Jun 15, 2021 | Nutricion vegetal y animal
Buenos Aires, 15 de junio (PR/21) .– La gestión del compostaje de diferentes residuos orgánicos brinda nuevas posibilidades. Por esto, un equipo de especialistas del INTA –integrado por investigadores de Hilario Ascasubi, Balcarce y Bariloche– trabaja en la puesta a punto de una nueva estrategia de fertilización biológica: pellet de compost. Se trata de un fertilizante órgano-mineral elaborado a partir de residuos agrícolas. Resultados preliminares determinaron que, luego de su aplicación, el trigo rindió un 19 % más, en comparación con las fuentes de nitrógeno (N) y fósforo (P) inorgánico.
Con el objetivo de evaluar alternativas que promuevan el aprovechamiento de los subproductos, Luciano Orden –del INTA Hilario Ascasubi, Buenos Aires– junto con Walter Carciochi –de la Unidad Integrada INTA – Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce, Buenos Aires– y Javier Ferrari –del INTA Bariloche, Río Negro– diseñaron, formularon los pellets y los evaluaron a campo, en un cultivo de trigo.
A largo plazo, la premisa es poder incorporar el compost en los cultivos extensivos y, de alguna manera, devolver al suelo parte de lo que se extrae. “Los residuos agropecuarios y agroindustriales pueden ser utilizados como materia prima para la generación de productos con valor agregado, entre los que se destacan la generación de bioenergía, alimentación animal o biofertilizantes”, aseguró Orden, quien es especialista en gestión de residuos orgánicos.
Para avanzar, el equipo de investigadores aplicó el concepto de ‘economía circular de residuos agroindustriales’, cuyo eje central apunta al reaprovechamiento de los residuos orgánicos a fin de que los nutrientes extraídos sean recuperados y reintroducidos en el ciclo de producción.
Con esa premisa, en la campaña 2020, avanzaron en la evaluación del fertilizante órgano-mineral pelletizado, como fuente de nitrógeno (N) y fósforo (P), en trigo. A la par, lo compararon con parcelas que habían recibido fertilización convencional (N y P inorgánicos). El ensayo se realizó en el campo experimental de la Unidad Integrada INTA – FCA Balcarce, sobre un Argiudol Típico, serie Mar del Plata. La fertilización fosfatada, tanto inorgánica como órgano-mineral se realizó a la siembra, mientras que el nitrógeno (ambas fuentes) se aplicó al boleo en superficie en el momento de dos macollos.
Entre los resultados más destacados, Carciochi subrayó que “con el uso de fertilizantes órgano-minerales con P y N el rendimiento del trigo se incrementó un 19 %, respecto a las fuentes inorgánicas”, y agregó: “El número de granos por unidad de superficie siguió una tendencia similar a la observada para rendimiento, mientras que ambos tratamientos de fertilización incrementaron la concentración de proteína y de gluten en grano, en similar magnitud”.
“Si bien estos resultados son preliminares, son muy alentadores y seguiremos haciendo evaluaciones en las próximas campañas”, puntualizó Carciochi.
Todo se transforma
“Para el armado de los pellets es muy importante contar con un compost estable y maduro”, afirmó Orden quien explicó que, en este caso, fueron formulados a partir del compostaje de residuos pecuarios provenientes de estiércoles vacunos, ave de corral, pero también es posible utilizar compost de restos de comida domiciliarios. La materia orgánica fue acondicionada mediante un sistema de compostaje, que se realizó a campo, con remoción mecanizada (en inglés, windrow composting).
Durante el proceso de pelletización del compost es posible bajar la humedad e incrementar la densidad aparente del producto, dos condiciones que facilitan su distribución utilizando casi cualquier máquina. Durante el tratamiento, el compost alcanza una humedad inicial cercana al 60 %. Luego, se seca hasta alcanzar entre un 12 y 15 % de humedad, valor óptimo para la pelletización, y posteriormente se deja orear hasta lograr entre un 3 y 5 %.
“El pellet de compost tiene algunas ventajas sobre el compost tamizado que sale directamente del campo”, destacó Ferrari quien detalló: “Se aplica con las máquinas convencionales de fertilización, se incorpora mucha más cantidad de material orgánico por metro cuadrado, porque tiene menos humedad, se distribuye mejor, puede acopiarse y hasta es más eficiente de transportar en términos de logística”.
En el INTA Bariloche, Ferrari avanzó en el desarrollo de una máquina experimental que permite densificar el compost y comprimirlo hasta alcanzar un formato más pequeño y compacto, ideal para su distribución con cualquier fertilizadora/sembradora. Asimismo, la máquina experimental sirvió como base a partir de la cual se pudo extrapolar el formato y composición para la producción a escala industrial de los pellets.
