Ene 16, 2021 | Nutricion vegetal y animal
Buenos Aires, 16 de enero (PR/21) .- La producción lechera ha mostrado grandes avances en los últimos 70 años. En 1950 esperábamos que las vacas tengan su primer parto con 30 meses de edad y produzcan 2500 lts por lactancia. En la actualidad, la mejora en la genética, la nutrición y el manejo han llevado a que las vaquillonas lleguen su primer parto a los 24 meses y produzcan más de 10.000 en esa lactancia. Sin embargo, la leche no ha cambiado en su composición y sigue siendo la misma a pesar de que los requerimientos de los animales han aumentado. Es por esto que, si bien la leche es por naturaleza el alimento para los terneros, la misma puede presentar ciertas deficiencias.
Uno de los puntos relacionados con la composición de la leche es su contenido de grasa. La grasa es una importante fuente de energía para el ternero y su concentración en la leche es superior a la de la proteína. Sin embargo, es importante considerar que un excesivo consumo grasa puede causar problemas digestivos, como diarreas o timpanismo, limitar el consumo de iniciador y retrasar el desleche.
Otro aspecto asociado al contenido de grasa y su rol como aporte de energía, es su relación con el consumo de proteínas. Ante un consumo de proteínas limitado con respecto al de energía, el exceso de esta última es depositado en el cuerpo como grasa de depósito, afectándose negativamente la cantidad de proteínas en la carcasa y en la glándula mamaria de la ternera. Tal es así que investigaciones han comprobado que una relación superior a 53 g de Proteína / Mcal de Energía Metabolizable (EM) favorece el crecimiento de musculo (menor deposición de grasa), el consumo de iniciador y reduce la incidencia de diarreas (Hill et al., 2009). La leche presenta un promedio de 47,3 g de proteína / Mcal EM, por lo que un mayor contenido de proteínas va a tener efectos positivos sobre el crecimiento y la ganancia de peso de los terneros.
El contenido de ciertos minerales y vitaminas de la leche es otro punto que debe ser tenido en cuenta al hablar de la leche como alimento para los terneros. De acuerdo a los requerimientos nutricionales del NRC y a la composición promedio de la leche, el aporte de ciertos minerales y vitaminas resulta deficiente para los requerimientos de los terneros de la actualidad (Gráfico 1). Estas deficiencias pueden afectar su performance e inmunidad y no ayudarán a potenciar el efecto positivo que tiene el lograr una buena nutrición antes del desleche sobre la producción futura de esa ternera. Tal es así que investigaciones realizadas en la Universidad de Carolina del Norte, USA, han demostrado que la suplementación de la leche con proteínas, vitaminas y minerales mejoró la ganancia de peso y el peso vivo adul to de los terneros previo al desleche (Grafico 2) (Glosson et al., 2018).
La leche de descarte es también muchas veces una fuente de alimento para los terneros en los tambos. Normalmente ésta está constituida por calostro, la leche de transición entre el calostro y la leche comercial y la producida por vacas tratadas con antibióticos. Este producto en general es de disponibilidad corriente en los tambos, carece de valor comercial y tiene pocos usos productivos. Y si bien desde estos aspectos puede ser un alimento ideal, presenta algunos aspectos importantes que deben ser considerados a la hora de ofrecerlo a los terneros. Por un lado, puede contener distintos tipos de antibióticos, lo cual presenta el riesgo de provocar resistencia al uso de estos medicamentos, condicionando la disponibilidad y eficacia de su uso, tanto en los animales, como en el ser humano. Por otro lado, la leche de descarte usualmente contiene muchos patógenos, los cuales presentan el riesgo de transmisión de enfermedades para los terneros, el resto del rodeo e incluso el hombre (Zoonosis). Es por esto último que una adecuada pasteurización de la leche de descarte es una medida necesaria para reducir el riesgo de la transmisión de enfermedades asociadas con su utilización en los tambos.
Otros de los aspectos negativos asociados al uso de la leche es la variación en su composición. Esta obedece a cambios en el contenido de sólidos totales, de grasa y de proteína y se relaciona con factores como los días en lactancia, la dieta y la estación del año. En el caso de la leche de descarte, esta variación es muy importante (Gráfico 3) y esta relacionada principalmente con la proporción de calostro que la compone, de leche de transición y de agua proveniente del lavado de la máquina de ordeñar. Estas variaciones pueden afectar la performance de los terneros. Tal es así que, de acuerdo a investigaciones realizadas para evaluar el efecto de la consistencia en la alimentación sobre la performance, la oferta de una cantidad fija diaria de sustituto permit ió aumentar significativamente la ganancia de peso, el consumo de iniciador y la eficiencia de conversión, respecto a una situación de oferta variable diaria, pero constante semanalmente (Hill et al, 2008). De acuerdo a esto queda claro que las oscilaciones en la cantidad de nutrientes que los terneros consumen al ser alimentados pueden ser importantes y afectan negativamente su nutrición y crecimiento.
La leche es por naturaleza el alimento para los terneros. Sin embargo, tanto la leche de descarte, como la de valor comercial, presentan aspectos sanitarios y nutricionales deben ser considerados a la hora de evaluar su uso para alimentar los terneros. Es por esto que la pasteurización, la evaluación del contenido de sólidos (refractómetro) y la corrección en el aporte de nutrientes para adecuarlos a los requerimientos nutricionales actuales, resultan en estrategias útiles a la hora de optimizar sus aportes y maximizar la performance de los terneros.
