Así es la bóveda del Fin del Mundo: está bajo tierra y guarda más de 1 millón de semillas de todo el planeta

Así es la bóveda del Fin del Mundo: está bajo tierra y guarda más de 1 millón de semillas de todo el planeta

Buenos Aires, domingo 10 noviembre (PR/24) — Parece sacado de una película o libro de ciencia ficción. Pero no lo es. Y es que la bóveda del Fin del Mundo es una realidad.

Para que tengas una idea está ubicada en una isla remota al norte de Noruega, a 1300 kilómetros del Polo Norte, en el archipiélago de Svalbard. Este entorno frío y aislado la convierte en un sitio ideal para su propósito.

¿Qué es y para qué sirve la bóveda del Fin del Mundo?

También llamada el “Arca de Noé” vegetal, la “bóveda del Apocalipsis” o la “bóveda del Juicio Final”, tiene como objetivo resguardar la diversidad de cultivos del planeta.

En caso de catástrofes naturales, guerras, pandemias o incluso efectos del cambio climático, podría ser necesario acceder a estas semillas para restaurar sistemas alimentarios que se ven devastados. La bóveda funciona como una especie de “seguro de vida” para nuestras cosechas.

Este proyecto fue inaugurado en 2008 y es gestionado por el gobierno de Noruega, en colaboración con el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos y otras organizaciones. Actualmente, la bóveda almacena más de un millón de muestras de semillas provenientes de casi todos los países, incluidas variedades de plantas alimenticias clave como el arroz, el maíz y el trigo.

¿Por qué está bajo tierra?

El diseño subterráneo es parte de la clave para proteger las semillas. La bóveda está a unos 130 metros dentro de una montaña, en una isla de permafrost, lo que significa que la temperatura del suelo se mantiene constantemente fría. A esto se le suma un sistema de refrigeración que garantiza que las semillas se conserven a una temperatura de -18°C, ideal para mantener su viabilidad durante cientos e incluso miles de años.

Además, estar bajo tierra protege a la bóveda de eventos externos, como terremotos o posibles conflictos. Incluso, si se produjeran cortes de electricidad, las bajas temperaturas del entorno natural seguirían manteniendo las semillas en buen estado.

¿Qué semillas se guardan en la bóveda del Fin del Mundo?

La bóveda almacena semillas de más de 4,5 millones de variedades de plantas, aunque el número exacto de semillas depositadas hasta hoy supera el millón.

Entre las semillas más importantes se encuentran las de cultivos básicos como arroz, maíz, trigo, cebada, lentejas, entre otros. Pero también guarda semillas de plantas más raras o endémicas que son esenciales para la biodiversidad, tanto a nivel alimentario como ecológico.

La bóveda no funciona como un banco común. No se trata de una tienda de semillas a la que cualquiera pueda ir a pedir lo que necesita. Los depósitos en Svalbard se hacen desde bancos de semillas nacionales y regionales de diferentes partes del mundo. En caso de que algún banco de semillas pierda sus colecciones, puede solicitar acceder a sus duplicados en la bóveda.

Un seguro para el futuro

Uno de los ejemplos más conocidos de la importancia de esta bóveda fue durante la guerra civil en Siria. El banco de semillas de Alepo, que almacenaba una gran cantidad de recursos genéticos, fue destruido durante el conflicto. Gracias a la bóveda de Svalbard, pudo recuperar varias de las variedades que habían perdido.

La Bóveda del Fin del Mundo no es solo un refugio para las semillas, es también un símbolo del compromiso global por preservar la biodiversidad y garantizar que, pase lo que pase en el futuro, tendremos los recursos necesarios para rehacer la agricultura y proteger nuestro sustento. Es uno de esos lugares “invisibles” pero fundamentales para el bienestar de las generaciones futuras.

Primicias Rurales

Fuente: De Raíz

 

Miden la captación de carbono en suelos productivos

Miden la captación de carbono en suelos productivos

El proyecto desarrollado por CREA, Arcor y UPL busca generar información en establecimientos de distintas regiones con variadas actividades y recomendar prácticas sostenibles para mitigar los efectos del calentamiento global.