Gracias a un convenio de vinculación tecnológica firmado con la Pyme Daasons S.A. –ubicada en el Parque Industrial de Bahía Blanca, Buenos Aires– los pellets pronto estarán disponibles para su comercialización.
“La empresa Daasons S.A. hace más de 30 años que se dedica a la fabricación de fertilizantes orgánico-minerales”, indicó Orden quien señaló que “el INTA junto con la empresa se encuentra en proceso de inscribir, de acuerdo a las normativas vigentes, la nueva línea de biofertilizante para su comercialización”.
Primicias Rurales
Fuente: INTA informa
Jun 2, 2021 | Nutricion vegetal y animal
Buenos Aires, 2 de junio (PR/21) .– Durante el taller “Acortando las brechas de rendimiento en sorgo” en el marco del Congreso Maizar 2021 llevado a cabo el martes 18 de mayo, Advanta dio a conocer los resultados obtenidos sobre el ensayo de fertilización de sorgo granífero en diferentes cultivos de servicios basados en la red de AAPRESID.
Buenos Aires, 02 de junio (PR/21). – Optimizar la calidad de los suelos, alcanzar mayor sustentabilidad en los procesos, disminuir las malezas y aumentar el potencial de rendimiento del cultivo de sorgo granífero, fueron algunos de los objetivos que se propusieron los Ing. Ag. Martín Liggera, productor y asesor privado de la localidad de Junín, y Julián Siri, coordinador de Tecnología y Desarrollo de Advanta, el pasado 16 de octubre de 2020 cuando dieron comienzo a un ensayo de fertilización en diferentes cultivos de servicio en el campo “El Tatú”, ubicado en la localidad de Tres Algarrobos, Provincia de Buenos Aires.
Uno de los objetivos del ensayo fue determinar el efecto de distintos cultivos de servicio como antecesores del cultivo de sorgo, analizar el efecto de incluir diferentes niveles de fertilización nitrogenada y fosfatada con el fin de potenciar el rendimiento del cultivo de sorgo.
Durante el ensayo se realizaron varios tratamientos, entre ellos: avena, vicia inoculada y sin inocular, mezcla de vicia y avena y por último un barbecho químico como tratamiento control. A su vez, para cada uno de estos tratamientos se aplicaron distintas dosis de urea y MAP en el orden del 0-300kg/ha y 0-180kg/ha, respectivamente.
“Veníamos escuchando que los productores señalaban algunas debilidades en el cultivo como las malezas, la falta de previsibilidad y el bajo precio y nos propusimos volver a zonas donde había sido relegado para demostrar que, con tecnología y estrategia, el sorgo puede superar las proyecciones de rentabilidad y ser un aliado del ambiente”, afirmó Julián Siri, coordinador de Tecnología Y Desarrollo de Advanta durante su disertación. Y, agregó: “Cabe destacar que se continuará llevando adelante un seguimiento del ensayo para evaluar la perfomance de la futura soja a sembrar ya que, justamente en el uso de cultivos de servicio hay que analizar la película completa, no solo el sorgo sino también el aporte al suelo y al cultivo subsiguiente”, enfatizó Siri.
Con el fin de analizar los beneficios de los cultivos de servicio en el largo plazo en el aporte al sistema y no solo en el sorgo, Advanta continuará con el seguimiento del ensayo para evaluar los resultados sobre el cultivo subsiguiente en la rotación, en este caso soja, para comprender la continuidad de los beneficios percibidos al incluir a la rotación cultivos de cobertura.
El Sorgo es un cultivo sustentable que brinda estabilidad y rusticidad; cuenta con altísima tolerancia a estrés hídrico y alta tolerancia a la salinidad; es un excelente antecesor de leguminosas como la soja, aporta grandes cantidades de Carbono al suelo y es un productor de biomasa por excelencia.
Ventajas de incorporar cultivos de servicio en el sistema:
El uso de cultivos de cobertura permite controlar la erosión tanto hídrica como eólica, aporta materia orgánica al suelo, reduce la aplicación de insumos agrícola, disminuye la temperatura del suelo por el efecto de la cobertura, aporta nitrógeno al sistema en el caso de incluir leguminosas, permite controlar a las malezas y genera un incremento en el rendimiento en el mediano y largo plazo.