De acuerdo a esta necesidad, Provimi ha desarrollado Booster Balancer. Este es un producto especialmente formulado para suplementar a la leche, mejorando su calidad nutricional mediante el aporte de proteínas, vitaminas y minerales. Su fórmula, además, contiene NeoTec4, el cual es un aditivo exclusivo que reduce las diarreas, mejora la ganancia de peso y fortalece el sistema inmunitario. Así, Booster Balancer optimiza los aportes nutricionales de la leche, logrando un mejor desarrollo y salud de los terneros.
Gráfico 1. Relación entre el requerimiento de los terneros (100%) y el aporte de nutrientes de la leche (NRC, 2001).
Gráfico 2. Efecto de la suplementación de la leche sobre la ganancia de peso en terneros alimentados con dos niveles de sólidos lácteos (1 a 56 días de vida) (Adaptado de Glosson et al., 2016).
Gráfico 3. Composición de la leche de descarte de 7 días consecutivos en 618 tambos en USA (Yoho et al., 2017).
Acerca de PROVIMI y CARGILL
Con más de 100 plantas en 30 países, Provimi es el líder mundial en producción de alimentos para animales. Genera 635 millones de toneladas anuales en alimentos para bovinos, aves, porcinos y comercializa una amplia paleta de ingredientes y aditivos.
Provimi está ubicada en el núcleo de la producción animal en Argentina (Venado Tuerto, Santa Fe). Su experiencia y respaldo le posibilitan ofrecer soluciones adecuadas en todos los eslabones de la cadena productiva, convirtiéndose en un consultor confiable para el productor. De la mano de Cargill ha creado un proyecto mundial capaz de brindar la más amplia gama de programas alimenticios en nutrición y producción animal.
El portafolio de Cargill a nivel mundial ha cambiado drásticamente a lo largo de los años. Es por esto que ahora la división de Nutrición Animal también incluye Salud (Health), reflejando así la importancia que tiene este aspecto para clientes y consumidores. Cargill Animal Nutrition & Health de esta manera profundiza el compromiso con sus clientes, ofreciendo las mejores soluciones, productos y servicios, creando valor.
Cargill produce y comercializa mundialmente productos y servicios alimenticios, agrícolas, financieros e industriales. Cuenta con más de 150 años de experiencia y 150 mil empleados en 70 países, comprometidos con la alimentación del mundo de manera responsable, trabajando para reducir el impacto ambiental y así, ayudando a prosperar a las comunidades.
Cargill tiene un staff a nivel global de 600 profesionales especializados en I+D, distribuidos en 5 centros de innovación, 15 centros de tecnología aplicada y 16 laboratorios. Este equipo es el encargado de monitorear y colaborar en investigaciones realizadas por universidades y empresas privadas de todo el mundo.
Provimi, la marca de nutrición animal de Cargill
La división de nutrición animal en Argentina nace en 1986 bajo el nombre de Alimental S.A., para luego ser Provimi desde el año 1998. Ubicados en Venado Tuerto, núcleo mismo de la producción animal en Argentina, genera un salto cualitativo en los servicios agropecuarios, ofreciendo al productor nutrición aplicada para aves, cerdos y rumiantes. En 2011, Provimi se asocia con Cargill ofreciendo así una marcada presencia global. Ese crecimiento ha escalado a los estándares mundiales, brindando programas y soluciones altamente competitivos y de vanguardia, a través de procesos de gestión de calidad y seguridad alimentaria certificados.
Primicias Rurales
Fuente:
Dic 6, 2020 | Nutricion vegetal y animal
A nivel productivo, las deficiencias de nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S) no ocurren de manera aislada sino que se combinan de diversas maneras, por lo que es necesario evaluar integralmente la respuesta a la fertilización y conocer su efecto sobre la fertilidad edáfica de los suelos. Con el propósito de estudiar la evolución en el tiempo de los rendimientos, el balance de nutrientes y las propiedades químicas del suelo se diseñó un ensayo de estrategias de fertilización NPS en la secuencia maíz-soja-trigo/soja-cebada/ soja (Mz-Sj-Tr/Sj-Ce/Sj).
El proyecto se inició en la campaña 2006/07, con maíz como el primer cultivo, llegando a dos ciclos completos de la rotación en la campaña 2013/14. En este escrito se reporta el efecto de las diferentes estrategias de fertilización NPS sobre: 1) el rendimiento de Trigo/ Soja 2013/14; 2) los rendimientos acumulados, el balance de nutrientes y su nivel final en el suelo luego de ocho años (2006/07-2013/14); 3) la eficiencia de recuperación de P; y 4) la rentabilidad.
El ensayo es conducido en la localidad de Arribeños, partido de General Arenales. Se plantea en un diseño en bloques al azar, con cuatro repeticiones, integrando una rotación de seis cultivos en cuatro años (M-Sj-T/Sj-C/Sj). Cabe aclarar que en el segundo ciclo de la rotación se cambió Trigo/Soja por Cebada/Soja en el orden. El inicio de la secuencia se realizó con el cultivo de maíz, durante la campaña 2006/07, culminando dos ciclos con el doble cultivo Tr/Sj en la campaña 2013/14. Los tratamientos implican cinco manejos diferentes de fertilización, donde los fertilizantes son agregados en cobertura total al momento de la siembra (Tabla 1).
