La soguería, una tradición y una pasión

La soguería, una tradición y una pasión

Buenos Aires, lunes 21 octubre (Nicolás Colazo es soguero desde que tiene 13, 14 años, cuando las riendas y aperos en los galpones del campo de su abuelo le llamaban la atención. Más de una década después, aquella conexión se convirtió en un oficio que desarrolla en el pequeño poblado cordobés de Colonia Las Pichanas.

Frente al asador, en su casa, Nicolás tiene un tablón en el que pasa largas horas tejiendo tientos milimétricos de cuero, armando riendas y cortando el cuero para hacer alguna vaina. Suenan zambas y chacareras despacio, y el mate humea mientras algún amigo pasa a saludarlo cuando ve que la ventana está abierta, señal de que está trabajando.

La soguería es un oficio artesanal, histórico y tradicional en Argentina, que consiste en trabajar el cuero crudo para crear piezas utilizadas en las tareas cotidianas del trabajo en el campo. En este arte el cuero se obtiene, se prepara, se corta, se vuelve a cortar, se trenza, se teje, se cose. El proceso es largo y complejo hasta convertirse en un rebenque o el cabo de un cuchillo.

Nicolás tiene 29 años y un amor innato que le llegó de chico: “Empecé a los 13 o 14 años y empecé a sentir curiosidad por esto. Iba al campo, me gustaba andar a caballo y, sobre todo, veía cosas viejas colgadas en los galpones de mi abuelo. Había pecheras, arneses, aperos de trabajo, todo para atar las chatas, vagones, arados… para mis abuelos todo eso era cotidiano y necesario para trabajar, porque era todo con caballos, la manea para la vaca, había mucha gente trabajando en el campo, los vehículos eran sulkis, jardineras, volantas. Todo tenía que ver con esto… Así comencé, de a poco, y siempre solo, porque no conocía a gente que lo hiciera. Yo veía las cosas colgadas que estaban ahí, andá a saber desde cuándo, y fui desarmando, viendo cómo estaban hechas, buscando, probando, y así fui aprendiendo… y todo fue por curioso, el que no es curioso no aprende, y el que desarma siempre algo aprende”.

Recuerda que esos primeros años iba a los desfiles gauchos en las fiestas patronales y “se desvivía” por conocer más de ese mundo; ahí, en fiestas criollas y jineteadas empezó a conocer gente. “Pero el momento clave fue cuando un amigo, Marquito Vaudagna, me invitó a una yerra a su casa y me dijo: “Vení que van a venir unos chicos de Arroyito, vamos a hacer la yerra y comer un asado”. “De diez”, le dije yo, era un sábado a la mañana, llovió, el camino a Tordilla no era ripio así que había barro, pero me fui lo mismo. Y ahí en esa yerra conozco a estos chicos que también se interesaban por la soguería y un poco todo surge ahí. Nos conocimos y después encontramos en Córdoba al profesor Sergio Oscar Meolans, oriundo de Santa Fe, que aceptó venir a darnos clases a la casa de la cultura de Arroyito. Las clases eran cada 15 días, 3 o 4 horas la clase y yo ya empecé sabiendo algo, y ahí me perfeccioné, aprendí técnicas nuevas, fui puliendo las que tenía, porque esto se va puliendo con los años… Fueron dos años del curso, y fue esa yerra la que hizo el quiebre, porque si yo no conocía a los chicos o si yo no iba, a lo mejor no se daba la posibilidad de haber tenido un profesor presencial, lo mío hasta ese momento siempre había sido virtual o en libros, pero el estar, ver y preguntar “cómo lo hago”, fue todo… Fuimos 5 o 6 los que terminamos al final, de 20 que empezamos…  y en realidad, esto nunca se termina”.

Para llegar a ver unos estribos, unas riendas, un cinto o la vaina de un cuchillo, el soguero necesita materiales que requieren de un proceso largo y preciso de preparación antes de convertirse en arte.

Expoagro (E): ¿Con qué materiales se trabaja en la soguería?

