“Este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado”

“Este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado”

LECTURA DEL DÍA

Primera lectura

Lectura del Libro de Josué

Josué 5, 9a. 10-12

En aquellos días, el Señor dijo a Josué: “Hoy he quitado de encima de ustedes el oprobio de Egipto”.

Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebraron la Pascua, al atardecer del día catorce del mes, en la llanura desértica de Jericó. El día siguiente a la Pascua, comieron del fruto de la tierra, panes ázimos y granos de trigo tostados. A partir de aquel día, cesó el maná. Los israelitas ya no volvieron a tener maná, y desde aquel año comieron de los frutos que producía la tierra de Canaán.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5

2 Corintios 5, 17-21

Hermanos: El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo.

Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es  Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se dejen reconciliar con Dios.

Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.

EVANGELIO DEL DÍA

Lectura del santo Evangelio según San Lucas

Lucas 15, 1-3. 11-32

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.

Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.

Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’.

Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.

Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.

El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.

Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.

El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Es importante esta enseñanza de Jesús: nuestra condición de hijos de Dios es fruto del amor del corazón del Padre; no depende de nuestros méritos o de nuestras acciones, y, por lo tanto, nadie nos la puede quitar, ni siquiera el diablo. Nadie puede quitarnos esta dignidad. Esta palabra de Jesús nos alienta a no desesperar jamás. Pienso en las madres y en los padres preocupados cuando ven a los hijos alejarse siguiendo caminos peligrosos. Pienso en los párrocos y catequistas que a veces se preguntan si su trabajo ha sido en vano. Pero pienso también en quien se encuentra en la cárcel, y le parece que su vida se haya acabado; en quienes han hecho elecciones equivocadas y no logran mirar hacia el futuro; en todos aquellos que tienen hambre de misericordia y de perdón y creen no merecerlo… En cualquier situación de la vida, no debo olvidar que no dejaré nunca de ser hijo de Dios, ser hijo de un Padre que me ama y espera mi regreso. Incluso en la situación más fea de la vida, Dios me espera, Dios quiere abrazarme, Dios me espera. (Audiencia general, 11 de mayo de 2016)

Vatican News

Hoy celebramos a los santos Jonás y Baraquicio, testigos de Cristo, el ‘Rey de reyes’

Hoy celebramos a los santos Jonás y Baraquicio, testigos de Cristo, el ‘Rey de reyes’

El aliento de los mártires

En el decimoctavo año de reinado de Sapor II, rey de Persia, se inició una cruel persecución contra los cristianos en Oriente. Por órdenes reales, monasterios y templos fueron arrasados o quemados, mientras que cualquier cristiano que profesara su fe en público estaba bajo amenaza.

Sucedió que un grupo de cristianos fue capturado y condenado a muerte. Entonces, mientras permanecían en las mazmorras esperando el momento final, dos valientes monjes provenientes de Beth-Iasa se acercaron al lugar para darles agua y comida.

Luego, cuando los prisioneros fueron conducidos al lugar donde serían torturados, los monjes los siguieron, y los alentaron con oraciones y arengas mientras sufrían los castigos. Ese día ninguno de los condenados a muerte abdicó de su fe. Aquellos monjes eran los hermanos Jonás y Baraquicio.

Sólo hay un ‘Rey de reyes’

Cuando todo hubo concluido, un grupo de soldados persas se abalanzó contra los hermanos y los hicieron prisioneros. Entonces, el encargado de presidir la masacre los instó a que adoraran al sol, la luna, la tierra y al agua.

Les pidió, además, que rindieran pleitesía al ‘rey de reyes’, refiriéndose a Sapor, a lo que los monjes respondieron con una negativa, porque para ellos el único rey de reyes era Cristo, quien, a diferencia de Sapor, no morirá jamás.

Esto fue motivo de escándalo entre los jueces persas, quienes llamaban a Sapor ‘inmortal’. En represalia, Baraquicio fue arrojado a un estrecho calabozo, mientras que Jonás fue azotado y luego arrojado a un estanque de agua helada.

Ambos pasaron la noche en esas condiciones, para después ser sometidos a un juego cruel, bastante común entre los sayones (verdugos). Como los hermanos habían sido separados, los sayones empezaron a “jugar” cruelmente con ellos.

A Baraquicio le dijeron que Jonás había renegado de Cristo con el propósito de que se rindiera. El monje no hizo caso a tales mentiras y se reafirmó en su fe. Acto seguido, por haber reaccionado así, los jueces determinaron que sea apaleado con varas de ganado, igual que su hermano Jonás.