Se encuentra en marcha un proyecto que busca medir el stock de carbono en el suelo de diversos sistemas productivos del país. Se trata de una estrategia desarrollada en conjunto por CREA junto con las empresas Arcor y UPL. Este año comenzaron los trabajos tendientes a validar un protocolo de muestreo del suelo junto a técnicos de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), los cuales se extenderán hasta 2025.

La iniciativa tiene como objetivo identificar y evaluar estrategias de manejo que contribuyan a incrementar el carbono del suelo y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la producción primaria para lograr una mayor sostenibilidad del sistema. Para ello, se contemplan dos etapas de trabajo: durante la primera fase se hará foco en la cuantificación del stock de carbono de suelo de los diferentes sistemas de producción para validar un protocolo adaptado que resulte útil para productores y técnicos. La segunda etapa contempla una evaluación de alternativas de manejo -con información que estará disponible para productores y técnicos- destinada a mejorar la captación de carbono sin disminuir la producción. Además, se apunta a determinar la huella de carbono de las distintas actividades agropecuarias.

Luís Arias Usandivaras, líder del proyecto denominado “Carbono en los sistemas agropecuarios”, destacó que uno de sus principales aportes consiste en generar conocimiento acerca de producciones y zonas extrapampeanas que no han sido contempladas en otros trabajos donde se analiza esta temática, y detalló que las acciones comprenden gran parte de las actividades que se realizan en establecimientos de los grupos CREA en distintas regiones del país.

En la región pampeana se estudiarán las áreas destinadas a la producción de granos (maíz, trigo y soja), leche y carne, en especial los sistemas de ciclo completo. En las regiones NEA y NOA se hará foco en los sistemas silvopastoriles (que integran actividades forestales y ganaderas), así como en caña de azúcar y cítricos. Por último, en la región Cuyo se evaluarán las producciones de tomate, de vid y de frutos de carozo.

Arias Usandivaras informó: “En estas producciones vamos a hacer mediciones del stock de carbono presente en el suelo, para lo cual se está terminando de validar un protocolo de muestreo, en conjunto con Aapresid. A partir de ahí se establecen las líneas de base del carbono actual disponible en el suelo”. Esta información será de utilidad a la hora de planificar y definir prácticas de manejo sostenibles.

Protocolo de muestreo

Los protocolos, basados en estándares internacionales, pretenden proporcionar metodologías de base para evaluar los cambios en el carbono del suelo de proyectos agrícolas que adoptan prácticas de manejo sostenible.

Según se detalla en un informe del proyecto: “la definición de estrategias de mitigación y su evaluación requiere contar con protocolos de monitoreo, reporte y verificación (MRV) estandarizados, confiables, rentables y de fácil aplicación para medir cambios en el carbono del suelo. Además, estos protocolos deben ser aplicables a diferentes sistemas agrícolas; su adopción permitirá contar con análisis cuantitativamente más robustos”.

En el marco del proyecto que se está ejecutando, se comenzaron a realizar los primeros muestreos de suelo en sitios dedicados a las producciones de carne y de granos en la región pampeana, en particular en el sur de Santa Fe y en el norte de la provincia de Buenos Aires. También se realizaron muestreos en el NEA, en Corrientes. En todos los casos, los establecimientos involucrados son miembros CREA o pertenecen a productores que están vinculados con Arcor y con UPL.

“La idea es ir validando el protocolo de muestreo de suelo, que también va a servir para determinar los stocks de carbono en estas producciones, sobre las cuales hace falta generar más información”, dijo el líder del proyecto. “Ahora también estamos por empezar a hacer los cálculos para medir la huella de carbono en diferentes casos, donde ponemos a prueba el protocolo de muestreo de suelo”, agregó. “Vamos a evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero y la huella de carbono en las distintas producciones, y a estimar cómo impactan las diferentes estrategias de manejo”, adelantó.