Nicolás (N): Se trabaja con cuero crudo, así tal cual como sale del animal, y se trabaja sin procesos químicos. Por lo general, usamos el cuero vacuno para hacer el trabajo de sogas o la confección de un tirador o una vaina; y para las costuras o tejer, se usa el cuero de yeguarizo, de potro, y a veces también el cuero de chivo, de la cabrillona en realidad, un animal de 18-20 kilos que tiene el cuero más grueso. El animal vacuno tiene que tener de 400 kilos para arriba, por el tema del largo del cuero, para que tengas un cuero ya de 1,80 a 2,20 metros de largo, que sirva como para hacer una rienda, un atador… Una rienda mide mínimo dos metros, por eso se necesita ese tamaño de cueros. Yo utilizo cuero de toro, animales de 500 kilos o un poquito más.

E: ¿Cómo es ese proceso de preparación del cuero para trabajarlo?

N: Tenés que lavarlo, pelarlo, estaquearlo, cortarlo, sobarlo, volverlo a lavar, volverlo a secar…

En realidad, desde el momento en que se carnea el animal comienza el proceso, porque necesitas sacar el cuero del animal sin rayarlo. Cuando se carnea el animal, si vos rayás el cuero con el cuchillo del lado de la grasa, esa raya debilita esa zona, el cuero se vuelve más fino ahí, y a lo mejor, después cortás para hacer una rienda o algo que vaya a hacer fuerza y ahí siempre se te corta, por eso el sacado del cuero del animal es delicado. Según la técnica que usamos nosotros, ahí nomás es el pelado, en fresco, a cuchillo, se llama lonjeado, que es básicamente afeitar el cuero. Una vez que está pelado, el cuero se estaquea en un catre, en una cama, y se deja secar por 15 o 20 días en verano, y en invierno demora más, un mes. Después hay que sobarlo.

El sobado es un proceso que significa que a la fibra interna del cuero hay que romperla, para que el cuero se ablande, se vuelva maleable y así poder manejarlo, porque sino, el cuero seco ya pelado es básicamente como una chapa. El sobado es algo natural, que se hace de manera mecánica o manual; primero el cuero ya seco se corta en lonjas y se lo humecta con una mezcla grasa de pella, la que se saca del asado, que se funde y se mezcla con jabón en pan. Esa grasa que se le pone sirve para que durante el sobado el cuero no se quiebre, ni se le arruine la flor del pelo. La parte de la flor es la parte de afuera, donde estaba el pelo, y se busca que no se arruine para que los trabajos queden bien presentados. Después se vuelve a lavar para sacarle la grasa del sobado, porque si vos lo guardas así se te pone negro, se te mancha.

Yo sé hacer todo este proceso, lo he hecho mucho tiempo, tuve que aprender a prepararlo para entender. La preparación de los materiales representa el 50% de la confección del trabajo terminado.

E: ¿De acuerdo a la zona de dónde es la lonja, es para distintos usos?

N: Exactamente. Cada parte del cuero del animal tiene su uso. La parte del lomo es más gruesa, la de los costillares no es ni fina ni gruesa pero que también salen lindas lonjas, y también tenemos la parte de la panza, las verijas, que es de donde sale el cuero fino del animal, que se utiliza para hacer vainas y billeteras por el tema del espesor.

E: ¿Cómo es el proceso de hacer una pieza?

N: Yo digo que el día de trabajo empieza siempre la noche anterior, cuando me acuesto me pregunto cómo voy a empezar, cómo voy a hacer tal cosa… por ejemplo, si la hoja del cuchillo es de acero inoxidable, no hay problema que los tientos la toquen porque no me los mancha al tejer el cabo, pero si la hoja es de acero negro se va a herrumbrar con el tiempo, entonces hay que ponerle un pedacito de hueso, de guampa, o de cola de quirquincho para que separe los tientos y no se manchen. Para trabajar, se necesitan todas herramientas de mano. En el proceso de la confección no existe la máquina, es todo a mano, se teje y cose con leznas (agujas con mango), se usan pinzas para moldear, el cuchillo que es indispensable, también usamos pegamentos.

Hay distintos tipos de trabajos, un cabo de cuchillo tejido a lezna, se teje con unos 50 tientos o más de potro, que los tientos miden 1 mm de ancho, eso es considerado trabajo en fino, que es como un trabajo de alta costura. Las cosas más rústicas son las de trabajo, o para el caballo: una cabezada, un bozal, ahí sí ya se usan cueros más gruesos. También se hacen cosas finas para el caballo, como el emprendado que es lo que lleva en la cabeza, o el apero, pero son para lujo básicamente. Yo trabajo solamente por encargo, y cuando me piden esto, un cabo, una vaina, son pedidos para darse con el gusto, porque lo querés tener, coleccionar o para lucirlo en una fiesta, entonces yo tengo que tratar de que te guste y te quede para toda la vida.