Persia, tierra de mártires

Finalmente, Jonás terminó aplastado por una prensa para la vid, y a Baraquicio le vertieron pez caliente y plomo por la boca. Un hombre llamado Abdisotas rescató ambos cuerpos pagando quinientos daries (la moneda persa de ese entonces) a la soldadesca. Luego, les dio a los hermanos cristiana sepultura.

La impresionante historia de Jonás y Baraquicio, así como la de los otros mártires de Persia, aconteció en tiempos en los que en Occidente ya estaba vigente el Edicto de Milán, y las persecuciones se habían detenido. En Oriente, sin embargo, la situación era muy distinta.

Primicias Rurales

Fuente: ACI Prensa

“¡Oh, Dios!, ten compasión”

“¡Oh, Dios!, ten compasión”

Primera lectura

Lectura de la profecía de Oseas 6, 1-6

 

Vamos, volvamos al Señor.

Porque él ha desgarrado,
y él nos curará;
él nos ha golpeado,
y él nos vendará.

En dos días nos volverá a la vida
y al tercero nos hará resurgir;
viviremos en su presencia
y comprenderemos.

Procuremos conocer al Señor.
Su manifestación es segura como la aurora.

Vendrá como la lluvia,
como la lluvia de primavera
que empapa la tierra».

¿Qué haré de ti, Efraín,
qué haré de ti, Judá?

Vuestro amor es como nube mañanera,
como el rocío que al alba desaparece.

Sobre una roca tallé mis mandamientos;
los castigué por medio de los profetas
con las palabras de mi boca.

Mi juicio se manifestará como la luz.

Quiero misericordia y no sacrificio,
conocimiento de Dios, más que holocaustos.

 

Salmo de hoy

Salmo 50, 3-4. 18-19. 20-21ab R/. Quiero misericordia, y no sacrificio

 

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos. R/.

 

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9-14

 

En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:

“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.

El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

 

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

La cuaresma va avanzando y nosotros deseamos también avanzar en nuestro particular camino de conversión. Tal vez para ello nos ayuden la lecturas de este tercer sábado.

2.1.2.

No, esto no es ninguna clave, es sólo algo para que recordemos el evangelio del día.

2. “Dos hombres subieron al Templo”.

1. “para orar” 1 misma acción

2. con 2 formas de hacer:

“El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano”

“el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.”

Podríamos preguntarnos ¿Qué motiva a los hombres a actuar de un modo u otro? Se podría decir muchas cosas, pero si miramos todas las lecturas de hoy en su conjunto, podríamos decir que, tal vez, unos se han tomado en serio las palabras del profeta Oseas que acabamos de escuchar: “esforzaos por conocer al Señor” y otros no. Por otro lado, se ha llegado a comprender ese “misericordia quiero y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos”

El fariseo de la parábola presumía de sus sacrificios, el publicano, en cambio, implora la misericordia de Dios.

El fariseo vivía muy bien su religiosidad, ayunaba, daba limosna, oraba, lo mismo que nosotros en cuaresma. Y así se nos recordaba al inicio de la misma, con una salvedad, hacerlo todo en lo oculto, que es donde Dios ve.

Deberemos examinarnos y ver hasta qué punto con ello nos sentimos justificados ante Dios y mejores que los otros; porque para el Señor, como se nos indica al final de este Evangelio, fue justificado el publicano que se golpeaba el pecho, reconocía su culpa y confiaba en la misericordia.

Ojalá nosotros sigamos los pasos de este publicano en su oración y al menos en la nuestra repitamos incesantemente su súplica: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”

Semana Santa: El Vaticano publicó el calendario de celebraciones

Semana Santa: El Vaticano publicó el calendario de celebraciones

La canonización de Carlo Acutis está prevista para el 27 de abril.

Buenos Aires, viernes 28 marzo (PR/25) — La Oficina de Celebraciones Litúrgicas Pontificias publicó, este jueves 27, el calendario de celebraciones de la Semana Santa hasta el segundo domingo de Pascua, dedicado a la Divina Misericordia, cuando será canonizado el beato Carlo Acutis, en el marco del Jubileo de los adolescentes. Sin embargo, no se dieron los nombres de los celebrantes de esas celebraciones.

El 13 de abril, Domingo de Ramos, a las 10 (hora de Roma), se celebrará la misa en la Plaza de San Pedro, conmemorando la entrada de Jesús en Jerusalén y los diversos momentos de su Pasión.

