Aprendo, cambia el Contexto, Desaprendo y vuelvo a Aprender

Aprendo, cambia el Contexto, Desaprendo y vuelvo a Aprender

Diego Palomeque

Alguna vez escuché una definición que me gustó mucho: un plan comercial de granos se hace para defender al productor de sí mismo. De sus sesgos, de sus emociones, de sus potenciales errores al leer el contexto, de sus “dogmas”.

Quiero a través de ésta columna desarrollar éste concepto.

Buenos Aires, martes 25 de febrero (PR/5) .- El inicio del Gobierno de Milei en Diciembre 2023 nos planteó a todos un completo cambio de paradigmas. Lo que funcionaba -hablo de decisiones empresarias del productor- hasta ese momento, dejaba de funcionar. Había que “quemar los libros” para volver a escribirlos. Ese cambio de paradigmas lo resumo en el siguiente gráfico:

Siempre uso ésta analogía para describir los cambios bruscos en el escenario macro donde se desarrolla el negocio agrícola : CUANDO EL DISC JOCKEY CAMBIA LA MUSICA, HAY QUE CAMBIAR EL PASO. Eso fue Argentina en los comienzos del 2024 y lo sigue siendo hasta hoy.

Mucho Gre Gre para decir Gregorio, que es lo que quiero transmitir a través de ésta columna de opinión ?

  • BUENA PARTE DEL MARGEN SE GANA O SE PIERDE FUERA EL LOTE, Y NO TIENE QUE VER CON KILOS O PRECIO. El famoso margen fuera de la tranquera.
  • LA CAPTURA DE ESE MARGEN FUERA DE LA TRANQUERA REQUIERE QUE EL PRODUCTOR DESARROLLE HABILIDADES MAS ABSTRACTAS. El conocimiento agronómico no juega acá.
  • LEER EL CONTEXTO Y A PARTIR DE ESO AJUSTAR LAS DECISIONES EMPRESARIAS ES EL COMIENZO DE TODO ESTO. QUIEN ENTIENDE EL CONTEXTO, LO VA A TRANSFORMAR EN MARGEN ECONOMICO.

Venimos de muchos años donde los fuertes desarbitrajes de la macro en sintonía con gobiernos que gestionaban con pésima calidad la cuestión pública nos hicieron abrazar una receta simple, pero que funcionaba muy bien. La resumo en 3 puntos:

  1. Los granos NO se venden, los stocks se retienen y se llevan adelante en el tiempo. Nada peor que tener excedente de Pesos y que la macro te los devore.
  2. Hay que financiarse en Pesos y esperar que el ajuste macro -sobre todo en los cambios de gobierno- licúe esos pasivos.
  3. El margen del negocio tiene buena parte de financiero, lo productivo hasta parece un complemento.

Todo eso que fue un Manual de Estrategia para surfear los difíciles “años K” , no sirve más. Es una canción vieja, hay que escribir la que la reemplaza.

El Tesoro (o el Gobierno, como lo quieras llamar) va a sostener todos los días el superávit fiscal, que ya lo consiguió para su primer año de gestión. Este es el “ancla de anclas”, ya no hay mas emisión de Pesos para financiar déficit del Tesoro. Esto mismo es decir, con otras palabras, que la tasa de inflación necesariamente desciende frente a la abrupta caída de emisión de Pesos

El Superávit Fiscal es lo mejor que le puede pasar al productor de granos, es el mejor de los entregables que puede gestionar un Gobierno. Sencillamente porque el Superávit es la condición precedente para la rebaja de impuestos, y el margen que falta en el campo en buena medida son los Derechos de Exportación que sobran !

“Los granos no se venden” aplicaba muy bien como estrategia hasta Diciembre 2023 porque frente a una devaluación “cantada” atesorar dólares en forma de inventario te defendía de la posibilidad de erosionar valor. Sigue aplicando hoy ? Trato de responderlo con el gráfico debajo:

“Carry Trade” puede sonar muy de jerga como término, pero es muy sencillo de entender: es devengar tasa en Pesos, por encima de la evolución del precio del Dólar. El gráfico acá compartido muestra que aquellos que hicieron líquido su capital de trabajo para devengar tasa, rentabilizaron muy bien su patrimonio. Un productor agropecuario no es un Fondo Común de Inversión ni una Mesa de Dinero de un banco. En que aplica esto en la diaria de un negocio agrícola ?

En que retener inventarios sin precio ni estrategia, es destructivo de valor. Todo activo de un balance tiene un pasivo que lo financia. Se acabó en ARG la época de tasas negativas (me refiero a tomar Pesos y esperar que devalúen), ahora el dinero cuesta, financiarse con bancos o proveedores consume margen, no hay ninguna martingala a hacer para volver a los años previos. Hay que minimizar el costo de capital !