E: ¿Qué se necesita para ser soguero?

N: Se necesita ojo, saber mirar… a la costura hay que darle un buen comienzo y un buen cierre, si no, no está bien. Trabajando todo se pule; cuando empecé, mis trabajos eran feos, tengo un cinto y no me lo pongo, pero me sirve para darme cuenta de la evolución que tuve. Pero a esto, si uno no lo lleva un poquito adentro, creo que sería incómodo de hacer, hay una cuestión de llevarlo en la sangre. Y si te gusta, no es difícil aprender. Hay gente que se destaca naturalmente, que vos ves los primeros trabajos y decís: van a ser buenos. Y hay gente que no, que pueden trabajar toda una vida y no encuentran el detalle, o no son tan detallistas. Ser detallista es importante, yo soy muy perfeccionista; me ha pasado de estar terminando un trabajo que no me gusta cómo queda, y lo tiro y empiezo de vuelta. Pero es algo mío, que si no queda perfecto, no me quedo tranquilo.

Te tiene que gustar también, porque esto es mucho tiempo acá sentado, la postura, mano de obra, se te cansa mucho la vista. Es verdad que esto es mi segundo trabajo, a esto lo hago cuando estoy más desocupado, cuando llueve, o cuando no tengo qué hacer, entonces también lo disfruto de otra forma. Esto es más por amor al arte que otra cosa, pero igual digo: lo tengo que cobrar, porque es mucho el tiempo que me lleva y dejo otras cosas por esto, porque asumo un compromiso cuando acepto hacer un trabajo.

Vainas, cintos, posa mate, materas, estribos, cincha y pegual, cabezadas, riendas, cabrestos, sortijas, maneas para cintos, llaveros, pasadores de orillo, son algunas de las producciones habituales de Nicolás. Una de sus últimas creaciones fue una billetera de mujer que le regaló a su mamá para su cumpleaños número 50.

N: Cumplió los 50 en julio y bueno, siempre me pedía que le hiciera algo y uno siempre parece que está sin tiempo, con otros trabajos, y mi mamá no tiene tanta afinidad con estas cosas o el ambiente entonces yo decía: “¿Qué le hago para que use?” Porque hacerle, le podía hacer cualquier cosa, pero para que después lo tenga guardado y no le de utilidad… así que pensé, pensé, y se me ocurrió una billetera y bueno, ahí surgió la idea. Fue un regalo sorpresa. Y como eran sus 50, quise que fuese un regalo hecho con las manos porque siempre compramos, los regalos se compran en cualquier parte, pero bueno, esto no, esto… Le encantó a mi mamá, le gustó más que a mí, y no se lo esperaba.

Si bien había hecho billeteras de hombre, el nunca haber estado en contacto con billeteras de mujer requirió un estudio extra:

N: Cuando voy a hacer un trabajo lo vengo estudiando… cuando empecé a hacer esta billetera, estuve unos 10 o 15 días mirando perfiles de Instagram, viendo cómo podía hacerla, no para copiarla, siempre hago modelos propios, pero necesitaba ver cómo era la forma, porque había hecho billeteras de hombre, pero nunca para mujer, es la primera que hice. Necesitaba ver el tamaño, los compartimentos, para que le sea práctica… La confección fue un poco menos, habré estado 4 o 5 días. La quería hacer bien así que no me importaba el tiempo que le iba a poner, pero no es un trabajo como un cabo que tenés muchas, muchas horas porque es muy lento.

Alejandra Carpeno, la mamá, cuenta: “Me encantó el regalo, no me lo esperaba para nada, y yo la uso, la llevo a todos lados y la presumo, la tengo adentro de la cartera. Y es cómoda. Él hacía trabajos de este tipo pero nunca vi que hiciese de mujer. No conocía este mundo y cuando él empezó a trabajar yo empecé a interiorizarme. Y empezó de la nada, autodidacta. Él veía las cosas colgadas en los galpones, pero nada más… su bisabuelo de parte del papá hacía algunas cosas y le gustaba, y yo tenía un tío que trenzaba los lazos, pero él nunca los vio, no lo mamó de la casa, es innato de él. Porque que le guste y que lo haga con la paciencia que él lo hace, es increíble”.