Los fertilizantes fosforados y azufrados se aplicaron al voleo al momento de la siembra del cultivo de trigo. Como fuentes se utilizaron superfosfato triple de calcio (0-20-0), superfosfato simple de calcio (0-9-0-12S) y urea granulada
(46-0-0).
Determinaciones realizadas
En el suelo
Previo a la siembra de trigo se obtuvieron muestras de suelo de 0 a 20 cm. De cada parcela, en cada uno de los bloques, se extrajo una muestra compuesta, y sobre ella se determinó el pH y los contenidos de materia orgánica (MO), P extractable (Bray I), N total, N-nitrato y S-sulfato.
En el cultivo
A cosecha se evalúan el rendimiento de los cultivos y sus componentes, número y peso de los granos. En una muestra de grano de cada parcela se cuantificó el contenido de N, P y S. Con los datos de rendimiento, concentración de nutrientes en grano y dosis aplicada de los mismos se realizó un balance de nutrientes.
Resultados y discusión
A. Efectos sobre los rendimientos del año. Trigo/soja. Campaña 2013/14
Durante la campaña 2013/14, se determinaron diferencias significativas en los rendimientos de trigo (P=0.0006) y soja de segunda (P=0.0004). Tanto en trigo como en soja, los tratamientos T3 a T5 superaron al testigo. Los rendimientos máximos fueron alcanzados en los tratamientos T2 a T5 para trigo, y en T4 y T5 para soja de segunda (Figura 1). Las diferencias de rendimiento entre el tratamiento de máxima fertilización y el testigo alcanzaron un 113% en trigo y 46.5% en soja de segunda, reflejando el efecto acumulativo de las estrategias sobre la fertilidad de los suelos y, como consecuencia, sobre los rendimientos.
El escenario de esta campaña contrasta con la anterior correspondiente a igual secuencia (Tr/Sj 2da de 2008/09), afectado por la particular sequía durante el ciclo de ambos cultivos.
B.Efectos sobre los rendimientos acumulados, el balance de nutrientes y su nivel final en el suelo luego de ocho años: 2006/07-2013/14.
La productividad acumulada de la secuencia –doce cultivos en ocho campañas- mantuvo su tendencia consistente en ampliar la diferencia entre tratamientos conforme el paso del tiempo. Así, mientras el testigo acumuló 36 924 kg grano ha-1, el tratamiento T5 de reconstrucción llegó a 57 952 kg ha-1, siendo la brecha de rendimiento de 57% (Figura 2).
Con los datos de concentración de nutrientes en grano, los rendimientos y la dosis aplicada de cada uno de ellos es posible estimar el balance para cada tratamiento (Tabla 2). El balance de N fue negativo para todas las estrategias, incluso considerando el aporte por fijación biológica (FBN). Aun ponderando los ingresos vía este mecanismo, los balances variaron desde -288 a -562 kg N ha-1. Aunque el balance de N en los cultivos de gramíneas tiende a ser neutro o positivo (datos no mostrados), el cultivo de soja -al no fertilizarse con N- genera los mayores balances negativos, dado que la FBN cubre aproximadamente la mitad de la demanda del cultivo (Collino et al., 2007). En P y S, los tratamientos testigo y de tecnología de uso actual (T1, T2) reflejaron un balance negativo,
mientras que en aquellos de reposición se sobreestimó la extracción del nutriente dando como resultado un balance positivo (T3, T4, T5) (Tabla 2).
La evolución en el tiempo de la concentración de P Bray-1 en suelo (Figura 3) reflejó las tendencias observadas en los balances de Tabla 2.
Incrementos muy notables en el P Bray-1 como resultado de un balance positivo de P fueron documentados por Mallarino y Prater (2007), quienes postulan que la tasa de incremento de P en suelo es superior en el rango medio de disponibilidad, y que una vez alcanzado un nivel alto es necesario agregar mayores dosis de P para mantener/ aumentar su concentración en el suelo, por el permanente pasaje de P en solución o adsorbido a fracciones más estables.
El contenido de MO, N total y el pH no manifestaron cambios importantes, aunque el testigo fue el tratamiento con menores niveles finales de MO y pH más alto, de acuerdo con su menor aporte de residuos, menor exportación de bases y la ausencia de efecto acidificante de los fertilizantes (Tabla 3). Es probable que los plazos abarcados por esta experiencia sean todavía breves para reflejar efectos de mayor magnitud.
La relación entre el balance de P (Tabla 2) y el P Bray-1 determinado en el suelo al final de la cosecha (Figura 3, Tabla 3) permite estimar la tasa de cambio en función de la extracción o reposición del nutriente. En la Figura 4, la inversa de la pendiente que relaciona estos parámetros indica la dosis de P o balance negativo necesario para variar en 1 mg kg-1 el nivel del análisis de P Bray-1 en el suelo. De acuerdo con este análisis, por cada 5.4 kg P ha-1 por sobre o debajo de lo extraído por cosecha, el nivel de P en suelo cambiaría en una unidad. Esta tasa de cambio ha bajado en los últimos años, luego de alcanzar un máximo de 11.9 kg P ha-1 en 2009, luego del tercer año de ensayo. Es probable que la acumulación de fracciones lábiles de P sature cargas positivas y disminuya así la retención/fijación del P aportado mediante fertilización, permitiendo ganancias de P marcadas en las estrategias ubicadas en el lado positivo del balance. En otros experimentos fue observado un rango de variación relativamente estable a lo largo del tiempo (Messiga et al., 2010).