Hay margen en la producción (se llama optimizar kilos en el lote), hay margen en la planificación comercial de la venta de la cosecha (se llama precio promedio), y hay margen en la Tesorería de los negocios: se llama optimizar la posición de liquidez del negocio para devengar tasa hasta tanto el capital de trabajo del propio negocio pida ese dinero para aplicarlo a la nueva sementera.

HAY QUE PERDERLE EL MIEDO A ESTAR LÍQUIDOS !

HAY QUE PERDERLE EL MIEDO A TOMAR PRECIO CUANDO HACE SENTIDO AUNQUE EL FLUJO NO ME PIDA PLATA !

HAY QUE PERDERLE EL MIEDO A AQUELLO QUE RECHAZABAMOS CUANDO EL CONTEXTO ERA MUY DISTINTO AL ACTUAL !

En definitiva, amigos productores, todos tenemos que resetear el modelo mental que aplicamos para la toma de decisiones de nuestro negocio. El DJ cambió la música, los bailarines tenemos que cambia el paso.

El Postgrado de Agronegocios de Agroeducación está pensado exactamente para ésto: leer contexto, entender la macro, interactuar con otros productores que tienen la misma realidad, conocer mejor los drivers del negocio, mejorar las herramientas que disponemos para tomar decisiones (el conocimiento es el gran “apalancador” de ésta mejora). Generando muchas interacciones entre pares que enfrentan problemas muy similares, todos los días. Allí los esperamos a todos los que necesiten entender mejor de que se trata su propio negocio.

Los dogmas aplican solamente en temas de Fe y Moral. En los negocios no hay dogmas, sólo paradigmas. Y éstos cambian ante distintas condiciones de tiempo y lugar. Por tanto, como menciona el título de ésta columna, aprender es importante pero igual de importante es desaprender cuando cambia el paradigma dominante. El tamaño de una empresa es el tamaño de las cabezas de quienes la dirigen, de eso se trata el negocio.

Fuente: Diego Palomeque |  Director Académico del Curso de Postgrado en Agronegocios – AGROEDUCACIÓN

Primicias Rurales

Desafíos para las economías regionales en un contexto de mayores costos en dólares

Desafíos para las economías regionales en un contexto de mayores costos en dólares

Buenos Aires, miércoles 19 (PR/259 — En el sector agro y agroindustrial argentino está la preocupación referida a los altos costos para producir. Tiene dos consecuencias: ser menos competitivos a la hora de exportar (y peor con la devaluación en otros países, como Brasil), y menores precios a pagar a los productores, la parte más vulnerable de las cadenas de valor, en periodos difíciles.
A todo esto, se agrega la posibilidad de menores precios internacionales, lo cual acentúa aquella problemática.

Para dimensionar esta situación, se recurrirá a un indicador que refleja la evolución del poder de compra del exportador en Argentina. Este poder disminuye cuando caen los precios internacionales y/o cuando el dólar oficial rinde menos (los costos aumentan en mayor proporción).

Ese indicador es el precio de exportación de los principales productos regionales, pero en vez de expresarlos en dólares, se lo hará en pesos, y se eliminará el componente inflacionario.

Visión global:  se considera un índice de precio promedio regional (incluye varios productos agro y agroindustriales, excepto cereales y soja), y como referencia, se tomará la soja. Si a abril de 2021 aquel índice regional era 100, dos años después se redujo en un 25%. En ese periodo complicado para el sector, estaba en discusión el planteo de un dólar especial para esos productos (estaba vigente el dólar soja). 

A fines de 2023, con la fuerte devaluación, mejoró la situación de los exportadores. Sin embargo, con el tiempo, con un dólar oficial que no ha seguido el ritmo de la inflación, se ha ido deteriorando el poder de compra de los exportadores regionales, llegando a una situación similar a la de mediados de 2023.

Visión de diferentes productos: presenta una comparación de los precios actuales de varios productos regionales, vs. los respectivos precios promedios históricos de los últimos veinte años. 

Salvo excepciones, como el aceite de oliva y papas industrializada, el resto está por debajo de esos históricos. Muy notorio en productos que hace unos años eran novedad, como nueces y arándanos, que tuvieron muy buenos precios años atrás, y luego se han normalizado. Una buena parte de la caída está vinculada con un dólar oficial relativamente bajo.

Ese menor poder de compra de los exportadores, sólo considerando precios, es un reflejo de los altos costos en dólares que enfrenta actualmente el agro argentino.