N: Yo digo que lo llevo en la sangre, es como una pasión, y siento que en cada cosa que yo hago se va como una parte de mí, de mi vida, porque es tiempo, es un trabajo artesanal. Cada trabajo tiene la marca de uno en algún punto, y yo digo que hasta el ADN queda, porque siempre te cortás un dedo, te pinchas, dejás… dejás todo.

Esto es parte de mi vida, uno en cualquier trabajo deja parte de la vida”, termina Nicolás, y da la sensación de que él, en la soguería, deja algo más.

Por Natalí Ruatta Contigiani

Fuente: www.expoagro.com.ar

Primicias Rurales

   
Presentan una nueva variedad de ciruelo de alta calidad

Presentan una nueva variedad de ciruelo de alta calidad

Buenos Aires, 14 de octubre (PR/24) .- Se trata de Silvana INTA, un cultivar que se destaca por su sabor dulce, baja acidez y un atractivo aspecto bicolor. Esta variedad, que se cosecha desde mediados de enero y posee alto rendimiento, fue inscripta en el Instituto Nacional de Semillas y se encuentra disponible para su comercialización.

La Estación Experimental Agropecuaria (EEA) San Pedro, reconocida por su labor en el mejoramiento de frutales de carozo, inscribió una nueva variedad de ciruela: Silvana INTA. Esta variedad, que surgió como respuesta a las demandas recurrentes de los productores por nuevas alternativas, fue inscrita en el Registro Nacional de Variedades (RNC) a principios de 2024, consolidando el aporte de la EEA a la producción frutícola nacional.

Silvana INTA es una ciruela tipo japonés, seleccionada a partir de la polinización libre del cultivar Letizia. Su desarrollo agronómico se destaca por características excepcionales: “Esta variedad presenta frutos esféricos con un peso promedio de 110 gramos, con una piel bicolor que combina un fondo amarillo y un sobrecolor rojo brillante que cubre el 80 % de la superficie. La pulpa, de color amarillo pálido, es dulce y poco ácida, lo que la convierte en una opción muy atractiva para el consumo fresco”, explicó Gabriel Valentini, especialista del INTA a cargo del desarrollo del cultivar.

Desde la EEA San Pedro, que cuenta con una colección de más de 350 cultivares de diferentes especies de frutales de carozo, se han generado nuevas alternativas para los productores. “Cada año, la estación organiza recorridas de campo con productores y profesionales, durante las que se evalúan los cultivares en desarrollo. En una de estas visitas en 2022, Silvana INTA despertó un especial interés, lo que motivó el avance en su registro”, indicó el especialista.

En cuanto a las características de esta nueva variedad, “la planta presenta un vigor medio, con crecimiento semierecto, y requiere aproximadamente 510 horas de frío invernal para un correcto desarrollo”, puntualizó Valentini y agregó: “Su cosecha se inicia entre el 10 y el 15 de enero, siendo una opción atractiva por su época de producción. Sin embargo, es autoincompatible, lo que implica la necesidad de plantarla junto a otra variedad de ciruelo cuya floración sea coincidente”.

El trabajo del INTA San Pedro es mejorar las alternativas para los productores que contribuyen a fortalecer la competitividad del sector frutícola. “El acceso a nuevas variedades, como Silvana INTA, es clave para que los productores puedan diversificar su oferta y mejorar la rentabilidad de sus explotaciones”, destacó Valentini.

Esta variedad ya está disponible para los productores interesados a través de convenios de vinculación con el INTA, en línea con el trabajo que la Institución lleva adelante a fin de brindar soluciones innovadoras al sector agrícola argentino.

Primicias Rurales

Fuente; INTA informa

Producen huevos de calidad y más nutritivos

Producen huevos de calidad y más nutritivos

Buenos Aires, 14 de octubre (PR/24) .- Los huevos de gallinas pastoriles se diferencian de los convencionales e industriales no solo por su calidad superior, sino porque también aportan a una alimentación saludable y promueven el desarrollo local de pequeños emprendimientos. Por ello, técnicos del INTA Tornquist –Buenos Aires– brindan asesoramiento a productores de pequeña escala para evaluar y monitorear la salud de sus animales y propiciar procesos de comercialización digital.