El 17 de abril, Jueves Santo, se celebrará la Misa Crismal en la basílica de San Pedro, a las 9.30. La misma basílicaacogerá la celebración de la Pasión del Señor el Viernes Santo, a partir de las 17.

El tradicional viacrucis en el Coliseo de Roma está previsto que comience a las 21.15 horas del 18 de abril.

La Vigilia Pascual se celebrará  a las 19.30 del 19 de abril, en la basílica de San Pedro.

El Domingo de Pascua, la misa sera a las 10.30 en la Plaza de San Pedro, seguida de la bendición ‘Urbi et Orbi’.

Canonización de Carlo Acutis

El 27 de abril, durante el Jubileo de los Adolescentes, se celebrará la canonización del beato Carlo Acutis, a las 10.30 hora local, en la Plaza de San Pedro.

El Jubileo de los Jóvenes, que se celebrará del 28 de julio al 3 de agosto de 2025, estará marcado por la canonización de otro de los patronos de la JMJ 2023, Pier Giorgio Frassati, nacido en Turín el 6 de abril de 1901.

El calendario fue publicado por el padre Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, sin proporcionar información sobre quién presidirá las diversas celebraciones.

Salud del Papa

El Papa regresó el pasado domingo a la Casa Santa Marta, donde reside en el Vaticano, después de la hospitalización más larga del actual pontificado, iniciada el 14 de febrero en el Hospital Gemelli, a raíz de una infección polimicrobiana de las vías respiratorias, que empeoró hasta convertirse en una neumonía bilateral.

El Vaticano informó el martes que el Papa está siguiendo los “términos prescritos por los médicos” para su convalecencia, sin compromisos previstos en el futuro próximo.

VÍA CRUCIS DE LA CIUDAD

18 de abril 2025

Arzobispado de Buenos Aires
Vicaría de Pastoral

Estimados hermanos y hermanas:

Los invitamos a participar del tradicional “Vía Crucis de la Ciudad”, el viernes 18 de abril de 2025 a las 20.00 hs.
El mismo será presidido por nuestro Arzobispo Mons. Jorge Ignacio García Cuerva.

El Vía crucis comenzará en Avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen y finalizará en la Catedral de Buenos Aires, frente a la Plaza de Mayo.

Para el Vía crucis les solicitamos traer una vela con tulipa, la cual será un signo que acompañará todo el camino. 

Les pedimos que difundan esta invitación y compartan en las redes sociales institucionales y personales.

Los esperamos, muchas gracias!

 

Primicias Rurales

Fuente: Agencia AICA

 

 

 

 

 

Hoy celebramos al Beato Enrique Suso, que recuerda la importancia de conocer nuestra fe

Hoy celebramos al Beato Enrique Suso, que recuerda la importancia de conocer nuestra fe

Es conocido, entre otras razones, por haber sido un eminente discípulo de Eckhart de Hochheim, el “Maestro Eckhart”, dominico alemán iniciador de la corriente denominada “misticismo especulativo” o “escuela mística renana” (debido a que esta surgió a orillas del río Rin, en Renania, Alemania).

La importancia del estudio para la vida espiritual

El Beato Enrique Suso -forma castellanizada de ‘Heinrich Seuse’- fue presbítero de la Orden de Predicadores (dominicos), tal y como Eckhart, su maestro. Suso fue el autor de un brillante tratado sobre la sabiduría de Dios, “El pequeño libro de la Eterna Sabiduría”, y, motivado por la predicación, desarrolló un conjunto de reflexiones sobre temas místicos, entre los que destacan los textos dedicados al Nombre de Jesús.

El beato nació en Suabia (Alemania) en 1296. A los 13 años fue admitido como religioso en el convento de los padres dominicos en Constanza. Sólo tres años más tarde, Enrique ya estaba convencido de que Dios lo llamaba a consagrar el resto de su vida a la oración y al estudio.

De 1324 a 1327 fue enviado a estudiar filosofía y teología al Studium Generale Dominico de Colonia, lugar donde conoció a Eckhart. Lamentablemente, el maestro sería condenado -hoy sabemos que injustamente- por los censores eclesiásticos de la época, tras considerarse heréticas algunas de sus tesis. La rehabilitación del teólogo renano llegaría recién siglos más tarde, en 1992, gracias a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Tras la muerte de su maestro en 1328, producida un año antes de recibir la condena, Enrique se dedicó a la redacción de “El pequeño libro de la verdad”, obra considerada como una defensa del Maestro Eckhart. En dicho texto el beato sostiene que las tesis de su maestro fueron “maltratadas a veces por personas, ignorantes aunque espirituales, que las han malinterpretado”.