Desafíos para 2025

Acorde a los pronósticos para este nuevo año, es altamente probable que se mantenga ese dólar bajo, es decir, los altos costos en dólares. Y si el plan actual sigue vigente, es una situación que puede durar varios años.

Entonces, ¿cuáles son las alternativas? En este análisis, sólo se ha considerado los precios de exportación, y faltan incorporar las cantidades. Un interrogante es si éstas se pueden incrementar con mayor productividad, lo que se traduciría en menores costos unitarios. Esto se logra con inversiones, las cuales pueden ser posibles al haber más crédito bancario (partiendo de niveles muy bajos) y acceso a nuevas tecnologías. La pregunta es si esto permitirá incrementar significativamente la rentabilidad de los distintos sectores.

Por otra parte, en general, producir más es mejor, en especial en productos netamente exportadores, como los cereales, porque no cambian sus precios. En cambio, no lo sería tanto para aquellos que dependen fuertemente del mercado interno. En esos casos, es usual que, ante una mayor cosecha, los precios pagados al productor disminuyan significativamente (uvas, frutas, entre otros). Es necesario hacer un trabajo para incrementar el porcentaje de la producción a destinar a los mercados externos, tarea que no es tan sencilla con un dólar relativamente barato.

Desde la perspectiva de la política económica, es clara la necesidad de reducir los costos que enfrentan las empresas. Clarísimo en impuestos. La alta presión tributaria se podrá reducir en forma sustentable con niveles de gasto público más razonable, una tarea que tomará su tiempo. También se necesita hacer reformas en materia de aduanas y puertos, que impliquen menores costos para exportar.

Primicias Rurales

Fuente: IERAL. Fundación Mediterránea

Mmm: 23 años de retenciones nos dejaron chiquititos

Mmm: 23 años de retenciones nos dejaron chiquititos

Por Iván Ordoñez

Buenos Aires, domingo 9 febrero (PR/25) — Una medida largamente anticipada por los productores que vendieron lo indispensable para cubrir sus obligaciones (todavía se estima que faltan liquidar 15 millones de toneladas), el gobierno anunció una baja de retenciones a todos los granos: 7 puntos a la soja y 2,5 al resto de los granos. Es bienvenida la eliminación a lo que se llama vulgarmente “economías regionales”, como si el limón de Salta y Jujuy fuera lo mismo que las peras y manzanas del Alto Valle. Lo que todos se preguntan es si alcanza, porque el precio bajo cambiará poco, y es ya es claro que estamos en sequía, cabe preguntarnos la magnitud.

Los mercados de commodities agrícolas tienen por definición un comportamiento extremadamente volátil. Predecir hacia dónde van los precios es difícil; juegan al menos 9 variables: el clima de al menos las cuatro potencias exportadoras en meses específicos correlacionado con la temperatura en el océano Pacífico, la demanda de los principales importadores, particularmente China, los stocks de las campañas pasadas, la tasa de interés de la FED, aperturas y cierres de exportaciones de países productores-exportadores, el precio del petróleo, el comportamiento de los fondos de inversión y tensiones diarias en la logística o en el tipos de cambio. No se termina ahí, las guerras que afectan a los productores de alimentos (o a los productores de petróleo) también juegan y estás guerras hoy no solo se libran con ejércitos, sino también con diplomáticos que negocian barreras comerciales. Seguramente faltan nombrar un par más.

Es por esto que realizar pronósticos de precios de granos con una probabilidad de acertar es baja. A quién escribe en general no le gusta. El 2024 el precio de los granos se derrumbó al menos un 40% y eso golpeó la rentabilidad de todos los productores agrícolas del mundo, todos: argentinos, brasileros y norteamericanos hermanados en la quiebra.

El 2025 amenaza con ser un año en el que muy difícilmente el precio de los granos suba. El último evento que reafirma esta tendencia es la cosecha récord de soja que se avecina en Brasil: el año pasado fue un máximo de 154 millones y este año se estiman 172, un crecimiento de 12%. Game over. Sencillamente hay una sobreoferta global de soja. La sola confirmación de esta información sería suficiente para ponerle un techo claro a la soja en el nivel actual y posiblemente hacerla descender.