Los huevos de gallinas que pastorean libres tienen menos posibilidades de enfermarse y mejores condiciones que en la producción convencional. Producen huevos más nutritivos que los de gallinas a jaula y no solo los superan en color de la yema y consistencia de la clara, sino que brindan una mejor alimentación. Asimismo, incentivan la producción local. Por ello, técnicos de la Agencia de Extensión Rural (AER) Tornquist del INTA –Buenos Aires– acompañan a productores en la crianza de pollitos, bienestar de las gallinas y su alimentación, ya sea a través de raciones de alimento balanceado o elaboración casera de su propio alimento.

Agustin Martínez Baccini –profesional del INTA Tornquist– indicó que “con respecto a la sanidad animal, enseñamos a los productores a evaluar y monitorear la salud de las gallinas, realizando inspecciones oculares de las cloacas de los animales, además de hacer un seguimiento periódico de la limpieza de las instalaciones, prestando atención en los bebederos, tolvas de alimentación y nidales”.

Los profesionales del INTA acompañan a los productores en las reuniones que realizan mensualmente, donde todos los participantes visitan los gallineros de cada productor para realizar una supervisión cruzada. “También asesoramos en la evaluación de costos de la producción y en la comercialización, explorando canales digitales de comercialización”, agregó Martínez Baccini.

La propuesta que lleva adelante el INTA y estos pequeños productores es que las gallinas no estén hacinadas ni en jaulas, que sean libres de caminar y de realizar sus baños de tierra como método natural para mantenerse saludables y libres de parásitos externos. Además, que tengan la posibilidad de complementar su dieta con insectos y pastos. Todo esto hace que su bienestar sea mayor y que se encuentren en mejores condiciones que en la producción convencional.

En este sentido, los huevos de gallinas pastoriles se diferencian de los convencionales e industriales, no solo por su aspecto típico de gallinas de campo, con diferentes coloraciones de las cáscaras del huevo y de tamaño considerable, sino por su calidad, con yemas de coloración más marcada, de un amarillo intenso, producto del consumo de cereales (maíz) y pasto (debido a sus carotenos), y de insectos que encuentran en su caminata diaria, por los que incorpora proteína animal.

Asimismo, este tipo de emprendimientos promueve las producciones familiares eficientes. Consumir este tipo de huevos, no solo aporta en una alimentación saludable, sino que también promueve el desarrollo local y el arraigo rural. “Se cuida la inocuidad del producto, desde las instalaciones hasta la entrega al consumidor, considerando que son productos frescos, que no suelen acopiarse. Trabajamos para mejorar cada día en estos aspectos”, puntualizó Martínez Baccini.

Huevos de la comarca

Ignacio Citti es productor del emprendimiento El Petricor –ubicado en el barrio sustentable Prados del Sol, a 6 kilómetros de Tornquist, Buenos Aires– y explicó que “con el INTA trabajamos en frutales, huerta y cereales hace ya varios años, y de a poco nos fueron incentivando a la producción de huevos para diversificar la producción hasta que, en 2020, empezamos con unas 30 pollitas. A medida que íbamos tomando confianza y ganando experiencia fuimos creciendo hasta hoy tener 100 gallinas en postura y 80 pollitas en crianza”.

La producción de huevos de gallinas libres tiene para el productor un valor agregado fundamental. Principalmente el bienestar animal, por lo que Citti señaló que “la gallina vive una vida sin estrés, más acorde a su naturaleza, con menos posibilidades de enfermarse y mejores condiciones que en la producción convencional”.

Esto produce que los huevos sean más nutritivos. “Hay estudios que comparan nutricionalmente huevos de gallinas felices con huevos de gallinas a jaula y no solo los superan en color de la yema y consistencia de la clara, sino que alimentan más y mejor”, agregó Citti.

En el proyecto El Petricor se utiliza un sistema de gallineros móviles arrastrables que se diseñó junto con profesionales del INTA. Citti destacó que “la avicultura es un eslabón más de una cadena de producciones que intentamos intercalar en nuestra pequeña chacra, pero dado nuestro desconocimiento de muchos temas, es fundamental la ayuda del INTA, que siempre nos asesora”.

Este grupo de productores avícolas se conformó gracias al seguimiento del INTA. “Nos reunimos para conocernos e intercambiar experiencias al mismo tiempo que los profesionales del INTA hacían énfasis en determinados puntos importantes que debíamos cumplir, relativos al manejo sanitario, bienestar animal y dieta de nuestros planteles”, aclaró Citti.