Su segunda obra, “El pequeño libro de la Eterna Sabiduría”, fue escrita hacia 1330. En el texto, Suso parte de sus meditaciones contemplando el crucifijo para ilustrar el proceso de “conformación” del alma con la Pasión de Cristo y la compasión de María. Dicho proceso implica que el alma vaya tomando ‘la forma de Cristo’, algo que debe realizarse a través de un ‘diálogo’ entre la “Eterna Sabiduría” (Dios) y el “servidor” (o siervo), es decir, la persona.

Ambas publicaciones -de gran impacto en aquel momento en Países Bajos, Francia, Italia e Inglaterra- generaron incomprensión dentro de la Orden de Predicadores y terminaron siendo denunciadas también. A Suso se le pidió rendir cuentas ante el Capítulo General de los dominicos. No obstante, después sería exculpado, tras ratificarse su ortodoxia.

Estudio y oración para anunciar mejor al Señor

Entre 1335 y 1337, Enrique cambió el estilo de vida conventual y ascético por los viajes y la predicación. Dejó atrás la vida académica para convertirse en director espiritual, especialmente de monjas y beguinas.

Sus últimos años los pasó en Ulm, donde continuó en la dirección de las almas, mientras revisaba sus escritos. Falleció el 25 de enero de 1366.

Mística

De acuerdo a la tradición, el beato tuvo visiones místicas, entre las que se cuenta más de una aparición de la Santísima Virgen María. En una de esas ocasiones Enrique le preguntó qué medios debería emplear para alcanzar más fácilmente la santidad y la salvación, y Ella le respondió: “Negarse a sí mismo; no apegarse a las criaturas; recibir todo lo que sucede, como venido de la mano de Dios, y ser infinitamente paciente y amable con todos, aún con los que son ásperos e injustos en su modo de tratarlo a uno”.

Enrique Suso fue declarado Beato por el Papa Gregorio XVI en el año 1831. Entre los muchos seguidores de sus enseñanzas, podemos encontrar nombres ilustres como Tomás de Kempis y San Pedro Canisio, Doctor de la Iglesia.

¿Quieres saber más sobre el Beato Enrique Suso y el Maestro Eckhart? Te recomendamos estos artículos de la Enciclopedia Católica:
https://ec.aciprensa.com/wiki/Enrique_Suso
https://ec.aciprensa.com/wiki/Meister_Eckhart

El Beato Enrique Suso atendía espiritualmente a monjas y beguinas, ¿sabes quienes fueron estas últimas? Te sugerimos el siguiente artículo de la Enciclopedia Católica:
https://ec.aciprensa.com/wiki/Beguinas;_Begardos

Primicias Rurales

Fuente: ACI Prensa

“Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo”

“Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo”

Primera lectura

Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10

Esto dice el Señor:

«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.

Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.

Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.

“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.

Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.

Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.

Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.

Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.

¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?

Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos».

 

Salmo de hoy

Salmo 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17 R/.

Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz

 

Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R/.

Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R/.

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre». R/.

 

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».

El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

 

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo

En esta lectura el Señor Dios nos anima a convertirnos a él. “Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo, porque tropezaste con tu pecado… Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios”.

Bien sabemos la respuesta de nuestro Dios. “Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Seré rocío para Israel”.

“El profeta lanza el último grito de alarma para la conversión del pueblo, el retorno al único y verdadero Señor. Si tropezaron cayendo desde la firmeza de su fe, que se conviertan ahora retornando la firmeza primitiva”.

Así es nuestro Dios, hagamos lo que hagamos, también cuando vamos en contra de sus indicaciones, el siempre tiene la mano levantada para perdonarnos y amarnos constantemente hasta el final.

¿Qué mandamiento es el primero de todos?

Bien conocida es por nosotros la pregunta y la respuesta de este evangelio. Lo importante es que el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables. No se ama a Dios si no se ama al prójimo. No se ama al prójimo si no se ama a Dios.

Nuestra tentación es verlos separados. Por eso, Jesús insiste tanto en su unión. Esta unión es de lo más genuino de nuestro cristianismo. No sé si estaré en lo cierto, pero me parece que a todos nosotros nos es más fácil amar a Dios que amar a nuestros hermanos, nuestros prójimos.

Como en todos, también en este punto, sin la ayuda de Jesús, -“sin mí no podéis hacer nada”- no logramos vivir y cumplir estos mandamientos. Ya lo sabemos, pedir a Jesús su poderosa y di vina ayuda.