China en los 2000 creció más del 10% anual, mientras que en los 2010 bajó a un 7%. En 2022 creció un 3%, el año siguiente un 5% y el 2024 apenas menos. Con estos números la demanda de soja baja. El pronóstico de crecimiento chino para este año y el siguiente ponen un techo en 4,5%. Como si esto fuera poco, 2024 fue el tercer año que la población china decrece, un fenómeno que amenaza con ponerle techos cada vez más bajos a su crecimiento económico. Trump, el electrón loco, oscila entre en un gran enfrentamiento comercial, uno quirúrgico o, como tuiteó en su red social Truth el 17 de enero, “President Xi and I will do everything possible to make the World more peaceful and safe!”. Sencillamente no se sabe qué sucederá, porque al mismo tiempo tuiteó que a Estados Unidos le iba mejor cuando en vez de cobrar impuesto a las ganancias cobraba aranceles (es mentira, pero francamente no importa), cosa que sugiere que intentará dificultar el comercio.

Un final abrupto de la invasión de Ucrania será bienvenido por la población civil y todos los que pedimos por la paz y la autodeterminación de los pueblos, pero decididamente afectará a la baja al precio de los granos. En las últimas semanas Trump declaró que tienen la intención de alcanzar un acuerdo de paz entre ambos países en cuestión de meses y en quizás hasta días.

Mientras tanto, en Argentina el clima le estaría poniendo un techo claro a la producción. Es probable que la gruesa de este año sea promedio tirando hacia la cota inferior, pero de continuar la ola de altas temperaturas con ausencia de lluvias relevantes la cuestión podría empeorar.

Los productores del centro de Santa Fe mandan a maíz a picar ante la evidencia de una caída de los rindes por el stress hídrico. Los lotes de soja de segunda ya están sufriendo. Se reportan insectos que proliferan en ambientes secos en toda el área agrícola del país. Zona núcleo, centro de Santa Fe y Entre Ríos están en una situación ruinosa; el país sembró para 52 millones de toneladas de soja y hoy vamos hacia 46, las bolsas con la obligación de ser conservadoras pronostican 49 millones.

Solo de soja los brasileños producen un 30% más de toneladas que Argentina de todos sus granos sumados y el doble de lo que ellos producían hace 10 años. Nuestra sequía empieza a ser insignificante frente a la aplanadora brasileña y es poco probable que afectemos el precio hacia arriba. Lo que se perderá en cantidades seguro no se recuperará con precios.

23 años de retenciones nos dejaron chiquititos, la jaula que planearon De Mendiguren, Remes Lenicov y Lavagna se mantiene intacta.

Primicias Rurales

Fuente: Horizonte A

Inflación, reformas y elecciones: qué esperar en 2025

Inflación, reformas y elecciones: qué esperar en 2025

Por Osvaldo Giordano, presidente del IERAL, Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea.

Buenos Aires, miércoles 5 febrero (PR/25) — De la mano de un impresionante ajuste del gasto público, el 2024 terminó con tónicas favorables en la mayoría de los indicadores económicos y sociales. El que más atención acapara es la reducción en la inflación. La situación crítica a la que se había llegado en diciembre del 2023, contrasta con el 2,7% de variación en los precios al consumidor en diciembre del 2024. Junto con la baja de la inflación, y luego de unos primeros meses de fuerte licuación, los ingresos de la población (salarios y jubilaciones) acumulan varios meses de recuperación. En relación a la producción, si bien las situaciones son muy dispersas entre sectores, en general también prevalece la recuperación como tendencia.

Este cuadro de situación explica la sensación de alivio y esperanza que prevalece en gran parte de la población. Un progreso enorme respecto a pesimismo e incertidumbre reinante hace un año. En un país que acumula varias décadas de decadencia, la meta para el 2025 es darle continuidad a este proceso al ritmo más alto posible. ¿Será el año del despegue?

Para lograrlo es fundamental continuar con la estricta austeridad fiscal y una delicada administración de la política cambiaria y monetaria. Pero también es imprescindible simultáneamente darle integralidad y velocidad al proceso de reformas estructurales. Se trata de una tarea titánica ya que es enorme la cantidad de malas decisiones que se tomaron en las últimas décadas y que hay que rectificar para construir mejores instituciones.

Para despegar hay que pasar del ajuste, al ordenamiento del Estado. Los logros del 2024 son consecuencia principalmente de una sustancial y generalizada reducción del gasto público y, gracias a ello, una ruptura de los déficits crónicos. Para que esto sea la base del despegue es necesario agregar factores cualitativos. En particular, mejorar la calidad de los servicios que ofrece el Estado, eliminar burocracia y malos impuestos y revisar regulaciones.

Son muchos los escollos que hay que superar. A esto hay que agregar que la política económica estará fuertemente condicionada por las elecciones de medio término. Seguramente las negociaciones en el Congreso serán aún más complejas que las del año pasado. Pero lo más importante es que para el gobierno pocos temas son más decisivo que aprovechar la oportunidad que dan las elecciones para ampliar poder en el Congreso. 