A pesar de la escasez de lluvia, los resultados obtenidos fueron muy buenos:
El cultivo de sorgo mostró una buena adaptación a los cultivos de servicio a pesar de la baja cantidad de agua que se registró a lo largo del crecimiento del cultivo se obtuvo rendimientos de aproximadamente 8.500 kg/ha con un antecesor de vicia inoculada.
Los cultivos de servicio en base a gramíneas puras arrojaron los peores resultados ya que generan una gran deficiencia de nitrógeno en el sorgo posterior, difícil de recuperar inclusive utilizando altos niveles de nitrógeno. Esto se debe a que la gramínea absorbe una gran cantidad de nitrógeno al cultivo y que, hasta luego de la fertilización, no llega restituir lo que le quitó maximizándose en este caso por la falta de agua durante el crecimiento del cultivo.
El antecesor vicia inoculada fue uno de los dos tratamientos que arrojó mayor rendimiento por hectárea. Destacando que se obtuvieron altos rendimientos, incluso con bajos agregados de nitrógeno muy probablemente por los resabios de dicho producto que ha dejado la vicia en cultivos anteriores, a lo largo del tiempo.
Efecto en antecesores
Los tratamientos de Vicia inoculada sembrada con Barbecho obtuvieron los más altos rendimientos.
Los cultivos de servicio en base a gramíneas puras no son recomendados como antecesores al cultivo de sorgo
Efecto de fertilización
Los niveles más altos de rendimiento cercanos a los 9000 kg/ha, se obtuvieron con niveles de Urea de entre 180-300 Kilogramos.
Niveles de Urea de 120 Kilogramos/hectárea permitieron obtener rendimientos intermedios entorno a los 7000 Kg/ha.
Los tratamientos con 0 – 60 Kilogramos/hectárea tuvieron los niveles más bajos de rendimiento
El ensayo mostró que no hubo interacción entre el cultivo antecesor y niveles de urea, pero se obtuvieron los máximos rendimientos con niveles de urea a partir de los 180 kilogramos/hectárea teniendo en cuenta la condición de estrés hídrico que tuvieron durante el proceso. Es destacable el hecho de que, en un año con gran estrés hídrico, se lograron obtener más de 8000 Kilogramos/hectárea de sorgo con niveles de Urea de 180 Kg/ha.
AVENA PURA
En el tratamiento con antecesor de avena pura se observó un menor porte del cultivo de sorgo acompañado de un menor verdor y un retraso en el ciclo por la latencia activada por parte del cultivo como mecanismo de defensa. Por su parte, sí hubo respuesta hasta los 300 kg/ha de urea como se puede observar en la figura 1.1
Figura 1.1: Respuesta a la fertilización nitrogenada del cultivo de sorgo con antecesor de avena pura.
BARBECHO QUIMICO
El tratamiento donde se aplicó barbecho químico se observó en el cultivo un alto vigor inicial debido a una mayor temperatura del suelo al no tener cobertura, un muy buen coeficiente de logro y fue el primer tratamiento en alcanzar la madurez fisiológica. A su vez, se registró una alta respuesta a la fertilización nitrogenada hasta los 180 kg/ha de urea.
En la figura 1.2 se encuentra representado la respuesta a la fertilización nitrogenada en el cultivo de sorgo aplicando el tratamiento de barbecho químico. Podemos observar la alta respuesta obtenida hasta los 180kg/ha seguido de una leve depresión debido al factor limitante del agua.
Figura 1.2: Respuesta a la fertilización nitrogenada del cultivo de sorgo con tratamiento de barbecho químico.
VICIA INOCULADA
En el tratamiento con un antecesor de vicia inoculada se observó un mayor porte en el cultivo de sorgo con respecto a los demás tratamientos, con plantas de color verde oscuro y una menor respuesta a la fertilización nitrogenada comparado con el resto de los tratamientos (Figura 1.3). Podemos decir que este antecesor dio como resultado los mayores rendimientos en los niveles más bajos de fertilización.
Figura 1.3: Respuesta a la fertilización nitrogenada del cultivo de sorgo con antecesor vicia inoculada y alta densidad.
CONCLUSIONES:
El cultivo de sorgo mostró una buena adaptación a los cultivos de servicio.
Los cultivos de servicio en base a gramíneas puras generan una gran deficiencia de nitrógeno en el sorgo posterior, difícil de recuperar inclusive utilizando altos niveles de nitrógeno.
Los cultivos de servicio generan un retraso en la velocidad inicial y establecimiento del cultivo de sorgo.