La pendiente de la relación entre nivel final de P y balance es más consistente y presenta mayor ajuste en el rango de balance negativo en comparación con el lado positivo, donde se observa una mayor variabilidad de datos (Figura 4). En algunos casos, particularmente provenientes de los años 2012, 2013 y en menor medida 2014, pareciera dividirse la pendiente, siendo de menor magnitud en los procesos de ganancia de P que en los de pérdida. Este comportamiento dual fue observado por Ciampitti (2009), a partir de ensayos conducidos en el sur de Santa Fe, sobre suelos similares a los de este sitio experimental. Sin embargo, si en el presente ensayo se particiona la pendiente de la relación, no difieren de una pendiente única, por lo que se decide mantener esta última (P>0.10).
Eficiencia de recuperación de P según cultivo y estrategia de fertilización
En función de la dosis de P aplicada, los rendimientos y la concentración de P en grano se calculó la eficiencia de recuperación del fertilizante aplicado. Para ello se transformaron los valores de P en grano a P en planta entera según los índices de cosecha de P propuestos por IPNI (2013). La eficiencia de recuperación de P en planta entera osciló entre 0.24 y 0.36, siendo menor en la medida en que aumentó la dosis aplicada (Figura 5). Los cultivos mostraron una capacidad variable de recuperación del fertilizante aplicado (Figura 6). El comportamiento general muestra una mayor eficiencia en cultivos de verano con relación a los de invierno, entre los de primera siembra. En campañas climáticamente similares, el maíz del quinto año asimiló mayor proporción de fertilizante que el del primero, probablemente a causa de la acumulación de fracciones lábiles de P con las sucesivas fertilizaciones. En cambio, la soja absorbió en planta una proporción similar entre la campaña 2007/08 y 2011/12, aunque esta última fue notoriamente más seca que la primera. La soja de segunda fue el cultivo con menor eficiencia de captura del P agregado en la secuencia –fue aplicado antes del cultivo de
invierno- afectado por la mayor capacidad de la gramínea para absorber nutrientes, su siembra en segundo lugar después de la fertilización, y los períodos secos que suele atravesar un cultivo de segunda sin barbecho previo. Por último, el trigo y la soja de la campaña seca 2008/09 recuperaron muy poco fertilizante en comparación con la cebada/soja de los ciclos húmedos 2009/10 y 2012/13, o la misma secuencia de trigo/soja en la campaña 2013/14 (Figura 6).
Rentabilidad de la fertilización
En la Figura 7 se muestra la distribución del ingreso entre inversión en fertilizantes y rentabilidad de la misma, acumulada luego de 8 años, actualizando los precios de cereal y fertilizantes a Noviembre de 2014. La fertilización fue económicamente rentable. La estrategia de mínima o uso actual (TUA-T2) alcanzó menor rentabilidad que aquellas de reposición o reconstrucción. Estas últimas evidenciaron una rentabilidad similar entre sí. De este modo, el T3 (Reposición PS para rendimientos moderados) expresó mayor retorno a la inversión, pero el aporte adicional especialmente de P para reconstrucción significa una capitalización, por el mayor nivel de P en suelo y los aportes de C (carbono) adicionales derivados de mayores rendimientos.
CONSIDERACIONES FINALES
* Las estrategias de fertilización impactaron en los rendimientos, modificaron el balance de nutrientes y este a su vez correlacionó fuertemente con los niveles finales de P en suelo.
* Las diferencias en producción de granos entre estrategias se amplían campaña tras campaña. Así, la diferencia entre los tratamientos T5 y T1 alcanza luego de 8 años y 12 cultivos a un 59.3 %.
* Para P y S, estrategias pensadas como de reposición finalmente resultaron ser de reconstrucción. Por este motivo, antes de evaluar la viabilidad técnica y económica de un esquema de fertilización, es importante cuantificar los niveles de entrada y salida de nutriente para un sistema productivo y ambiente en particular.
* Diferentes dosis de aplicación de nutrientes generaron cambios previsibles de su disponibilidad en el suelo. Luego de ocho años de experimentación, la tasa de cambio fue de 1 mg kg-1 de P Bray (0-20 cm) por cada 5.43 kg P ha-1 de diferencia entre agregado y extracción. La relación cambia ligeramente año tras año, con una tendencia a disminuir evidenciando una acumulación de fracciones lábiles en el suelo. Sin embargo, la relación se tornó más robusta y no se verificaron cambios sustanciales desde el sexto año en adelante.
* La recuperación media de P en planta entera – estimando un índice de cosecha de referenciaalcanza alrededor de un 30% del P aplicado, en coincidencia con los valores mencionados en la bibliografía.
* La fertilización resultó económicamente rentable. Las estrategias de reposición y reconstrucción (T3, T4 y T5) resultaron con rentabilidades equivalentes, aun sin considerar la capitalización en nutrientes ante balances más positivos como consecuencia de las mayores dosis de aplicación en todos los nutrientes.
- IPNI. 2013. Cálculo de requerimientos nutricionales. Planilla de cálculo para estimar la absorción y extracción de nutrientes en cereales, oleaginosas, industriales y forrajeras. IPNI Programa Latinoamérica Cono Sur.