Como lidiar con la política

Por un lado, el contexto político induce a que el gobierno tome decisiones de política económica que lleven a darle continuidad al proceso de reducción de la inflación y mantener la recuperación de los ingresos y la producción. Llegar a las elecciones con estas tendencias es clave. Pero, por el otro, la gestión Milei tiene que encontrar la manera de sostener el proceso de reformas en condiciones de amplia minoría en el Congreso y con sectores de la oposición que seguramente tendrá menos predisposición a colaborar.

En el 2025, con una elección en octubre muy importante, compatibilizar política con economia será muy difícil. Frente a ello hay dos tipos de riesgos. El primero es caer en el inmovilismo, esto es esperar a que pasen las elecciones para recién después abordar las reformas que necesita Argentina. El otro, es caer en el simplismo de minimizar las dificultades adicionales que plantean las elecciones. Lo cierto es que se necesitará mucha pericia para darle continuidad al programa que viene impulsando el gobierno en el marco de las limitaciones políticas que agregan las elecciones de medio término.  

El problema más urgente es dar respuestas, aunque sean parciales, a los problemas de competitividad que enfrentan muchos sectores de la producción nacional. Máxime cuando seguirá aumentado la presión por el lado de la apreciación cambiaria y se presenta un contexto internacional plagado de incertidumbres, donde no se descarta que se sumen factores adversos. 

La manera genuina de dar respuesta a los reclamos legítimos de quienes producen en la Argentina es eliminando malos impuestos y burocracia y mejorando la calidad del gasto público y las regulaciones. Para lograrlo, las batallas que hay que dar son muchas y variadas. Se necesita mucha habilidad, innovación, audacia y firmeza para vencer inercias e intereses profundamente petrificados.

No olvidar que somos un país federal

Que se apliquen muy malos impuestos y que la calidad de los servicios que ofrece el Estado sea deficiente en la mayoría de los casos está asociado a la caótica superposición entre Nación, provincias y municipios. No es exagerado afirmar que una de las principales fuentes de distorsiones que erosionan la competitividad de la producción nacional es la desconfiguracion del federalismo. 

Esto implica que hay mejoras sobre la gestión pública que las pueden (y deben) hacer cada nivel de gobierno de manera aislada. Pero la mayoría de las soluciones, que además son las principales a ejecutar, no podrán ser llevadas adelante si no media un ordenamiento en la distribución de funciones y potestades tributarias entre los tres niveles. 

Mientras se mantenga el estado de desconfiguracion actual siempre está latente el riesgo de que los avances en un nivel de gobierno no sean acompañados o, peor aún, sean anulados por empeoramientos en otros niveles de gobierno. El ejemplo de algunos municipios que aumenta las tasas municipales y provincias que aumentan Ingresos Brutos y Sellos demuestran que esto ya está ocurriendo. Es inconducente tomar decisiones como si la Argentina tuviera una organización unitaria. 

La reducción en los Derechos de Exportación que dispuso el gobierno ejemplifica el problema. Para los productores es un modesto alivio, para el Estado Nacional un enorme esfuerzo ya que tienen que evitar que no se erosione el equilibrio fiscal, pero para las provincias un incremento en sus ingresos no programado (por la mayor recaudación de impuestos coparticipables e impuestos provinciales que genera la reducción de las retenciones). La experiencia muestra que una acción coordinada entre niveles de gobierno permitiría ser más consistente y audaz frente al desafío de eliminar los impuestos más distorsivos.  

El 2025 puede ser el año del despegue. Para ello es clave sostener el proceso de reformas aun en un contexto político más complejo. Pero incluso más importante es que las elecciones den como resultado una distribución del poder más proclive a las reformas y particularmente a un escenario político más favorable que el actual a la suscripción de un acuerdo de coordinación fiscal entre la Nación y las provincias que ordene el federalismo. 

Osvaldo Giordano

Presidente del IERAL

Fundación Mediterránea

Primicias Rurales

La iniquidad ecológica: el valor olvidado de la naturaleza en la economía

La iniquidad ecológica: el valor olvidado de la naturaleza en la economía

Por Rodolfo Tarraubella, presidente de Fundación EcoConciencia.

¿Cómo se denomina a aquél que toma un bien o servicio producido por otro, lo utiliza y no paga al productor? Según el diccionario de la lengua española, ladrón es todo aquel que se apropia de lo ajeno sin autorización y sin compensación alguna. Pero, ¿qué pasa cuando este “robo” tiene lugar entre el ser humano y la naturaleza?