Huella de carbono

Además de los cambios en el carbono del suelo, se considera necesario evaluar otros procesos que influyen en las emisiones de GEI, por ejemplo, los residuos de cosecha, el uso de fertilizantes y otros insumos. Con estas estimaciones, sumadas a los datos de producción (de granos, fruta, madera, carne y leche) se podrá estimar la huella de carbono de cada sistema productivo.

Esta herramienta permitirá cuantificar las emisiones o absorciones de GEI de las producciones agropecuarias seleccionadas, considerando las que se producen “desde la cuna a la tranquera”, es decir las correspondientes al proceso de producción primaria, desde su inicio hasta que salen del establecimiento rumbo a la industria.

Las estimaciones se realizan a escala de lote. No obstante, en las producciones ganaderas de carne y leche, involucran a los establecimientos completos, porque los animales rotan entre distintos potreros. Además, para cada producción se tendrán en cuenta distintos tipos de empresas, desde un caso modal y hasta otros casos de vanguardia.

“La idea es tener contrastes, desde un productor estándar, con nivel de fertilización promedio, por ejemplo, y otros de vanguardia, conformados por empresas que tienden a usar insumos o tecnologías más modernas y con mayores rendimientos. En algunos casos, estas producciones podrían incluir, por ejemplo, la incorporación de riego”, dijo Arias Usandivaras. “En general, estos últimos casos tienden a aumentar la producción. La idea es ver cómo este aspecto impacta sobre la huella de carbono. No necesariamente una mayor producción impacta de manera proporcional sobre la huella de carbono. Eso es lo que estamos queriendo estudiar”.

Los cálculos de huella de carbono serán utilizados para evaluar prácticas de manejo en cada sistema productivo y recomendar, en el futuro, estrategias ambientales y productivas sostenibles.

El agro, parte de la solución

Las acciones desarrolladas en el marco del proyecto “Carbono en los sistemas agropecuarios” van en línea con los desafíos planteados en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 (COP21), que se celebró en París, Francia, y donde se dio a conocer el proyecto “4 por mil: Suelos para la Seguridad Alimentaria y el Clima”. El propósito de esta iniciativa es aumentar 0.4% por año los contenidos globales de materia orgánica del suelo, como compensación por las emisiones de gases de efecto invernadero. A partir de ese anuncio, se generó la necesidad de evaluar la factibilidad de incrementar los contenidos de carbono en suelos productivos y naturales de distintos países, entre ellos, la Argentina.

Para avanzar en esa línea, el proyecto de CREA, Arcor y UPL busca determinar en qué medida el agro puede contribuir a esa meta, teniendo en cuenta diversos factores que condicionan la captación de carbono en suelos dedicados a la producción, como los tipos de suelo, su diferentes usos y manejos. En sus bases, el proyecto hace referencia a que, según estudios globales, existe un mayor potencial de secuestro de carbono en suelos agrícolas con bajo nivel inicial de carbono, antes que en pastizales que ya tienen un alto stock de carbono orgánico del suelo inicial.

Teniendo en cuenta esa afirmación, uno de los objetivos es evaluar su correlación con los estudios realizados en nuestro país y valorar el rol que puede tener en la agricultura en el contexto de cambio climático, como parte de la solución.

Largo plazo

Si bien el proyecto tiene dos años de duración, se espera que los estudios continúen en el futuro, en el entendimiento de que la evaluación de cambios en el carbono del suelo a partir de modificaciones en el uso y en el manejo requiere de registros a muy largo plazo.

“En primera medida, nuestra idea es brindar un protocolo útil para conocer el estado del carbono en los suelos, ver cómo impactan las distintas prácticas de manejo y disminuir la huella de carbono en la producción”, señaló el líder del proyecto, aunque no descartó que, hacia adelante, se pongan en práctica otras iniciativas.

Jornada Alianzas estratégicas: producción sostenible de soja en la región del Gran Chaco Argentino

Jornada Alianzas estratégicas: producción sostenible de soja en la región del Gran Chaco Argentino

ACSOJA convoca a un evento presencial que se realizará el próximo jueves 21 de noviembre en la Sociedad Rural de Tucumán. Allí, se compartirán los resultados del proyecto “Soja Sostenible en el Gran Chaco”, impulsado por la asociación y CREA, con el apoyo del LIF. Además, se debatirán las oportunidades de la cadena de soja en el contexto local e internacional.