- Ciampitti, I.A. 2009. Dinámica del fósforo del suelo en rotaciones agrícolas en ensayos de nutrición a largo plazo. M.Sc. thesis. FA-UBA. Buenos Aires, Argentina. XX pag.
- Collino, D., M. de Luca, A. Perticari, S. Urquiaga, y R. Racca. 2007. Aporte de la FBN a la nutrición de la soja y factores que la limitan en diferentes regiones del país. Actas XXIII Reunión Latinoamericana de Rizobiología. Los Cocos, Córdoba. Argentina.
- Mallarino, A.P., y J. Prater. 2007. Corn and soybean grain yield, P removal, and soil-test responses to longterm phosphorus fertilization strategies. Proceeding 19th Annual Integrated Crop Management Conference, Ames, Iowa State University.
- Messiga, A.J., N. Ziadi, D. Plenet, L.E. Parent, y C. Morel. 2010. Long-term changes in soil phosphorus status related to P budgets under maize monoculture and mineral P fertilization. Soil Use and Management, 26, 354–364.
Primicias Rurales
Fuente: engormix.com
Oct 2, 2020 | Nutricion vegetal y animal
Buenos Aires, 2 octubre (PR/20) — La calidad, inocuidad y trazabilidad de la comida que consumimos, también depende de una nutrición de cultivos balanceada.
Según The Fertilizer Institute, la deficiencia de nutrientes es uno de los problemas que afecta al menos un 50% de los cultivos en América Latina.
Buenos Aires, 1 de octubre de 2020. El próximo 13 de octubre se celebra el Día Mundial de los Fertilizantes. En el marco de esta fecha, Yara, la Compañía de Nutrición de Cultivos para el Futuro, lanza la campaña #TuNutriciónImporta, cuyo objetivo es sensibilizar a la sociedad sobre el importante rol que cumplen los fertilizantes minerales en la seguridad alimentaria del mundo.
“Los fertilizantes son responsables por el 50% de la producción mundial de alimentos y son esenciales para alcanzar el objetivo de Hambre Cero en la Agenda 2030; cultivos sanos nutren personas sanas”, afirma Marcelo Altieri, Vicepresidente Senior de Yara para Latinoamérica.
Y es que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en nuestra región 294 millones de personas sufren de 1 o 2 formas de malnutrición, pero lo más preocupante es que los más afectados son niños y adolescentes. Por eso, el alimento de los cultivos hoy importa más que nunca.
“Hace 60 años, 1 hectárea de cultivo permitía alimentar a solo 2 personas; con una fertilización eficiente de cultivos, hoy esa misma superficie de tierra puede alimentar a 5. Por eso, la nutrición vegetal juega un papel fundamental en la vida de todos los seres humanos”, agrega el ingeniero Gustavo Elías, Coordinador de Agronomía y Desarrollo en Yara Argentina.
Según The Fertilizer Institute, la deficiencia de nutrientes es uno de los problemas que afecta al menos un 50% de los cultivos en América Latina. Lo que pocos dimensionan es el impacto que esto tiene en la salud humana: la falta de macro y micronutrientes puede originar problemas de crecimiento, debilidad muscular, osteoporosis y diabetes, entre otras enfermedades1].
En este sentido, la campaña #TuNutriciónImporta busca generar conversaciones con la industria de alimentos, el gobierno, los gremios, la academia y los consumidores, sobre la importancia de los nutrientes en la comida que llega a su mesa. El material educativo de esta iniciativa estará disponible todo el mes de octubre en las cuentas: @YaraLatam en Twitter y Yara Latinoamérica en LinkedIn.
Deben aplicarse racionalmente
Sin datos precisos sobre las necesidades nutricionales del cultivo, los productores pueden aplicar una cantidad incorrecta de fertilizantes y perder su inversión. Esto tiene una repercusión en la productividad del suelo, los rendimientos y la calidad de la cosecha.
De igual forma, una sobreaplicación de fertilizante puede ocasionar un exceso de nitrógeno en el suelo, generando efectos negativos para el medio ambiente. “La mayoría de productores latinoamericanos utiliza productos convencionales como la urea; sin embargo, existen fertilizantes más eficientes. Las plantas prefieren los nitratos; los absorben con mayor facilidad, de manera más rápida y, a su vez, los transforman en cultivos sanos y de mejor calidad”, explica Elías.
Los productores que aplican fertilizantes a base de nitratos, siguiendo las 4Cs (fuente correcta, dosis correcta, lugar correcto y momento correcto), toman mejores decisiones agronómicas ya que reducen las pérdidas de nitrógeno por volatilización, mantienen el equilibrio del suelo y aumentan la rentabilidad de su cosecha.
No son agroquímicos
Aunque resulta frecuente escuchar una asociación directa entre los fertilizantes minerales y los agroquímicos, por ambos pertenecer a la categoría de insumos agrícolas, los fertilizantes no son agroquímicos: son el alimento para las plantas, la nutrición de los cultivos.
De otro lado, los agroquímicos son productos que se utilizan para la protección de cultivos (la medicina de las plantas), que también se conocen como: herbicidas, fungicidas, pesticidas e insecticidas.