El uso de elementos de barre-rastrojo podría permitir un mejor y más rápido establecimiento del cultivo
El cultivo de sorgo es uno de los principales jugadores para la producción de alimento animal, y desde siempre ha presentado una limitante a la hora del eficiente control de malezas. Con la llegada de la tecnología igrowthth, creada por Advanta en Argentina, se pueden resaltar múltiples beneficios, como el acortamiento en las brechas de rendimientos entre el potencial y el realmente logrado a campo; mayor control de malezas, principalmente latifoliadas y gramíneas; la limpieza de los lotes obtenida en pos cosecha del sorgo permitiendo entrar al siguiente cultivo con un menor costo de barbechos; una menor altura de corte de la planta en el picado para silaje, que brinda mayor producción de materia seca por hectárea; y en algunos planteos ganaderos, en los que se realiza pastoreo de sorgo, permite hacer una intersiembra con raigrás u otras pasturas debido a la ausencia de malezas en los entresurcos.
Primicias Rurales
May 22, 2021 | Nutricion vegetal y animal
En el marco del Simposio Fertilidad 2021, Julián Muguerza, de la firma Glimax, que se dedica a la tecnología de procesos en pos de mejorar sus rendimientos, abordó el tema de agricultura 4.0, con una mirada a las nuevas tecnologías en nutrición de cultivos para una agricultura eficiente, responsable y amigable con el ambiente y la sociedad.
Para hacerlo, Muguerza compartió su experiencia en un campo de la firma en el partido de Suipacha, provincia de Buenos Aires. Señaló que “el empleo del big data y las nuevas tecnologías de nutrición de cultivos pueden ayudarnos a dar valor al campo y a los recursos humanos. Son herramientas para aprender”.
En este sentido, destacó que hay una gran capacidad de generar datos que deben manejarse, es un proceso de información, conocimiento y “saber hacer”.
En su presentación explicó que hay un problema de pérdida de fósforo (P) que sufre la agricultura argentina en casi toda su extensión. “¿Cómo podemos revertir esta situación con tecnología?”, planteó.
Allí propuso un claro ejemplo, que es la adopción de aplicaciones de tasa variable de fósforo, lo que resulta en mayor producción, mayor rentabilidad y mejor asignación de un insumo como el fertilizante fosfatado.
La experiencia que dirigió se basó en la realización de “un muestreo intensivo del suelo”, basado en recolectar muchas más muestras de las que se hacen en el promedio de los diagnósticos, para luego dividir el lote según “las limitantes (tras medir el pH), por materia orgánica y por deficiencia de P”.
Con esos datos se concretó la 2da acción: “la nivelación, nutrir el suelo con aplicaciones variables de fertilizante fosfatado, de 0 a 570 kg/ha”. Con este manejo se consiguieron “multiplicar los rindes por kilo de fósforo aplicado”, ganando entre 140 y 640 kg de soja, según el lugar y la dosis.
Ese proceso se completó con el uso de SoilOptix, un sistema de mapeo de nutrientes de suelo de alta definición que permite generar mapas con 1.000 datos de cada nutriente por hectárea.
“Con ésta generamos mapas de radiación gamma de alta definición tanto de textura, como de macro y micronutrientes. Estos diagnósticos son bastante integrales y nos ayudan a hacer fertilización y manejo de los cultivos en forma mucho más precisa. Y no sirven sólo para la decisión de fertilización, sino también en la siembra variable, la definición de ambiente, para definir rotaciones específicas y hacer un diseño más integral del sistema productivo”, concluyó.
Por último, agregó que hay nuevas tecnologías de asesoramiento, ya disponibles, pero hay mucho más aún por venir y que el objetivo es “aprender y mejorar”.
Primicias Rurales
Fuente: TodoAgro.com.ar
May 12, 2021 | Nutricion vegetal y animal
Por Laura Pérez Casar
Buenos Aires, 12 de mayo (PR/21) .– Si bien el consumo de fertilizantes en 2020 registró un récord, en el país aún se subfertiliza. Este desbalance implica un deterioro del suelo y de los servicios ecosistémicos que brinda y puede generar daños irreversibles. Así lo aseguran los especialistas del INTA quienes alertan sobre este riesgo y recomiendan una fertilización racional y eficiente, sin faltantes ni excedentes.
Los suelos son una importante reserva de biodiversidad mundial, que permite la agricultura y la seguridad alimentaria, regula las emisiones de gases de efecto invernadero y promueve la salud de las plantas, los animales y los seres humanos. Sin ellos, nuestro mundo no sería el mismo.
Así los describe la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y no deja de alertar que cuando se explotan sin restablecer la materia orgánica y el contenido de nutrientes, el ciclo de elementos nutritivos se rompe, la fertilidad del suelo disminuye y el equilibrio del agroecosistema se destruye.
