por parte de los prestadores del servicio. Ejemplos como los brotes de diarrea en Berazategui en 2016 y en Rojas en 2004, revelan las fallas en el monitoreo y la importancia de realizar inspecciones periódicas.
Hermoso río mexicano rodeado de vegetación exuberante, un ejemplo de la riqueza natural del país. – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Para garantizar un agua segura en los hogares, los expertos recomiendan una serie de medidas preventivas. Entre ellas, se destaca la importancia de mantener los tanques domiciliarios limpios y, en caso de utilizar agua de pozo, hervirla durante cinco minutos o agregar dos gotas de lavandina por litro. No obstante, los contaminantes químicos requieren análisis más detallados y el uso de filtros especializados.
¿Cómo surgió el Día Mundial del Agua?
En 1992, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, realizada en Río de Janeiro, desarrolló las bases para un modelo de desarrollo económico que considerara la conservación del medio ambiente.
Durante el encuentro, que reunió a líderes mundiales, organizaciones no gubernamentales y otros actores, la ONU propuso la creación del Día Mundial del Agua que se realiza en marzo.
La ONU inició el Día Mundial del Agua en 1993 tras la Conferencia de Río, con el objetivo de impulsar iniciativas globales sobre la preservación del recurso, el acceso equitativo y la sostenibilidad de los sistemas hídricos (Foto: Captura)
Problemática global
Según la FAO, cada persona dispone de un promedio de 580 metros cúbicos de agua dulce al año. En total, se extraen 3.600 km³ anuales para consumo humano. Sin embargo, su distribución revela una desigualdad notable: el 69% se destina a la agricultura, el 21% a la industria y solo el 10% al uso doméstico. En América Latina, este último porcentaje es aún menor, del 8%.
A la par, más de 2.000 millones de personas carecen de acceso a agua potable, según la OMS, a menudo debido a la contaminación de escorrentías agrícolas o desechos industriales.
En un estudio realizado por la Fundación Aguas, se detectó que el 25% de las muestras de agua subterránea en ciertas provincias superaban los límites normativos, una situación que refuerza la necesidad de diagnósticos regionales (Imagen Ilustrativa Infobae)
El problema se agrava con amenazas invisibles como los microplásticos, encontrados no solo en productos marinos, sino también en agua embotellada y tejidos humanos, así como los residuos farmacéuticos, que alteran la química de los ecosistemas acuáticos. La contaminación no solo reduce la cantidad de agua disponible, sino también su calidad, planteando un desafío multidimensional.
Según un estudio científico reciente, hasta 5.500 millones de personas en todo el mundo podrían estar expuestas al agua contaminada para el año 2100. Las investigaciones han destacado los desafíos que la calidad del agua superficial podría enfrentar en las próximas décadas, especialmente en el África subsahariana. “Aunque se espera que la calidad del agua mejore en la mayoría de los países desarrollados, las perspectivas para las naciones más pobres son preocupantes”, señala un estudio, publicado en la revista Nature Water .
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
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