Sobre el Día Mundial de los Fertilizantes
El Día Mundial de los Fertilizantes 2020, respaldado por reconocidas organizaciones como la International Fertilizer Association –IFA, The Fertilizer Institute, la Asociación Europea de Fabricantes de Fertilizantes –Fertilizers Europe y el International Plant Nutrition Institute, promueve discusiones sobre prácticas agrícolas fundamentales para el futuro del abastecimiento mundial de comida, con todos los actores de la cadena de valor.
[1] Shenkin, A. “Micronutrients in Health and Disease.” Postgraduate Medical Journal 82.971 (2006): 559–567. PMC. Web. 16 Oct. 2018.
Primicias Rurales
Sep 24, 2020 | Nutricion vegetal y animal
El dato es certero: el 90% de la soja que se cultiva en la Argentina usa como fertilizante un inoculante microbiológico, lo cual constituye una gran ventaja en términos económicos y ambientales. Pero lo que quizás muchos productores aún no saben es que además de biofertilizantes, el mercado argentino ofrece también excelentes biocontroladores y bioestimulantes.
El inoculante para soja es un fertilizante biológico que actúa sobre la nutrición nitrogenada de la planta. Lo que hace la bacteria que lo compone es tomar nitrógeno atmosférico y colgarlo sobre moléculas asimilables por la legumbre, ya que por sí sola esta no puede capturarlo. De esta manera, el cultivo recibe ese nitrógeno tan esencial para su desarrollo y necesario para formar la gran cantidad de proteínas que se fijan en el grano.
“Un fertilizante químico para la soja como la urea cuesta aproximadamente USD 150-200 por hectárea. El inoculante, que se utiliza aproximadamente una dosis y media por hectárea, tiene un valor de USD 4. La diferencia es notable”.
— Matías Gorski, jefe de Producto línea Inoculantes en Rizobacter Argentina
La alternativa microbiológica
El mundo de la microbiología aplicada a los productos para la agricultura es tan vasto como apasionante.
Y viene creciendo exponencialmente en los últimos años, sobre todo en aquellos países donde las regulaciones para el uso de agroquímicos son mucho más restrictivas. Se entiende por microbiología al uso de algún tipo de microorganismo, que por lo general son hongos o bacterias. Para conocer bien de qué se trata este universo, bien vale la pena repasar qué segmentos están más desarrollados actualmente.
Biocontroladores
Este tipo de productos abarca a los bioinsecticidas y a los biofunguicidas, que pueden servir como reemplazo o como complemento de los agroquímicos. De hecho, hoy están empezando a desarrollarse muchos productos químicos que cuentan con algún componente microbiológico.
Bioestimulantes
Otro segmento muy amplio es el de estos productos que a partir de algún microorganismo dan una respuesta beneficiosa para el crecimiento y el desarrollo del cultivo, aunque en este caso no atacan ninguna enfermedad ni plaga.
Biofertilizantes
Este segmento es el más extendido en uso para la soja en nuestro país. Se trata de microorganismos que actúan sobre un nutriente específico. Dentro de los biofertilizantes hay dos categorías. Los más utilizados son los que actúan directamente sobre nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, a los que se conoce como macroelementos. Pero también existen fertilizantes que actúan sobre los microelementos, que trabajan sobre los nutrientes menos demandados, en proporción, por la planta.
“Algunos productos microbiológicos pueden sustituir completamente el uso de un químico. Por ejemplo, en Rizobacter tenemos un biocontrolador que es un biofunguicida a base de un hongo que se llama trichoderma. Lo usamos para el tratamiento de semillas de trigo y de soja y su espectro de control está al mismo nivel que el de un químico. Luego hay otros productos que controlan solo una gama de las enfermedades o plagas, por lo que se usan como complemento. Pero aún así su uso se justifica porque pueden reemplazar moléculas químicas peligrosas”.
El liderazgo de Rizobacter
Hablar de microbiología aplicada a la agricultura es hablar de
Rizobacter, una compañía argentina con una larga tradición de más de
40 años desarrollando productos microbiológicos. En 2016 Bioceres adquirió el 50% de las acciones de la empresa y tres años más tarde hizo lo propio con otro 30%. De esta manera, los productos de Rizobacter, desarrollados y producidos íntegramente en el país, tienen hoy presencia en más de 30 países.
Rizobacter es el líder indiscutido de inoculantes para soja en la Argentina, un cultivo con una adopción muy alta de este producto porque su expansión en el país se hizo a través de un paquete tecnológico de manejo que ya lo incluía. Su participación en el mercado nacional se mantiene desde hace tiempo en un 30%. Pero la expansión internacional de la compañía fue tal que en la actualidad el 20% del inoculante que se usa para soja en el mundo es de Rizobacter.
Entre las novedades del portfolio de Rizobacter para soja más recientemente lanzadas al mercado se pueden destacar hoy tres grandes productos.
Rizoliq LLI
Este inoculante Larga Vida para tratamientos industriales está teniendo un crecimiento exponencial. Su tecnología asegura mayor supervivencia bacteriana sobre la semilla de soja, mayor masa seca nodular, mejor fijación biológica de nitrógeno y alta compatibilidad con los terápicos de semillas.
Rizoliq Dakar
Este inoculante específico para condiciones de altas temperaturas y sequías es la gran novedad de Rizobacter para esta campaña.
Rizoderma Soja
Primer y único biofunguicida curasemilla para soja del mercado, la formulación de este producto es en base a la cepa Trichoderma harzianum 2, seleccionada por ser la más efectiva para combatir el desarrollo de las enfermedades más importantes en los cereales de invierno. Viene dentro del pack Rizopack 236 junto al biofertilizante-inoculante Rizoliq Top.