Marcelo Beltrán –agrónomo del Instituto de Suelos del INTA Castelar– se refirió a esta advertencia de la FAO y confirmó que, “en la Argentina sólo un 30 % de los nutrientes que se extraen de los suelos cultivados se reponen mediante el uso de fertilizantes”.
“Desde hace varios años, los suelos de la región pampeana han sufrido un intenso agotamiento de nutrientes como consecuencia de una prolongada historia agrícola”, detalló Beltrán para quien el problema se agrava con el uso de variedades de cultivos de alto rendimiento, que demandan mayor cantidad de nutrientes.
En esta línea, Alberto Quiroga –especialista del INTA Anguil, La Pampa– agregó: “La intensificación ganadera, con cosecha mecánica de forraje y traslado a corrales, triplicó la tasa de extracción de algunos nutrientes”. Y fue más allá al asegurar que “su concentración en corrales y efluentes de tambos acentúa los riesgos de contaminación”.
Así es que, ambos investigadores reconocen que, desde la década de 90 y como consecuencia de procesos de erosión de los suelos y la remoción de nutrientes sin reposición por fertilización, los suelos comenzaron a mostrar síntomas del empobrecimiento en nutrientes y reducciones en los contenidos de materia orgánica.
Por su parte, Hernán Sainz Rozas –especialista en fertilidad de suelos y fertilización de cultivos del INTA Balcarce, Buenos Aires, fue más allá y aseguró que los niveles actuales en toda la región pampeana muestran valores entre un 30 y 40 % menores respecto a los suelos en condición originaria. Una condición que genera problemas físicos (estabilidad estructural y mayor riesgo de erosión) y menor disponibilidad de nutrientes, particularmente de nitrógeno y azufre.
En tanto, los niveles actuales de P-Bray son menores a 15 mg kg-1 (0-20 cm de profundidad) en una vasta superficie de la región pampeana, y en los últimos siete años, este problema se agravó. Esto indica que los niveles actuales de reposición de fósforo (vía aplicación de fertilizantes) están por debajo de la extracción en productos agrícolas (granos, carne, leche, etc.).
Respecto del pH, el especialista dijo que “hubo un cambio negativo, que se refleja en la disminución de los valores de pH del suelo, sobre todo al norte y este de la región Pampeana, donde se registran preocupantes niveles de pH”. En casos graves de acidificación, aun no alcanzados en la región, en los suelos con pH por debajo de cinco comienza a liberarse aluminio y esto resulta tóxico para las plantas.
Además, la acidez provoca consecuencias sobre diferentes procesos biológicos y químicos que ocurren en el suelo. “En problemas graves de acidez, se recomienda la aplicación de calcita (carbonato de calcio) o dolomita (carbonato de calcio y magnesio)”, sugirió Sainz Rozas.
Beltrán: “En la Argentina, las relaciones aplicación/extracción en grano de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre para los cultivos de grano han mejorado durante los últimos años, pero los balances de nutrientes siguen siendo negativos”.
Mejor mantener que recuperar
Para Quiroga, “que hoy tengamos más de un 30 % de suelos degradados o bajo procesos de degradación donde se ha roto la relación del ecosistema por la presión antrópica preocupa, porque en estos sistemas algunos de los efectos pueden ser irreversibles. El suelo que se perdió no vuelve”.
Y agregó “es más fácil mantener la salud de un suelo que recuperar un suelo degradado, que frecuentemente condiciona la rentabilidad”. Es que, la degradación física de los suelos por pérdida de materia orgánica puede afectar la captación del agua, dar lugar a encharcamientos, escurrimientos y dificultar el acceso a los nutrientes por parte de los cultivos.
Un reciente informe de la Asociación Civil Fertilizar aseguró que el consumo de fertilizantes en 2020 registró un récord con 5 millones de toneladas y superaría el 7 % interanual. Pero, para Beltrán estas cifras si bien son alentadoras, aún resultan insuficientes.
“En la Argentina, las relaciones aplicación/extracción en grano de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre para los cultivos de grano han mejorado durante los últimos años, pero los balances de nutrientes siguen siendo negativos”, señaló Beltrán quien subrayó que, en nuestro país, en general, se subfertiliza.
“Esto implica una pérdida de fertilidad interanual que repercute en los rendimientos, en la sostenibilidad de los sistemas productivos y en la conservación de los recursos naturales”, agregó, con preocupación, el investigador de Castelar.