Para determinar el valor de la producción de huevos utiliza una planilla de costos también confeccionada por el INTA, realizada por el equipo de la AER INTA Bahía Blanca, en la cual se vuelcan todos los costos actualizados de producción y de esa manera se estima el precio de venta al público.

“Para diferenciar nuestra producción de la de los huevos convencionales de gallinas a jaula es fundamental la difusión a través de las redes y tener al INTA como garantía. De esta manera muchos productores pudieron empezar a hacer valer su forma de producción”, concluyó el productor.

Por otro lado, en el predio de la Escuela Rural n°17, –dentro de la estancia Fortín Chaco, a 25 kilómetros de Tornquist–, Karen Martín cría y cuida unas 90 gallinas, entre coloradas y negras, que pastorean libres. Allí produce huevos de campo, frescos, proteicos, de gallinas libres.

“Todas las mañanas ponen huevos en sus nidales y a las 14 horas aproximadamente salen del corral a pastorear y caminar en libertad, y regresan a la hora que quieren”, describió la productora y agregó: “Siempre tienen su ración de alimento balanceado que nos permite complementar la dieta de los animales para asegurarnos que no les falte nada, también somos muy cuidadosos con la limpieza del gallinero, de los bebederos (agua fresca todos los días), y puntualizamos mucho en el bienestar animal”.

Gracias al trabajo realizado por los profesionales del INTA, se logró un acuerdo con una fábrica de balanceados local, que permite tener un 10 % de descuento en la compra de alimentos balanceados. Esto ayuda a los productores a disminuir los costos y desde la empresa en conjunto con el INTA ayudan a promocionar el desarrollo de estos emprendimientos.

Primicias Rurales

Comprometidos con los granaderos

Comprometidos con los granaderos

Buenos Aires, jueves 10 octubre (PR/24) — En el marco de una iniciativa impulsada por la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Asociación de Criadores de Caballos Criollos (ACCC), socios de ambas instituciones, productores y criadores realizaron la donación de 150 monturas al histórico Regimiento de Granaderos a Caballo.

Hoy se realizó la ceremonia de entrega, en la que estuvieron presentes el ministro de Defensa, Luis Petri; el jefe del Estado Mayor General del Ejército, general de división Carlos Presti; el jefe del Regimiento de Granaderos coronel Matías Mones Ruiz; la presidente de la Fundación de Granaderos a Caballo, Bettina Bulgheroni; el presidente de la SRA, Nicolás Pino; secretario Raúl Etchebehere; el presidente de la ACCC, Claudio Dowdall, autoridades, directores, socios y donantes.

Las tres instituciones vienen trabajando, desde hace muchos años, de manera mancomunada. “La relación de nuestra entidad con los Granaderos siempre fue de cercanía y camaradería. Durante las Exposiciones Rurales en el predio de Palermo, siempre nos emocionan al honrarnos con su presencia”, expresó el presidente de SRA. Y agregó: “Son amigos en quienes uno puede contar y queremos que sepan que ustedes siempre van a poder contar con nosotros”.

Además, Pino dijo: “No quiero dejar de agradecer a los socios de nuestra entidad y de la Asociación de Caballos Criollos. Ellos fueron los que hicieron posible esto al donar generosamente estas monturas”.

Luego del acto central, el Regimiento realizó un desfile y representación en homenaje a quienes realizaron las donaciones, y después los presentes compartieron un almuerzo.

Cabe aclarar que de la colecta participaron socios, criadores, productores, asociaciones y empresas agropecuarias quienes donaron las 150 monturas, que era el objetivo propuesto desde un principio.

Resaltamos los compromisos organizacionales y del sector con esta iniciativa para una de las instituciones más importantes de la Nación.

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Fuente: SRA

Celebremos el Día del Dulce de Leche con el ganador del Concurso Experiencias del Sabor.

Celebremos el Día del Dulce de Leche con el ganador del Concurso Experiencias del Sabor.