La Sociedad Rural de San Miguel de Tucumán será el escenario de una jornada organizada por la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina con el título “Alianzas estratégicas: producción sostenible de soja en la región del Gran Chaco Argentino. Desafíos y oportunidades de la Cadena”. El objetivo es presentar los resultados del proyecto “Soja Sostenible en el Gran Chaco”, llevado a cabo por ACSOJA y CREA, y financiado por el Land Innovation Fund (LIF). El encuentro se desarrollará en el Galpón del Azúcar de 17 a 20 horas y es abierto a todo público, con inscripción previa.

La iniciativa conjunta ha generado herramientas claves para medir y evaluar la sostenibilidad no solo del cultivo de soja, sino también del sistema productivo agrícola en la ecoregión. Durante 3 años de trabajo, más de 100 productores colaboraron con profesionales y científicos, incorporando análisis de brechas productivas y evaluaciones ambientales y sociales. Las herramientas desarrolladas permitirán una evaluación integral para gestionar procesos de mejora continua y fomentar la biodiversidad.

La jornada del 21 de noviembre contará con la presentación de la ingeniera agrónoma Laura Carabaca, líder del proyecto dentro del área de Ambiente en la unidad I+D de CREA, quien expondrá los resultados del proyecto que en sus 3 dimensiones: económica, social y ambiental. “Sobre esos abordajes vamos a contar cómo lo evaluamos en los sistemas productivos y los resultados que tuvimos en la Región del Gran Chaco”, adelantó.

Por su parte, Rodolfo Rossi, presidente de ACSOJA, y especialista en mejoramiento genético y biotecnología, abordará el impacto y las oportunidades del contexto local e internacional de la cadena de soja. También detallará los diferentes eslabones de la cadena y sus dificultades, y las acciones que se implementan para mejorar continuamente el principal sector de la economía argentina.

Por último, el economista Gustavo López, presidente de la consultora Agritrend y colaborador de la Fundación Producir Conservando, disertará sobre las “Perspectivas del mercado en un año de alta incertidumbre”. En este sentido, el especialista comentó que tanto el mercado de la soja y como el del maíz (un cultivo también de importancia en el Noroeste Argentino) atraviesan “un contexto de precios relativamente bajos, de convulsión mundial por los conflictos del mar Negro y de Medio Oriente, y de los cambios importantes que van a surgir de las elecciones en los Estados Unidos”.

El moderador de todo el encuentro será el Dr. Daniel Ploper, Director Técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC).

Para pre inscribirse, ingresar a: https://forms.gle/JEBohx1pVmto8rCV7

Más información en:  https://www.acsoja.org.ar/

Produjeron la primera leche de cabra en polvo de Latinoamérica y bautizaron a su empresa haciéndole el honor a ese hito

Produjeron la primera leche de cabra en polvo de Latinoamérica y bautizaron a su empresa haciéndole el honor a ese hito

Buenos Aires, martes 5 noviembre (PR/24) — Para los fundadores de la firma láctea “La Primera”, ese nombre es un recordatorio diario de que el éxito no puede llegar si no es de la mano del esfuerzo. En su caso, aquel estuvo marcado por dos victorias comerciales: la producción de la primera leche de cabra en polvo de Latinoamérica, seguida por la primera leche de cabra larga vida, que hoy son exportadas –junto a otros productos que completan la paleta- a distintos destinos comerciales.

“El proyecto arrancó entre 2005 y 2010 en Cruz del Eje. En ese entonces teníamos un tambo propio de leche de cabra, con el cual elaborábamos algunos productos regionales. En un momento decidimos cerrarlo y parte de las cabras se vendieron, mientras que otras se regalaron a los productores de la zona para que mejoren sus majadas. A partir de eso empezamos a tener una relación con ellos y pensamos en la posibilidad de trabajar en forma de cuenca, como lo hacen otras dedicadas a la leche de vaca en el país”, relató Juan Ruiz, gerente general de La Primera, a Bichos de Campo.