Buenos Aires, miércoles 8 enero (PR/25) — Imaginemos dos hermanos que heredan un campo de 10.000 hectáreas con un bosque nativo casi impenetrable. Este bosque, un ecosistema lleno de vida, ha permanecido intacto durante siglos.

Uno de los hermanos, Santiago por ejemplo, decide conservarlo tal como está, respetando su valor natural y su biodiversidad. Su reflexión es ética: ¿cómo destruir una maravilla que costó siglos en formarse?

El otro hermano, vamos a ponerle Sergio, decide talar el bosque para cultivar cereales y oleaginosas. Su razonamiento es económico: ¿cuánto dinero obtendrá al vender la madera y preparar la tierra para la agricultura?

Aquí se enfrenta la ética ecológica con la ética económica. Sergio, el productor de oleaginosas, comprará semillas, combustible, pagará a trabajadores y usará tractores, entre otros insumos. Pero también tomará de la biodiversidad de su hermano: utilizará la fertilidad de la tierra, la polinización de las abejas que habitan en el bosque, y la regulación del clima y las inundaciones proporcionadas por el ecosistema de Santiago. Estos servicios ecosistémicos no tienen precio, al menos no uno visible ni reconocido.

Al final, el dueño del campo de oleaginosas, Sergio, se beneficiará económicamente al vender su producción, mientras que el dueño del bosque, Santiago, proveerá servicios cruciales para la agricultura sin recibir compensación alguna. Sin embargo, si Santiago decide tomar una bolsa de cereales del campo de su hermano, seguramente será denunciado como ladrón. ¿Pero qué pasa cuando el productor agrícola toma los servicios ecosistémicos de su hermano sin pagar por ellos? Absolutamente nada.

Este fenómeno no es exclusivo de los hermanos ficticios. A nivel global, los países más desarrollados han talado grandes extensiones de bosques para generar espacios agrícolas y ganaderos, pero, irónicamente, critican el desmonte de bosques en países en desarrollo, bajo el argumento de la protección ambiental. La contradicción es evidente: mientras unos se enriquecen con los recursos naturales, otros deben seguir protegiéndolos sin ser remunerados por los beneficios que generan para la humanidad.

La pregunta es clara: ¿por qué los servicios ecosistémicos no tienen un valor comercial? Estos servicios, esenciales para nuestra vida cotidiana —el aire que respiramos, el agua que consumimos, la biodiversidad que mantiene nuestros ecosistemas saludables— han sido considerados, durante mucho tiempo, “superabundantes” por la economía tradicional. Sin embargo, esa visión está cambiando. El agua, el aire, la biodiversidad y la fertilidad ya no pueden considerarse bienes superabundantes. Son recursos finitos y su valor debería reconocerse y ser compensado adecuadamente.

Desde la introducción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, la sostenibilidad ha dejado de ser solo ambiental y se ha convertido también en una cuestión social y económica.

El planeta es la base de todos los pilares del desarrollo. Sin un planeta saludable, no hay prosperidad ni bienestar para las personas.

Sin embargo, aunque se reconozca la importancia de los servicios ecosistémicos, aún no existe un mercado global para remunerarlos de manera efectiva. En su lugar, solo un servicio ecosistémico ha logrado establecerse en el mercado: la captura de gases de efecto invernadero, que ha generado transacciones superiores a los 100.000 millones de dólares, según el Banco Mundial.

Existen esfuerzos como los de la Bolsa de Comercio de Nueva York y otras iniciativas privadas que buscan crear empresas de activos ambientales, conocidas como Natural Asset Companies (NACs), que venderían estos servicios ecosistémicos a empresas que no los producen.

La ONU también ha establecido pautas para contabilizar estos servicios a través de su Oficina de Biodiversidad (UNEP) en Nairobi, pero aún queda mucho por recorrer.

Mientras tanto, el riesgo de un colapso ambiental, según el Foro Económico Mundial, es cada vez más inminente. Los últimos reportes indican que en solo 10 años podríamos enfrentar una crisis ecológica irreversible.

Y mientras tanto, seguimos siendo “ladrones ambientales”, aprovechándonos de los servicios que nos da la naturaleza sin ofrecer nada a cambio. La lección es clara: el mundo debe reconocer y pagar por los servicios ecosistémicos, empezando por aquellos más visibles, como la captura de carbono.

En este contexto, surge una pregunta fundamental: ¿por qué no hemos entendido aún que la naturaleza, al igual que cualquier otro bien o servicio, debe ser remunerada?