El dulce de leche, ese manjar argentino por excelencia va más allá de un simple dulce. Es un símbolo de identidad nacional, un tesoro culinario que supo ganarse un lugar en los paladares
de quienes lo prueban.
Buenos Aires, 10 de octubre (PR(24) .- Este 11 de octubre, en el Día Internacional del Dulce de Leche, celebramos cómo este producto, tan nuestro, ha conquistado no solo las mesas argentinas, sino también de todo el mundo. Esta vez de la mano de Dulce de Leche y Co, empresa bonaerense que desde hace dos años se lleva el premio al Mejor Dulce de Leche en el concurso Experiencias del Sabor en la Feria Caminos y Sabores.
Desde la tranquila localidad de Magdalena, provincia de Buenos Aires, esta fábrica ha sabido llevar el dulce de leche a nuevos destinos. La elección de Magdalena no es casual, esta región
es una de las cuencas lecheras más importantes del país, lo que garantiza la calidad de la materia prima usada. «Elegimos producir aquí por la calidad de la leche y la alianza con una fábrica que sigue nuestra receta especial», explica Pedro Pérez, responsable de Marketing de la firma.

En los últimos años, Dulce de Leche & Co amplió sus horizontes con tiendas no solo en Argentina, sino en Brasil, donde el dulce de leche argentino es un éxito rotundo. «Hicimos estudios y comprendimos que el brasileño tiene un gusto especial por el dulce de leche. Por eso, nuestra expansión comenzó en Río Grande del Sur y ya contamos con 3 tiendas en Brasil», comenta Pérez.

Pero la empresa no se limita al dulce de leche. Han diversificado su oferta con productos como alfajores premium, caramelos, licores, y hasta una línea de productos para el hogar. Cada uno de estos artículos lleva el sello de calidad y la pasión por el sabor que caracteriza a Dulce de Leche & Co.
Cada cucharada, un viaje a las raíces de nuestra historia
Uno de los aspectos más fascinantes del dulce de leche es su capacidad de adaptarse a distintos usos y ocasiones. Desde el clásico acompañamiento para tostadas en el desayuno
hasta su rol protagónico en postres como los alfajores o las tortas, el dulce de leche es un ingrediente versátil que enriquece cualquier plato. Pero más allá de su presencia en la cocina, es una experiencia en sí mismo.

Pero… ¿Alguna vez te has preguntado de dónde proviene el dulce de leche? Como muchos de los alimentos que disfrutamos a diario, su origen se encuentra en el campo. Sus dos productos esenciales son la leche y el azúcar. La leche proviene de las vacas que pastan en nuestras
tierras, mientras que el azúcar se extrae de la caña de azúcar cultivada en los campos del norte.
Cada cucharada de dulce de leche es, en esencia, un pedacito de campo.
Probar un buen dulce de leche es mucho más que disfrutar de un alimento; es vivir una experiencia sensorial que nos conecta con lo más profundo de nuestra cultura. Cada bocado es un viaje a las raíces de la tradición argentina, una celebración del campo y de los sabores que nacen de nuestra tierra. El dulce de leche forma parte de nuestro día a día, desde la infancia hasta la adultez, en cada rincón de nuestro país y más allá. Este producto es un verdadero
embajador de la gastronomía argentina en el mundo, llevando un pedacito de nuestra identidad a cada mesa que lo recibe. “Representar al Dulce de Leche Argentino por el mundo es
un gran honor para nosotros”, explica Pérez.

En este Día Internacional del Dulce de Leche, celebremos este tesoro nacional y a quienes lo hacen y recordemos que, en cada cucharada, estamos saboreando un pedazo de nuestra historia
Primicias Rurales
San Ignacio, la empresa con 85 años de historia que lleva el dulce de leche argentino al mundo

San Ignacio, la empresa con 85 años de historia que lleva el dulce de leche argentino al mundo

Presente en 20 países, la compañía santafesina es uno de los principales exportadores de dulce de leche de la Argentina y de queso azul.

Actualmente es uno de los principales exportadores de dulce de leche de la Argentina y la única Pyme que se ubica como segundo exportador de queso azul.

Según explica Fernando Rodríguez Morón, Gerente de Comercio Exterior de San Ignacio, la firma exporta dulce de leche a unos 20 países incluyendo, Japón, Nueva Zelanda, Israel, Canadá, Estados Unidos, España, Italia, Francia, Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia. De esos mercados, Chile es el principal comprador de dulce de leche argentino.

Todos los productos que ofrece San Ignacio son libres de gluten: dulce de leche (Familiar, Repostero y Light), leche chocolatada, queso azul, queso crema y su versión light. Además, sus dulce de leche y queso crema cuentan con la certificación Kosher.