“Nuestro primer foco fueron las alergias como APLV e intolerancia a la lactosa. La leche de cabra tiene beta-caseína A2, que produce mucha menos alergia en las personas, al igual que sucede con la leche de burra, por ejemplo. Ahora vamos más por el lado de la aumentación real y saludable, porque nuestros productores tienen sus cabras a pastoreo. Es un modelo de producción distintos al vacuno, mucho menos intensivo”, contó a continuación.

Si bien el epicentro de la firma estuvo en Córdoba, no tardaron mucho en avanzar sobre otras zonas del país como Catamarca y La Rioja, donde la producción caprina es importante.

“Los productores con los que trabajamos realizan ordeñe manual y nosotros les recolectamos la leche, que debe cumplir con ciertos estándares de calidad al igual que la leche de vaca. Trabajamos con unos 150 productores en Cruz del Eje y otros 200 en Catamarca y La Rioja. En total es un plantel de cerca de 20.000 cabras”, detalló Ruiz.

Pero a diferencia de otras empresas del rubro, La Primera no cuenta con una planta de procesamiento propia sino que sólo realizan el acopio de la leche. Esto se debe a que se guían por los dos períodos de pariciones de las cabras, que les permiten tener una recolección de verano, entre noviembre y marzo, y una recolección de invierno, entre junio y agosto.

“Hoy trabajamos con dos plantas de acopio, una en el paraje Santo Domingo y otra en La Guardia. Entre las dos recolecciones estamos procesando más o menos 1 millón de litros por año. Producimos a fasón y nuestra paleta de productos abarca leche entera y parcialmente descremada en polvo, leche larga vida entera y parcialmente descremada fluida, y dulce de leche. También vendemos leche para quesería y para otras empresas, como por ejemplo Rapa Nui que hace un dulce de leche de cabra. Y ahora vamos a lanzar además leche en polvo deslactosada”, celebró el gerente.

Las plantas de procesamiento, por su parte, se encuentran en Morteros, Córdoba Capital y Rosario.

A nivel interno, los productos de La Primera pueden encontrarse en los principales supermercados del país. A nivel externo, el mercado por excelencia es el asiático, aunque también cuentan con clientes en Colombia, Paraguay, Uruguay y Brasil.

En esto, certificaciones como la de “triple impacto” resultan clave para la empresa.

“Que seamos una empresa B certificada implica que tenemos una visión ambiental, social y económica en cada proceso que realizamos. Es una validación para nosotros, y nos permite explicar con fundamentos por qué hacemos lo que hacemos”, señaló Ruiz.

“Por dar un ejemplo, nosotros abarcamos la pata ambiental con el hecho de que las cabras están a libre de pastoreo y no consumen alimentos genéticamente. En la pata social realizamos distintas acciones como es pagar un porcentaje extra como comercio justo, por el producto de alto valor agregado que nos proveen nuestros proveedores”, añadió a continuación.

En esta línea, La Primera también está transicionando hacia la producción orgánica, que esperan pronto poder certificar.

-¿Este modelo de negocio les implica tener costos diferenciados respecto de otras firmas lácteas?-le preguntamos al gerente.

-Aunque el proceso y la maquinaria empleada es la misma, lógicamente por nuestra forma de llevar adelante el negocio tenemos costos adicionales respecto de lo que sería una producción convencional de cualquier tipo de leche. Aún así, en general la leche de cabra tiene un valor mucho más alto que la leche de vaca a nivel internacional. Es entre 2 y 2,5 veces el valor de la leche de vaca.

-Han logrado muchas cosas en este tiempo. ¿Qué otros proyectos tienen en mente en el largo plazo?

-Nosotros queremos ir aumentando nuestra producción. Como en cualquier empresa láctea, la escala genera una baja en los precios y nosotros apuntamos a eso, a lograr que nuestro producto sea más accesible para el público en general. La idea es básicamente ir abriendo más plantas de acopio en distintas zonas que ya tenemos estudiadas, e ir ampliando la gama de productos.