Para lograr la sustentabilidad de sistemas agrícolas, Beltrán consideró de vital importancia implementar rotaciones de cultivos que generen un balance positivo de la materia orgánica del suelo en el mediano plazo. Así, se podrá mejorar la calidad del suelo, lo que se traducirá en planteos menos riesgosos y más rentables para el productor y favorables para la salud ambiental.
Sainz Rozas: “Es necesario que cada productor cuente con un análisis de suelo de calidad para conocer el estado nutricional de los lotes en particular y, así, poder llevar a cabo un manejo racional de la fertilización”.
Nutrientes, en su justa medida
Los recursos se extraen en mayor medida de lo que se reponen, lo que genera grandes riesgos vinculados a la sostenibilidad de los sistemas productivos, a la productividad de los suelos y, finalmente, en la soberanía alimentaria. No actuar a tiempo puede traer consecuencias irreversibles a corto plazo.
Ahora bien, ¿Qué hacer ante este escenario? ¿Cómo saber los nutrientes que se extrajeron y son necesarios reponer y cuáles no? ¿Hay riesgos en subfertilizar? ¿Hay recetas eficientes? Y, si nos excedemos en las cantidades, ¿hay consecuencias o quedan reservados en el suelo para otras temporadas?
Antes de tomar cualquier decisión, la primera recomendación es realizar un análisis de suelo del lote. “Es necesario que cada productor cuente con un análisis de suelo de calidad para conocer el estado nutricional de los lotes en particular y, así, poder llevar a cabo un manejo racional de la fertilización”, remarcó Sainz Rozas.
Y, en un contexto de fuerte incremento en el precio de los fertilizantes, el especialista planteó la necesidad de desarrollar estrategias de manejo que maximicen su eficiencia de uso. Para nutrientes de alta movilidad en el suelo, desde el INTA recomiendan realizar un monitoreo de los cultivos a fin de detectar alertas con tiempo y actuar en consecuencia.
En esta línea, el investigador del INTA Balcarce se refirió a las metodologías basadas en el análisis directo de los mismos en los tejidos y las indirectas basadas en el uso de sensores de canopeo, tales como el análisis de reflectancia o transmitancia de la radiación fotosintéticamente activa. “Para los demás nutrientes no se cuenta con información calibrada localmente, por lo que el análisis de suelo es aún más relevante”, subrayó.
A su vez, los especialistas reconocen la necesidad de conocer los niveles de pH del suelo que pueden ocasionar problemas en la disponibilidad de algunos micronutrientes, realizar franjas exploratorias mediante ensayos simples y con pocos tratamientos. También es importante realizar eventos científicos que arrojen más información en este aspecto y siempre consultar con especialistas.
“Cada nutriente tiene una dinámica distinta”, reconoció Beltrán. En este sentido, detalló que el nitrógeno es mucho más móvil en el suelo y se pierde a capas profundas del suelo con fuertes lluvias, el fósforo es más inmóvil y puede retenerse en el suelo por lo que si se aplica de más se mantiene y se enriquece el suelo, salvo que se pierda por erosión.
“Los cultivos de cobertura aparecen como una opción que permite mejorar el balance de nutrientes y carbono en el suelo”, indicó y agregó que los suelos en los que predominan las rotaciones con gramíneas sin cultivos de cobertura presentan una mayor disponibilidad de cinc (Zn) y manganeso (Mn).
En cuanto a la fertilización de cultivos de cobertura, esta práctica depende del objetivo que tiene el productor. “Si el objetivo es retener los nutrientes que dejaron los cultivos antecesores y lograr un aporte de carbono, básicamente no conviene realizar aplicaciones y, más bien, permitir que el cultivo de cobertura absorba la cantidad de nutrientes disponible para proveérselos al cultivo siguiente”, planteó Beltrán.
Por el contrario, si el objetivo del cultivo de cobertura es ingresar más carbono y aprovecharlo para hacer un pastoreo, sí es conveniente hacer aplicaciones de fertilización para asegurar un buen nivel de productividad.
Por último, el investigador de Castelar subrayó que, si bien en general se subfertiliza, también hay casos en los que se registran excesos que, en mayor o menor medida, impactan en los recursos naturales suelo y agua con contaminaciones en las napas o cursos de agua. Para evitar esto, reiteró la importancia de ser eficientes y realizar un monitoreo continuo de los suelos.
La calidad natural de los suelos tiene límites y sobrepasarlos implica que su vulnerabilidad se vuelva crítica.
Tomar conciencia, la Ley primera
“En general, los productores no perciben como un problema la disminución del contenido de materia orgánica en los suelos”. Así lo aseguró Marcelo Beltrán –agrónomo del Instituto de Suelos del INTA Castelar–. Es que la tecnología que se emplea en la agricultura moderna de alta producción permite mantener, o incluso, incrementar los rendimientos de los cultivos, a pesar de la degradación de los suelos.