“Nuestro gran objetivo es microbiologizar la agricultura, es decir incorporar algún microorganismo en cualquiera de los nichos de producto que podamos tener. Hoy la mayor expectativa de crecimiento mundial está en los biocontroladores”.
Primicias Rurales
Fuente: Rizobacter
Sep 18, 2020 | Nutricion vegetal y animal
San José, 18 septiembre (PR/20) – Investigadores convocados por el IICA coincidieron en que América Latina y el Caribe requiere elevar el acceso de los productores a tecnologías, establecer vínculos comerciales con nuevos mercados en desarrollo, proteger al medio ambiente y mejorar la calidad de los suelos para aumentar sus niveles de desarrollo y enfrentar los retos del sector agropecuario, tanto los preexistentes como los generados por la crisis sanitaria.
En el primero de una nueva serie de foros virtuales organizados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Valeria Piñeiro, coordinadora senior en Investigación del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI); León Kochian, director asociado del Instituto Global para la Seguridad Alimentaria de la Universidad de Saskatchewan; y Marcos Jank, profesor de Agronegocios Globales y coordinador del centro de investigación Insper de Brasil, expusieron los retos y las oportunidades asociadas a la seguridad alimentaria global.
“Debemos mirar los puntos calientes de seguridad alimentaria en todo el mundo porque existían regiones con problemas previos a Covid-19 y están empeorando con la situación actual. Notamos un gran desequilibro en el nivel de excedentes entre las diferentes regiones del planeta y debemos tener en cuenta los impactos sociales de esta situación”, expresó Piñeiro.
De acuerdo con los panelistas, la llegada de la pandemia generó oportunidades de negocios para las Américas por ser una región privilegiada para producir alimentos, pero esto, sumado al rápido crecimiento de la población, también genera riesgos para la seguridad alimentaria.
“En Brasil hemos crecido muchísimo en exportaciones. En Latinoamérica tenemos un vínculo comercial muy importante con Asia y en especial con China, van adquiriendo mayor interés hacia nuestros productos”, explicó Marcos Jank.
Pero agregó: “Tenemos un gran potencial y un gran reto en el futuro por el incremento en la población. Tener acceso a una dieta saludable puede ser muy costoso en países de Asia y África, donde una sana alimentación puede consumir el 70% de los recursos”.
En las Américas existen avances científicos concretos que evidencian su amplio potencial como productor de alimentos y generador de soluciones. En cuanto a la salud de los suelos, se han realizado avances.
De acuerdo con León Kochian, de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), 40% de los suelos del mundo son altamente ácidos y están contaminados con elementos tóxicos que dañan las raíces de los cultivos.
“Hemos integrado el secuenciamiento de algunas plantas y hubo grandes avances en la tolerancia a esos elementos y hoy podemos identificar las variantes más tolerantes en campos de Brasil y África. Podemos secuenciar el ADN de las plantas para recuperar y mejorar cultivos que son mucho más nutritivos que los principales productos que se cosechan en el mundo”, expresó el investigador.
“Tenemos que continuar mejorando los suelos para dar más oportunidades a agricultores y consumidores. Esto es un ejemplo de la producción utilizando tecnologías avanzadas”, añadió.
Arriba: León Kochian, director asociado del Instituto Global para la Seguridad Alimentaria de la Universidad de Saskatchewan; y Marcos Jank, profesor de Agronegocios Globales y coordinador del centro de investigación Insper de Brasil. Abajo: Valeria Piñeiro, coordinadora senior en Investigación del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI);
Cambios necesarios
En el foro virtual también participó Manuel Otero, Director General del IICA.
“La seguridad alimentaria es un tema prioritario para el Instituto y todos sus estados miembros, no se trata únicamente de una cuestión de disponibilidad y comercio nacional de alimentos; hoy millones de personas siguen desnutridas, con grandes diferencias entre países y dentro de los propios países”, afirmó Otero.
Para reducir estas brechas, León Kochian consideró que se requieren cambios para dotar a las poblaciones rurales del hemisferio de avances tecnológicos que hagan diferencias sustanciales en qué, cómo y cuánto se produce.
“La historia de la agricultura es la historia del descubrimiento y la innovación, pero estas innovaciones no están llegando con la suficiente celeridad a la pequeña agricultura”, manifestó.
Otro de los puntos que se identificó como crítico es el acceso a recursos suficientes para la producción de alimentos.
“La volatilidad en las tasas de cambio y el poco acceso a créditos restan competitividad. El Banco Mundial estima que habrá una caída muy seria de la economía en la región en los próximos años y necesitamos acceder a alimentos de calidad para abastecer las necesidades de nuestros pueblos”, dijo la investigadora Valeria Piñeiro.
“En América Latina y el Caribe estamos acostumbrados a los shocks de corto plazo, tenemos que garantizar que los productores puedan tener acceso a insumos a través de la colaboración entre sector privado y público por el bien de los productores y los consumidores. La agricultura es el mayor reto en la cadena agroalimentaria”, mencionó Marcos Jank, del Instituto Insper de Brasil.
Sobre el IICA
Es el organismo internacional especializado en agricultura del Sistema Interamericano, cuya misión es estimular, promover y apoyar los esfuerzos de sus 34 Estados Miembros para lograr el desarrollo agrícola y el bienestar rural por medio de la cooperación técnica internacional de excelencia.