Su historia, de Santa Fe al mundo

La historia de San Ignacio comenzó en el año 1939. El crecimiento de la empresa fue sostenido a lo largo del tiempo y poco a poco los productos se fueron distribuyendo a todo el país.

En 1978 San Ignacio llevó su dulce de leche al mundo, más precisamente a Alemania. Este hecho marcó un antes y un después para la empresa, convirtiéndola en una de las primeras empresas en lograr la certificación para exportar a la Unión Europea.

Alejandro Reca, actual CEO y director, comenzó en 2011 un período de gerenciamiento de la empresa. Ahí arrancó esta nueva etapa en la historia de San Ignacio. Dos años después, en 2013, Reca, Alejandro Bertín y Diego Temperley, constituyen una sociedad que logra que San Ignacio vuelva a ser argentina, compran el paquete accionario a la empresa francesa Laiteries Hubert Triballat y se ponen al frente de las fábricas de dulce de leche y de queso azul  bajo el nombre de  Establecimientos San Ignacio S.A.

Esta transformación iniciada en 2011 fue acompañada de inversiones en equipamiento e infraestructura y una renovación permanente hasta el día de hoy.

¿Qué significa para la empresa cumplir 85 años? Según explica Alejandro Reca, CEO de San Ignacio, por un lado implica “la confirmación del compromiso de la empresa con los consumidores de seguir entregando alimentos de la mejor calidad, elaborados con la experiencia y conocimientos adquiridos en 85 años de vida”.

“Por otro, que con objetivos claros, un equipo de gente comprometida y accionistas con visión de largo plazo es posible la implementación de mejoras y transformación de una empresa. En lo personal, significa la concreción de un anhelo (la estabilización y el desarrollo de la empresa) que tiene inicio cuando nos hicimos cargo de la compañía”, agrega.

Innovación y mercados

La marca trabaja en diferentes proyectos de innovación y busca renovarse en forma constante. Así fue como en los años 90 innovó con el Queso Azul y la tradicional receta francesa.

Entre las últimas novedades, este 2024 San Ignacio presentó su dulce de leche reducido en grasas. Se trata de un nuevo producto que respeta la receta tradicional, su textura y sabor y, además, tiene contenido graso reducido.

El producto conserva la receta tradicional en lo referido a materias primas, pero tiene algunos ajustes en su composición de materia grasa, la cual fue reducida para lograr este nuevo producto. “La idea fue ofrecer a los consumidores el mismo dulce de leche San Ignacio de siempre, pero mejor”, explica Juan Patricio Anderson, Gerente Comercial de San Ignacio sobre el desarrollo de este nuevo dulce de leche.

Además de ser un producto renovador dentro del segmento, también se destaca por su estética renovada: a través de una etiqueta más sobria y de color blanco, busca comunicar de manera más directa las características de este producto de alta calidad e innovación.

Por otro lado, San Ignacio es un activo impulsor de la flamante Región del Queso Azul, recientemente constituida por los departamentos de Belgrano, Iriondo, San Jerónimo,  San Martín y Las Colonias donde desde su localidad, Hipatia, se produce el queso blue de San Ignacio al mundo.

Desde Santa Fe se contribuye con el 97% del producto queso blue que se exporta: “Se busca establecer una marca registrada y reconocida mundialmente como ocurre con regiones dedicadas a variedades de viñedos, con la aceituna y su aceite de oliva y otros quesos entre otros productos”, comenta Reca, sobre esta iniciativa que ya tiene su ley sancionada y por implementar sus primeras acciones de promoción.

Las apuestas para 2024-2025

Existe otro lanzamiento inminente y que forma parte de los planes que la empresa desarrolla en el mediano plazo: en breve se anunciará el nuevo dulce de leche envasado en botella pet.

Se trata de un producto que tendrá menor consistencia y será más fluido,  pero con el gusto y el sabor intacto para responder al paladar con la formulación de San Ignacio. Desde la empresa remarcan que existen muchas expectativas en este nuevo producto, fácil de volcar sobre las tostadas del desayuno o el panqueque.

Para la empresa es muy importante mantener el plan de inversiones en capacidad y, sobre todo, productividad. “También la incorporación de nuevos productos y presentaciones en las familias de dulce de leche (tradicional, repostero y heladero)  y queso crema; así como también el desarrollo de nuevos destinos para nuestras exportaciones”, concluye Alejandro Reca.