Como si esto fuera poco, además, está naturalizada la capacidad productiva de las tierras de nuestro país. Pero, para el investigador, “la calidad natural de los suelos tiene límites y sobrepasarlos implica que su vulnerabilidad se vuelva crítica”. De allí, la importancia de tomar conciencia de los riesgos y marcar la diferencia.
Ya sea mediante la generalizada subfertiliación o por un uso excesivo de las aplicaciones de nutrientes es posible generar un daño irreversible en los recursos naturales y de los servicios ecosistémicos que brindan. Desde el INTA remarcan que los fertilizantes son una variable crucial que demanda eficiencia, toma de conciencia y responsabilidad por parte de los productores.
Primicias Rurales
Fuente: INTA informa
Abr 5, 2021 | Nutricion vegetal y animal
Destacada como la principal provincia avícola de la Argentina, Entre Ríos se posiciona por su gran aporte de cabezas faenadas al mercado interno y externo. En contrapartida, los residuos provenientes de granjas de producción intensiva constituyen una problemática para el sector. En este contexto, un equipo de especialistas del INTA analizó el impacto de la cama de pollo como enmienda orgánica para los suelos agrícolas.
“La cama de pollo se compone de restos de cáscara de arroz, aserrín o virutas de pino o eucaliptus, a los que se le suman los restos de alimento, plumas y deyecciones de aves”, detalló Emmanuel Gabioud –investigador del INTA Paraná, Entre Ríos, que aborda investigaciones sobre la problemática–.
Por su alto contenido de nutrientes, la cama de pollo es utilizada históricamente por los productores agropecuarios locales como una enmienda orgánica tendiente a suplir los requerimientos nutricionales de diversos cultivos y pasturas, siendo una fuente de fósforo muy importante, entre otros nutrientes.
Por esto, para los especialistas resulta una “oportunidad de valorización a partir de su reciclaje y a su vez una alternativa para mitigar la degradación de suelos agrícolas, mejorando su fertilidad en el corto plazo”. Esta sinergia reduce riesgos sobre los diferentes componentes del ambiente agropecuario.
En esta línea, Gabioud agregó: “Luego de aplicarle un tratamiento térmico o de compostaje, para reducir el contenido de microorganismos y el riesgo potencial de transmisión de enfermedades, puede ser utilizada para mejorar la fertilidad física de lotes agrícolas degradados”.
“En nuestras investigaciones, documentamos claramente los efectos benéficos que puede promover la aplicación tanto de cama de pollo como de yeso, una enmienda química de generación regional y su combinación”, especificó en referencia, particularmente, en la modificación de las condiciones físicas del suelo como la estructura del suelo y el movimiento de agua.
“Los suelos limosos de la costa del Paraná tienen tendencia a compactarse, bajo siembra directa generan estructuras laminares superficiales que limitan la infiltración de agua y favorecen el escurrimiento superficial”, explicó Gabioud.
Fertilizar con residuos, una oportunidad
Un ensayo del INTA realizado durante dos años, con cuatro momentos de muestreo, mostró un incremento significativo del carbono en el suelo en los primeros cinco centímetros de profundidad.
Las muestras fueron tomadas antes de la aplicación de las enmiendas, otro luego de la aplicación de las enmiendas y antes de la implantación de un cultivo de soja, un tercero luego de la cosecha de soja y antes de la implantación de maíz y, por último, luego de la cosecha del maíz.
“Luego de 20 meses de la aplicación de 7,5 toneladas por hectárea de cama de pollo, se registró un incremento del 20,5 % del carbono en el suelo, respecto a nivel inicial”, señaló Gabioud.
“En los primeros dos meses de aplicación de cama de pollo no se registraron cambios en el suelo, pero luego de un año de uso hubo notables mejoras”, expresó el especialista del INTA. Asimismo, detalló que, al cabo de veinte meses, se registró una disminución de cinco centímetros en el espesor de la estructura laminar (inicialmente tenía un espesor de 10 centímetros) con el agregado de cama de pollo sola o combinada con yeso, con incrementos de una estructura granular favorable para el ingreso de agua.
La investigación se enmarca en la búsqueda de estrategias a corto plazo para la regeneración estructural de suelos agrícolas. La aplicación de cama de pollo en superficie mostró una mejora significativa de materia orgánica en suelo y otras mejoras físicas asociadas en la porosidad, la estabilidad de la estructura y la resistencia a la compactación.