Primicias Rurales

Fuente: Fundación Eco-conciencia

Fósforo, clave para alto rendimiento de soja

Fósforo, clave para alto rendimiento de soja

Por Fernando García para Primicias Rurales

Buenos Aires, miércoles 4 diciembre (PR/24) — El fósforo en la Argentina es básicamente un nutriente muy deficiente en muchos suelos de nuestra región productora.

Básicamente, si se miran lo que son los mapas, los relevamientos de fertilidad que hizo INTA con fertilizar, casi el 60% de los suelos de la región pampeana argentina están en niveles deficientes. Es decir:  bajo el fósforo de suelo.

Y en el relevamiento más reciente que se hizo el año pasado en toda la región NEA y NOA también se encontró que casi un 40% creo de los suelos era deficiente en fósforo.

Entonces cuando hablamos sobre cuáles son los principales nutrientes deficientes en nuestro sistema de producción, especialmente de cultivos extensivos, estamos hablando como siempre de nitrógeno, en segundo lugar de fósforo obviamente, y el tercero que históricamente tenemos es azufre.

Hay otros nutrientes que están surgiendo también como deficitarios, como es el caso de zinc y boro.

Así que esos son en los que más centramos nuestra atención.

Pero más allá de este panorama general, lo de fósforo también es muy significativo porque fósforo es un nutriente que hay que aplicarlo con una fuente externa, pueden ser fertilizantes minerales, pueden ser abonos orgánicos, pero digamos no hay forma de captarlo del aire como en el caso del nitrógeno por ejemplo.

Entonces Argentina en este momento no tiene yacimientos comerciales de fósforo, las rocas fosfóricas que hay son en general de bajo grado, es decir de baja concentración de fósforo, por lo tanto es un nutriente que se importa. Lo cual es bastante estratégico porque teniendo suelos bajos en fósforo y siendo un nutriente que se importa, lo que tenemos que hacer es manejarlo de la forma o la manera más eficiente que podamos.

¿Qué quiere decir eso? Básicamente sacar la mayor cantidad de kilos de granos o de forraje por kilo de fósforo que hace en el suelo o kilo de fósforo que apliquemos. Y en ese aspecto nosotros nos centramos mucho en cuatro puntos que llamamos que son los cuatro requisitos de la fertilización: que es aplicar la fuente correcta, en este caso la fuente de fósforo correcta, la dosis correcta, en el momento correcto y en la localización correcta.

Esos son los cuatro requisitos: dosis, fuente, forma y momento.

Y en el caso de fósforo nuevamente, insistiendo con este nutriente, es clave para decidir la fuente, la forma, la dosis y el momento, el diagnóstico.

Es clave saber si estoy en un suelo que tiene altos o bajos niveles de fósforo y para eso el puntapié inicial siempre decimos que es el análisis de suelo. Se hace poco lamentablemente, porque actualmente se estima que más o menos entre un 20 o un 30, en algún caso el 35% de los lotes se muestran.

Es decir, en forma optimista, uno de cada tres lotes.

Entonces es muy bajo el nivel de muestreo, siempre insistimos en la necesidad fuerte que hay de hacer esos análisis de suelo para saber qué tiene mi suelo.

Una vez que yo sé el nivel de fósforo disponible, extractable que tiene mi suelo y cuando hablamos de niveles, acá en Argentina por el análisis que se usa, que es una metodología que se llama BRAY, por esa metodología sabemos que generalmente para el caso de soja, por ejemplo, que es el motivo que viene ahora, con estar arriba de 15 partes por millón estamos bien.

Incluso un poquito menos puede ser bien. Pero si estamos debajo de 12 partes  por millón, tenemos respuestas directas muy interesantes. ¿Muy interesantes por qué? Porque generalmente son respuestas que por kilo de fósforo que yo aplico, obtienen un retorno de dos a tres veces en términos económicos.

Entonces, por cada peso que yo invierto en esos suelos deficientes, lo que me va a suceder es que voy a obtener una ganancia de 3 a 1, 2 o 3 a 1. Entonces  es una tasa de retorno a la inversión interesante. Siempre insisto con esto, cuando tengo un análisis de suelo que me dice que estoy en suelos deficientes.

La recomendación es que en cada lote, y si hay ambientes dentro del lote, es decir, hay zonas distintas, en cada ambiente dentro del lote, se toma una muestra, se manda al laboratorio, con ese valor se interpreta valores bajos, valores altos, y a partir de ahí se decide la fertilización o no del cultivo.

Hay que destacar que fósforo es un nutriente que es más estable que nitrógeno o de menor movilidad que nitrógeno.