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Fuente: IICA
Ago 10, 2020 | Nutricion vegetal y animal
Buenos Aires, 10 agosto (PR/20) — La inclusión de productos biológicos en la agricultura aumenta la eficiencia de uso de los nutrientes, tanto los disponibles en el suelo como los adicionados a través de los fertilizantes basados en mezclas químicas.
Esta sinergia se debe a que los microorganismos –contenidos en los inoculantes– tienen diferentes sustancias y mecanismos que les permiten tomar los nutrientes que las plantas no pueden aprovechar directamente y liberarlos al medio en componentes asimilables.
Así, se incrementa la cantidad de nutrientes a los puede acceder una planta, no sólo por el aumento de disponibilidad, sino también porque gana una mayor capacidad exploratoria de las raíces a partir de las sustancias promotoras del crecimiento vegetal.
Las experiencias a campo que ponen en práctica el uso conjunto de tecnologías inoculantes y fertilizantes demuestran la sinergia. Por su parte, especialistas del INTA también observan los beneficios de esta alianza y fue el tema que reflexionaron en un taller organizado por la asociación civil Fertilizar desde diferentes enfoques.
En primer lugar, Gabriel Prieto, jefe de la agencia del INTA en Arroyo Seco –Santa Fe–, destacó la importancia de los aportes que hace la inoculación en el cultivo de arveja. En este sentido, resaltó los buenos resultados que pudo observar con los promotores del crecimiento de las plantas (PGPR) en general y, en particular, con cepas del hongo Trichoderma harzianum.
También señaló el aporte de la FBN (Fijación Biológica de Nitrógeno) para tenerlo en cuenta dentro de los planteos de la rotación. “Más para la ocupación que tienen estos cultivos dentro del esquema general”, comentó.
En cuanto a la fertilización, Prieto mencionó que habitualmente es escasa en legumbres y remarcó la buena respuesta que manifiestan ante fósforo.
Además, el especialista se refirió al manejo de la inoculación en legumbres y explicó que es más simple que en soja debido a las temperaturas más bajas por la época del año. “Igual hay que mejorar las máquinas de aplicación”, añadió.
Finalmente, remarcó la necesidad de una Ley de Fertilización y de Semillas que de un marco regulatorio a la producción, sobre todo ahora que se abren nuevas oportunidades de comercialización y, consecuentemente, de calidad en la producción. “Recientemente hubo una apertura a la exportación a China de arvejas, pero hay que contemplar que el gigante asiático consume más arveja amarilla que verde y será un requisito importante la trazabilidad a la hora de elegir a quién comprar. Hay mucho por hacer, entre ello, tendremos que seguir promoviendo capacitación a los productores y mejorar los derechos a la exportación”, destacó Prieto.
A su turno, Gustavo Ferraris, investigador del INTA en Pergamino –Buenos Aires–, habló sobre el efecto de la co-inoculación de Azospirillum más Pseudomonas en trigo con respuestas de rendimiento que superan el 9 %. En este sentido, indicó que la respuesta en los PGPR está correlacionada positivamente con la cantidad de nitrógeno disponible.
Ferraris distinguió el efecto aditivo y de compatibilidad de las cepas del hongo Trichoderma harzianum sobre los principios químicos, aparte del efecto adicional PGPR que tienen los productos biológicos. En soja, el uso de este controlador biológico tiene un efecto adicional sobre el desarrollo de nodulación.
Asimismo, Ferraris mostró resultados de evaluaciones con distintos microorganismos y en combinación y afirmó el efecto aditivo que tienen estos productos a la fertilización tradicional, con la certeza de pensarlos como complementos y no como sustitutos.
Finalmente, mencionó que muchas empresas -incluyendo las grandes químicas- vienen difundiendo que gran parte de su portfolio de desarrollos está conformado por insumos de base biológica
La tercera y última charla estuvo a cargo de Fernando Salvagiotti, investigador del INTA Oliveros, quien inició su presentación con un resumen de la experiencia realizada en todo el país para medir el aporte de la FBN en soja. El promedio ronda entre el 60 y 70 %, según cultivares con baja y alta capacidad de absorción de nitrógeno.
También el investigador señaló el efecto antagónico entre la fertilización nitrogenada y la respuesta de la FBN y evidenció el impacto de la incorporación de distintas fuentes y fertilizantes sobre la nodulación y posterior efecto de la FBN.
A través de las experiencias y resultados presentados, los especialistas demostraron que el uso de productos biológicos y de fertilizantes tradicionales son un complemento y, muchas veces, una necesidad para mejorar la disponibilidad y condición nutricional de los cultivos extensivos de mayor importancia económica del país.
Acerca de FERTILIZAR
Fundada hace más 20 años, FERTILIZAR es una asociación civil sin fines de lucro formada por diferentes actores de la industria agropecuaria (empresas, instituciones, asociaciones de productores, universidades, entre otros), cuyo objetivo es concientizar sobre la importancia del uso racional del fertilizante y la sustentabilidad del sistema productivo, a través de la difusión de información técnico-científica adaptada a la realidad local, que explique las ventajas agronómicas y económicas del agregado balanceado de nutrientes sobre la productividad de cultivos y pasturas y sobre la fertilidad del suelo para una agricultura sustentable.
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Fuente: Fertilizar