Estas propiedades físicas mostraron cambios favorables en el corto plazo y, si persisten en el tiempo, podrían promover mejoras en la productividad del suelo y la dinámica del agua y nutrientes.
“Este estudio nos permitió comprender mejor la evolución de la estructura en suelos limosos bajo siembra directa, especialmente en los centímetros superiores que controlan la infiltración de agua y la erosión hídrica”, dijo Gabioud quien ponderó la posibilidad de regenerar la estructura del suelo a corto plazo y promover la gestión sostenible del suelo bajo agricultura continua.
En la actualidad, el equipo del INTA Paraná analiza los datos de parámetros químicos y físico-químicos que permitirán complementar la información hasta ahora relevada. Además, se comenzaron a realizar ensayos tendientes a evaluar otras formas de acondicionamiento de la cama de pollo, como el pelletizado.
Asimismo, junto con profesionales del INTA Concepción del Uruguay elaboran un documento de recomendaciones para el almacenamiento y uso agronómico de cama de pollo. En este sentido, junto a la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos se avanza en un proyecto para caracterización de residuos en granjas y selección de parámetros analíticos guía para regular el uso agronómico en suelos de la provincia.
Primicias Rurales
Fuente: TodoAgro.com.ar
Mar 13, 2021 | Nutricion vegetal y animal
Buenos Aires, 13 de marzo (PR/21) .– Un equipo internacional de investigadores ha descubierto cómo las plantas perciben el zinc y podrían usar este conocimiento para mejorar la absorción de zinc por parte de las mismas.
Lo anterior podría conducir a un aumento en el contenido de zinc de la semilla en un 50%.
Los nuevos conocimientos podrían algún día aplicarse a la producción de cultivos más nutritivos y así ayudar a combatir la desnutrición.
Se estima que más de dos mil millones de personas sufren de deficiencia de zinc, un problema que puede provocar un deterioro del sistema inmunológico, trastornos mentales y retraso en el crecimiento, señaló un comunicado de la Universidad de Copenhague.
Entre otras cosas, la desnutrición puede ser causada por tierras agrícolas infértiles, lo que afecta el contenido nutricional de cultivos básicos como el arroz, el trigo y el maíz.
Investigadores del Departamento de Ciencias Vegetales y Ambientales de la Universidad de Copenhague han descubierto cómo mejorar la absorción de zinc utilizando la planta de berro thale (Arabidopsis thaliana).
“Por primera vez, hemos demostrado que, al usar un ‘interruptor’ molecular en la planta, podemos hacer que la planta absorba más zinc del que absorbería de otra manera, sin un aparente impacto negativo en la planta”, afirmó la líder del estudio, Ana Assunção del Departamento de Ciencias Vegetales y Ambientales de la Universidad de Copenhague.
De acuerdo con lo indicado, el zinc beneficia a los humanos al ayudar a mantener una amplia gama de procesos químicos y proteínas que se ejecutan dentro de nuestros cuerpos. Si estos procesos dejan de funcionar correctamente, nos volvemos propensos a enfermarnos.
En el caso de las plantas, la ausencia de zinc afecta principalmente al crecimiento, que se ve afectado negativamente por la ausencia de zinc.
Detalle
Ana Assunção y sus colegas se han convertido en los primeros en identificar dos proteínas específicas del berro que actúan como sensores de zinc y determinan la capacidad de la planta para absorber y transportar zinc a través del tejido vegetal.
“En pocas palabras, al hacer un pequeño cambio en el sensor, hicimos creer a la planta que estaba en un estado permanente de deficiencia de zinc. Esto mantuvo la maquinaria de absorción de zinc de la planta en funcionamiento y resultó en un aumento del contenido de zinc en las semillas de hasta en un 50% en comparación con una planta normal”, explicó Grmay Lilay, autora del estudio, Postdoctorado en Assunção’s Lab.
Los investigadores han demostrado que es posible aumentar la absorción de zinc en su planta experimental, pero el siguiente paso es reproducir los resultados en cultivos reales. Y los investigadores ya están en camino de hacerlo.
Están trabajando para recrear sus resultados en plantas de frijol, arroz y también tomate. Si tienen éxito, tendrán algunas oportunidades interesantes para desarrollar cultivos más nutritivos y biofortificados.
A largo plazo, los resultados de los investigadores podrían aplicarse mediante la edición de genes CRISPR o seleccionando variedades de cultivos naturales con una capacidad particularmente buena para absorber nutrientes como el zinc.
Primicias Rurales
Fuente: Portalfruticola.com