Entonces, lo que yo aplico este año, una buena parte del fósforo va a quedar disponible para el año que viene. Esto tiene dos ventajas. Una es que si estoy trabajando en lotes que yo soy el dueño, puedo aplicar fósforo cuando consiga buenos negocios, es decir, cuando el costo sea menor o cuando me convenga alguna relación de canje con grano, de manera tal de que yo puedo ir levantando los niveles de fósforo de mi suelo.

En eso hay (7:06) bastante información acá en Argentina, de INTA, de universidades, de CREA, de muchos lugares que (7:14) han generado información de cuánto fósforo tengo que aplicar, cuánto fertilizante tengo que aplicar (7:20) para levantar ese nivel en el suelo. Eso me permite, como te decía recién, aprovechar por ahí (7:27) relaciones de canje o relaciones de precios de fertilizante, precios del grano más favorables. (7:34) Entonces esos años aplico un poco más de fósforo que otros años.

Básicamente ahí se puede levantando el nivel de fósforo. Así como cayó por muchos años de cosechar y cosechar sin aplicar  fósforo, yo puedo ir recuperando eso aplicando un poco más de este nutriente que se lleva a los cultivos y de esa manera ir subiendo y mejorando los niveles de fósforo del suelo. Es una estrategia que podemos usar acá porque hay mucha y muy buena información, pero que también se usa en otros lugares del mundo.

No es nada súper novedoso. Nosotros decimos que hay un efecto residual de fósforo, entonces puedo acumular fósforo en el suelo y mejorar los niveles en el suelo. Se llama a veces eso también construir niveles de fósforo del suelo.

Así que básicamente eso es lo que vemos. Lamentablemente justo soja es un cultivo que es el que viene ahora, que es el que menos se muestrea y también el que menos se fertiliza, especialmente con fósforo. Es un cultivo que responde bien al fósforo.

Creo que las dosis promedio que se usan de nutrientes fósforo no son más de 5 o 6 kilos por hectárea y a los niveles de producción de soja que hay en Argentina, imagínate que si yo aplico 5 o 6, un cultivo de 3.000 kilos de soja se está llevando 12 o 14 kilos de fósforo. Entonces me llevo 12 y aplico 6 en promedio a nivel país, siempre tengo un balance de fósforo negativo en mi suelo. Es decir, cada día le saco más, le devuelvo menos, va bajando ese nivel de fósforo del suelo.

Entonces esa es la preocupación un poco que hay, la insistencia de que se haga el análisis de suelo y se fertilicen los lotes que son deficientes en el cultivo. Después hay varias opciones más alrededor de fósforo. Uno puede decir, bueno,  en vez de fertilizar soja, puedo fertilizar otros cultivos que estén dentro de la rotación y mejorar el nivel de fósforo del suelo porque tiene propiedad residual.

Sí, es una variante, pero lo más urgente es detectar esos lotes que son deficientes y cubrir esa deficiencia con una buena fertilización.

Creo que nos tenemos que concientizar más. Un poco la campaña de fósforo de FERTILIZAR está orientada a eso, a que tomemos en cuenta, porque viste que en nutrientes siempre hablamos mucho por ahí de nitrógeno, de urea, y por ahí al fósforo lo dejamos de costadito.

Buena cantidad de nitrógeno,  buen rendimiento, pero para que eso ocurra tienen que estar los cimientos de un buen cultivo, de un buen desarrollo de plantas, y esos cimientos los hace el fósforo.

El fósforo es el que permite que después captés el beneficio o aproveches el beneficio que te da una buena fertilización nitrogenada.

Por supuesto, todos van en conjunto, nunca podemos analizar uno solo. Ahora pusimos la lupa en fósforo, pero siempre hay que pensar en todos los nutrientes porque si nos olvidamos de uno y está en falta, no vamos a aprovechar la ventaja que tenemos de haber  aplicado otro.

Entonces eso es el concepto de nutrición balanceada, que miremos todos los  nutrientes, no nos quedemos solamente con uno.

Ahora el problema es concientizar.,

Hay mucha y muy buena información.

Hay también información acerca de en qué momento aplicarlo, dónde aplicarlo, que bueno, esos son detalles puntuales que por ahí hay que ver en cada lote, en cada ambiente, en cada cultivo en particular, en soja.

Hay varias opciones de aplicación del nutriente.

Lo más importante es que tomemos conciencia de la necesidad de considerar el fósforo dentro del esquema de producción.

 

Ingeniero Agrónomo Fernando O. García, Consultor en Fertilidad de Suelos y Nutrición de Cultivos y Profesor Libre de la Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce (UNMDP).

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