-¿Están conformes con la recepción de los clientes? ¿Les implicó mayores esfuerzos en campañas de comunicación?

-La parte más difícil de nuestro trabajo hoy es la captación de clientes, porque después una vez que el productor prueba el producto, la recepción es muy buen y en general lo vuelven a consumir, ya sea la leche o sus derivados. Logramos esa fidelización. Lo más complejo es generar el cambio de mentalidad, de pasar de consumir los lácteos tradicionales a estos alternativos. Es todo un cambio de hábito.

Primicias Rurales

Fuente: Bichos de Campo

La Carne Argentina fue el combustible oficial de la Baires 15km

La Carne Argentina fue el combustible oficial de la Baires 15km

La Carne Argentina fue el combustible oficial de la Baires 15km

El 27 de octubre, más de 4.500 corredores participaron de la Carrera Baires 15km Saucony en Palermo. Fue la primera edición de la competencia, y los atletas pudieron recorrer circuitos de 5km y 15km por los Bosques de Palermo. Cuando cruzaron la meta, “Carne Argentina” les entregó un sándwich de colita de cuadril para recuperar energías.

El IPCVA premió investigación sobre toma de decisiones de ganaderos en la compra de genética

Nos complace anunciar que el trabajo “¿Importa la información sobre genética para invertir en ganadería? Evidencia de un experimento de elección con productores ganaderos de Argentina”, desarrollado por Nicolás Gatti del INTA-CEMA, ha sido distinguido por el IPCVA como el mejor trabajo científico de la cadena de ganados y carne vacuna en el marco de la 54ª Reunión Anual de la Asociación Argentina de Economía Agraria, realizada en la Universidad Austral Sede Rosario.

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Las lluvias cambiaron el ánimo de los productores ganaderos

Las lluvias cambiaron el ánimo de los productores ganaderos

Desde Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario, analizaron el impacto del cambio de escenario climático tras las precipitaciones de la última semana

Rosario, martes 29 octubre (PR/24) — Las lluvias de la semana pasada frenaron el deterioro de los suelos en la región núcleo. Según un reciente reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario, las precipitaciones no solo detuvieron la caída de los rendimientos, sino que también mejoraron las reservas de agua del suelo. El informe detalla que “hace una semana, el 80% de la región estaba en sequía. El mapa actualizado al 16/10 muestra que la condición de sequía solo persiste en un 20% de la región núcleo”.

Las lluvias fueron clave para mitigar el impacto de la sequía en los cultivos. “Las lluvias fueron ampliamente superadoras a los pronósticos”, señala el reporte. Entre el 10 y el 17 de octubre, la región recibió entre 20 y 90 milímetros de lluvia, con Bigand, Santa Fe, registrando el valor máximo de 94 mm.

El informe destaca que las lluvias fueron fundamentales para frenar la caída del rendimiento del trigo en la región núcleo. Antes de las precipitaciones, 650.000 hectáreas estaban en condiciones regulares a malas, pero tras las lluvias esa cifra se redujo a 325.000 hectáreas. En promedio, la región recibió 60 milímetros de lluvia entre el 10 y el 17 de octubre, un valor que supera ampliamente lo esperado para esa semana.

Localidades como Bigand registraron hasta 108,6 mm, mientras que otras zonas como General Pinto apenas alcanzaron los 16 mm. Sin embargo, las lluvias llegaron tarde para revertir el daño total, ya que el 70% del cultivo está en la etapa de llenado de granos y el 30% en floración.

A pesar de la mejora en las condiciones de los lotes, los técnicos coinciden en que las pérdidas en el rendimiento son irrecuperables. En zonas como Viamonte, en el sudeste de Córdoba, los productores indican que “la muerte de macollos y la falta de hojas en las espigas principales han reducido considerablemente el potencial de producción”. En otras áreas como Bigand y Sancti Spiritu, el trigo ha dejado de perder rinde, aunque las expectativas se mantienen moderadas, con estimaciones de rendimiento entre 35 y 38 qq/ha.

 

Primicias Rurales

Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario