“Genética, nutrición y fisiología vegetal van a ser los grandes pilares de la agricultura en los próximos años”, adelanta Ignacio Moyano, Gerente General de Stoller de Argentina. La compañía se ha enfocado en la fisiología vegetal a través de la cual proveer soluciones integrales a los cultivos.
Con u$s20 millones en facturación en el 2018, Stoller Argentina se afianza desde su epicentro en la ciudad de Córdoba donde cuenta con una planta de formulación y envasado de productos desde el año 2012. Dispone de una capacidad de producción de 1,5 millones de litros, y puede almacenar 1,2 millones. Trabajar centrados en la calidad los ha llevado a certificar distintas normas que hacen a la excelencia empresarial, como la norma ISO 9001 de Gestión de la Calidad, la 14001 de Gestión Ambiental y la OHSAS 18001 de Cuidado de las Personas. “Hacemos crecer buscando darles a los productores un beneficio al maximizar el rendimiento de sus cultivos y también en su calidad, y la búsqueda se da a través del respeto del medio ambiente, de los productos que vendemos y de nuestros recursos humanos”, explica Ignacio Moyano, gerente general de Stoller en Argentina. Cabe destacar que la compañía fue la primera en registrar un producto tri hormonal (Stimulate) en el país.
En la búsqueda por maximizar el desarrollo de las personas dentro de su compañía, han logrado el 10° puesto en el ranking de las “Mejores Empresas para Trabajar en la Argentina”, además de ser la número 1 y única empresa premiada del segmento agropecuario por la consultora internacional: Great Place To Work. Recientemente, recibieron una nueva distinción que los ranquea entre las “30 Mejores Empresas para Trabajar las Mujeres en la Argentina”. Carina Rossi, Gerente de Gestión Humana de Argentina, explica que gracias a un sistema de beneficios y compensaciones generan un ambiente apto para el desarrollo del personal. “Hoy, con 59% de hombres y 41% de mujeres empleadas, las políticas internas las aplicamos en términos de equidad entre el personal, ofreciendo -más allá del género- igualdad de condiciones”, resaltó. La media de edad laboral de la firma en el país está en los 36 años y la fuerza de venta de la empresa son todos ingenieros agrónomos. “Nos sentimos cómodos trabajando en el campo, asistiendo a los productores, mostrando nuestras tecnologías. Las mejores noticias las recibimos por WhatsApp cuando los productores nos refieren que alcanzan mejores resultados aplicando la tecnología Stoller”, admite Moyano.
EL 45% de las ventas en la Argentina son para el cultivo de soja, y tal como indica el gerente general, “de este cultivo los productores apenas cosechan el 45% de su potencial genético. Es mucho lo que se puede crecer todavía en esta área con fisiología y nutrición”, afirma. La compañía ofrece hoy soluciones para 70 cultivos y trabaja con equipos, universidades e investigadores. “En Texas hay 15 fisiólogos desarrollando productos que estarán llegando pronto a la Argentina, entre ellos el paquete antiestrés que nos permitirá ofrecer soluciones a estas situaciones severas para que, combinados con una buena fertilización, se logre el balance fisiológico de las plantas. Ese equipo busca a través de la genética, de la nutrición y la fisiología aportar al balance de los cultivos frente al estrés”, explica Moyano.
Bajo la consigna “Hacemos Crecer” acaban de lanzar una campaña de branding para posicionar la marca entre los productores, enfocándose en cuatro ejes que fundamentan la razón de ser de la compañía: #Hacemos Crecer la rentabilidad de tu campo; #Hacemos Crecer de manera sustentable tus cultivos; #Hacemos Crecer tus rendimientos con Soluciones Integrales y principalmente, #Hacemos Crecer tu conocimiento con nuestra experiencia. Transmitir el conocimiento sigue siendo uno de los desafíos más fuertes; por eso cuentan con una plataforma webinar a nivel mundial donde transmiten su conocimiento a productores y referentes de cada cultivo a la que denominan: Stoller Academy (http://stoller-group.com/stoller-academy/)
En torno a cada uno de los ejes, se desprenden 2 grandes proyectos que trabajan alineados a los ejes de sustentabilidad y rendimiento. El primero consta de abastecer la planta completa en el plazo de 3 años, con energía solar. Por lo pronto, el 2019 se cerrará con un 20% de abastecimiento de energía. Y el segundo proyecto consta de la construcción de un invernadero propio con alta tecnología, donde se simularán condiciones de estrés para los cultivos y se irán probando las tecnologías disponibles para obtener resultados más certeros para los productores.
Y finalmente, Stoller pone primera para apuntalar en el financiamiento de los productores, uno de los temas con mayores condicionantes en la Argentina actual. “Gran parte de los pedidos de los integrantes de nuestra cadena de valor están enfocados en el área de la financiación y con la mala experiencia que vienen atravesando productores y proveedores desde la fuerte sequía de 2018, creemos que tenemos que aportar una herramienta que sirva en ese aspecto”, indica Moyano. Así, reinvirtiendo capitales de ganancias de años anteriores junto al aporte de socios, se planea financiar una SGR de Stoller Argentina que se llamará Terra Aval, y que podría estar para proveedores y productores el año próximo. “El servicio no sólo consistirá en otorgar garantías sino en un acompañamiento a través de un equipo específico de nuestra área de finanzas”, afirma.
El gerente de Finanzas & Administración de Stoller Argentina, Santos Giannuzzo, especifica que el fondo se iniciará con 80 millones de pesos, y que en el segundo año se ampliará a 200 millones y podrá dar avales de hasta 380 millones de pesos. En un contexto en el que el financiamiento bancario tiene tasas que rondan el 70%, a través de esta SGR se puede acceder a intereses de entre 40 y 45% en el mercado de valores. “El monto máximo a garantizar será en 3 y 4 millones de pesos por CUIT y en principio va a funcionar con nuestra cadena de valor”, concluye Giannuzzo.
El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por biblioteca.inia.cl, el cual fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com
En esta ficha técnica se dan a conocer los principales manejos de fertilidad de suelos y nutrición de plantas en huertos orgánicos de frambueso, mes a mes, durante todo el año. La fertilización es uno de los factores más importantes en el cultivo orgánico, por su alta influencia en el rendimiento y calidad de fruta.
Enero (análisis foliar en frambueso)
A fines de enero, y de preferencia todos los años, realice un análisis foliar colectando de manera aleatoria 100 hojas maduras ubicadas en el tercio medio de las ramillas o brotes de la temporada actual y que provengan al menos de 25 plantas de frambueso diferentes en el huerto.
Continúe con las aplicaciones de fertilizantes o enmiendas orgánicas que aporten principalmente macronutrientes.
Macronutrientes y sus funciones dentro de la planta de frambueso:
Nitrógeno (N): aumenta el vigor de cañas, brotes y raíces; aumenta la producción de flores y mejora el crecimiento de frutos, entre otras.
Fósforo (P): mejora el crecimiento de raíces, la floración, la defensa contra ataque de patógenos (enfermedades y plagas) y la acumulación de reservas.
Potasio (K): mejora el vigor de las cañas, aumenta la eficiencia del uso de agua y resistencia a condiciones de estrés hídrico; mejora el calibre, sabor y olor de los frutos.
Calcio (Cal: mejora la calidad de las cañas, la cuaja, el calibre, firmeza y postcosecha de los frutos; mejora también la resistencia a enfermedades y plagas.
Azufre (S): es constituyente de algunas enzimas, coenzimas y vitaminas, juega un rol importante en la formación de aminoácidos, los cuales permiten mejorar la resistencia de la planta ante situaciones de estrés.
Febrero – marzo
Después de recibir los resultados del análisis foliar con sus respectivas recomendaciones, realice las modificaciones en el programa, ajustando los fertilizantes y las cantidades de éstos, según sea necesario.
En el periodo de postcosecha del cultivo considere aplicaciones de Nitrógeno y Magnesio (Mg) para acumular reservas que permitan un buen desarrollo de la planta en la temporada siguiente.
Función del Magnesio en la planta de frambueso: aumenta la intensidad del color verde en las hojas mejorando la actividad fotosintética de la planta.
Abril – mayo – junio
Realice un análisis químico completo de suelo, en lo posible cada tres o cuatro años, considerando pH, materia orgánica, conductividad eléctrica, macro y micronutrientes.
Una vez recibidos los resultados del análisis de suelo y sus respectivas recomendaciones, determine la necesidad de aplicar algún fertilizante o enmienda orgánica para corregir factores nutricionales limitantes.
En el caso de necesitar corrección del pH, la enmienda a emplear aplíquela antes del periodo de lluvias, para aprovechar el poder de solubilización del agua de lluvia y, además, la incorporación en el suelo junto con la infiltración del agua. Nutrientes como Fósforo y Potasio de corrección pueden ser aplicados en este mismo periodo.
Aplique enmiendas orgánicas que aporten Nitrógeno de liberación lenta, como por ejemplo, compost o harinas de leguminosas de grano (lupino u otros). Estos mismos insumos otorgan otros elementos como Fósforo, Potasio, Magnesio y Azufre, también de entrega lenta. Estos nutrientes, junto al Nitrógeno, se harán disponibles para el crecimiento inicial de raíces en primavera.
Además, el uso de compost permite mejorar los niveles de materia orgánica y la estructura de suelo, favoreciendo así la retención de humedad, la aireación, la capacidad exploratoria de las raíces y la actividad biológica en el suelo.
Importante: la aplicación de los fertilizantes de corrección se debe realizar en otoño o inicios de invierno. Una aplicación tardía genera riesgo de intoxicación por el contacto directo del abono con las raíces que comienzan crecimiento temprano en primavera.
Julio – agosto (programas de fertilización en frambueso)
Establezca el programa de fertilización para temporada, de acuerdo a los resultados del análisis de suelo y al rendimiento que usted espera de su cultivo. Este programa debe contemplar la parcialización de nutrientes conforme a las etapas fenológicas del frambueso. Principalmente considerar aplicaciones de Nitrógeno de entrega rápida a inicios de primavera y aplicaciones de Potasio durante el periodo de crecimiento de los frutos.
Septiembre – octubre
Los nutrientes como Fósforo, Calcio, Magnesio y Azufre se pueden aplicar a inicios de primavera o durante el periodo de crecimiento del cultivo, dado que los problemas de falta de nutrientes fueron rectificados con la fertilización de corrección realizada entre otoño e inicios de invierno.
Revise que se esté realizando la aplicación de fertilizantes según lo programado para la temporada.
Noviembre
Revise si se están aplicando los fertilizantes según lo programado para la temporada, especialmente las aplicaciones foliares de Boro (B) y Zinc (Zn), micronutrientes que son necesarios para una buena polinización y posterior cuaja. Considere también las aplicaciones de Potasio durante el periodo de crecimiento de frutos hasta la cosecha.
Diciembre
Cumpla con su programa de fertilización de frambueso para mantener y/o mejorar el rendimiento y la calidad de su fruta.
Nota: los fertilizantes y/o enmiendas orgánicas a utilizar, deben estar en el listado de productos autorizados por la empresa certificadora con la cual usted está acreditando su condición de orgánico.
Buenos Aires, 20 mayo (PR/19) –Compo Expert propone esta campaña la comercialización de un pack integrado por bioestimulantes, fertilizantes y microgranulados que sumados generan la mejor respuesta esperada en el cereal.
El año calendario avanza y comienza a transitarse el mes de mayo, cuando en muchas zonas de la Argentina se pone en marcha un nuevo ciclo de cultivos de fina. Y si bien el agua parece la adecuada para definir la implantación, los productores vienen con la decisión a media máquina, lo que para muchas empresas se relaciona con la coyuntura de incertidumbre política. Sin embargo, cuando mayo vaya llegando a su fin, la ventana de siembra comenzará a ceñirse y los productores pondrán nuevamente la sembradora en el lote porque la naturaleza tiene sus tiempos.
Desde Compo Expert, el Ingeniero Agrónomo Edgardo Arévalo recuerda sobre la importancia de asegurar una buena implantación de los lotes para maximizar los resultados a cosecha, y aquí los cultivos bien nutridos y bioestimulados son los que mejor performan al final del ciclo. Para alcanzar los mejores resultados, Compo Expert está trabajando en una nueva apuesta, el lanzamiento comercial de packs de productos para cultivos extensivos.
“Esto tiene que ver con un contexto económico complejo para las actividades regionales que son las más intensivas. Además, el mercado de los bioestimulantes para extensivos es uno de los que más viene creciendo; incluso el año anterior nos quedamos sin Nutriseed Zn Flo (zinc para tratamiento de semilla). Para este ciclo de fina queremos estar preparados y la nueva modalidad de la compañía de comercializar un pack para trigo que incluya Basfoliar Herbiplus, Nutriseed Zn Flo, Easy Start y Basfoliar Trigo se suma a la idea de dar las mejores soluciones para los cultivos extensivos. Sabemos, porque lo hemos medido, que al combinar las tecnologías el efecto en los cultivos se potencia. Con lo cual no sólo le ofrecemos soluciones a medida de los productores, sino que podrán maximizar los resultados”, agregó.
Al referirse a los números, el Gerente de Desarrollo para Latinoamérica de Compo Expert, Edgardo Arévalo fue directo. “En trigo si usamos sólo Nutriseed Zn Flo con un fungicida podemos incrementar el rinde en 196 kg/ha. El beneficio -al restar el ingreso menos el costo del producto- para el productor serían unos u$s 23,50 por hectárea. Sin embargo, si aplicamos Nutriseed Zn Flo con Basfoliar Trigo y el fungicida, el ingreso ya es de u$s 63,39. Con lo cual la respuesta al uso de la tecnología es fácilmente reconocible”, agregó.
Respecto de lo comercial, la idea es que al venderlos juntos podrá hacerse una promoción especial. “Cuando cerremos el negocio se entregarán los 4 productos juntos, posiblemente con alguno bonificado y será una buena alternativa para el productor porque técnicamente estos productos sumados dan un mejor retorno”, aseguró el Gerente de Desarrollo para Latinoamérica de Compo Expert.
Hoy Compo Expert tiene un canal de ventas a nivel país que incluye 150 distribuidores, de los cuales unos 30 trabajan para comercializar productos para cultivos extensivos y 2 de este grupo están dentro de los 10 mejores distribuidores de la Argentina en cuanto a su volumen de facturación.
Digamos que la moneda fundamental para el intercambio en el universo es la energía. Incluso el papel y el dinero digital que manejamos cada día es un proxy que se intercambia y representa la energía que gastamos en nombre de otra persona.
La energía (derivada del sol) es la única moneda real en el comercio de plantas. Transfieren energía y otros productos de la fotosíntesis a sus raíces, lo que estimula interacciones importantes con el ecosistema más diverso del planeta: el microbioma del suelo. Dondequiera que las raíces crecen, los suelos naturales y agrícolas se benefician profundamente de estas interacciones. Proporcionan un mayor acceso a nutrientes y agua, materia orgánica, mayor resistencia al estrés para las plantas sobre el suelo y muchas otras cosas. Dibujo original de Jake Mowrer, TAMU.
La planta del Reino (con una excepción extremadamente rara) es muy especial porque sus miembros usan la energía de la luz solar directamente para crecer. Este proceso se denomina fotosíntesis, y las personas se apoyan en las plantas para reunir la energía que necesitamos. Lo llamamos cosecha. La energía del sol se almacena en los granos y verduras que consumimos. Para producir esos granos y verduras, las plantas deben invertir una cantidad significativa de su energía en el desarrollo de sus sistemas de raíces.
¿Por qué? Pues resulta que, en realidad, los suelos no son un ambiente hospitalario para las plantas que generalmente pensamos que son. El suelo proporciona casi todas las cosas que una planta podría necesitar, incluyendo:
anclaje físico a la superficie de la Tierra que evita la pérdida masiva de la vida vegetal al espacio exterior,
muchos (pero no todos) los nutrientes requeridos,
almacenamiento de agua, y
Un hábitat para que los organismos benéficos interactúen con.
Sin embargo, el suelo no hace todo esto tan libremente como podríamos pensar. Las plantas no son actores pasivos en el ambiente del suelo, zumbando a sí mismos inactivos mientras que los nutrientes y el agua saltan a sus raíces. Más bien, se requiere un esfuerzo considerable por parte de las plantas para arrancar y eliminar los elementos básicos necesarios para ganarse la vida con la tierra. Como una cuestión de supervivencia, entonces, deben invertir parte de la energía obtenida de la luz solar en este proceso.
Las raíces ayudan a las plantas a obtener los nutrientes y el agua que necesitan para un crecimiento saludable. También devuelven al suelo. Cuanto más profundos y anchos vayan, más beneficios proporcionarán a la fertilidad del suelo y al almacenamiento estable de carbono en los suelos. Mientras están vivas y activas, las raíces redistribuyen el carbono y los nutrientes en todo el perfil del suelo. Se muestra una comparación de los sistemas de raíces de soja: la planta de la derecha fue sometida a condiciones de sequía, lo que reduce el sistema de raíces y el crecimiento y rendimiento general de la planta. Crédito: SV Fisk.
El suelo puede considerarse como una matriz física inanimada de partículas minerales sólidas con muchos espacios pequeños entre ellas. Las raíces de las plantas deben ejercer una gran energía física para mover las partículas del suelo a un lado y crear espacio para su propia existencia. Esto cuesta energía fotosintética (un cambio de moneda). Hay un límite a la fuerza que las raíces pueden ejercer. Por lo tanto, los suelos compactados evitan la exploración de las raíces a través del volumen del suelo simplemente debido a requisitos excesivos en la fuerza de penetración. Tilth, un término ciertamente anticuado pero aún relevante, capturó en su descripción un conjunto de condiciones del suelo en las que se favorecía la proliferación de la raíz. Hoy en día, todavía consideramos la acumulación de materia orgánica y la ausencia de compactación para favorecer el crecimiento de las raíces y los beneficios asociados de un ecosistema microbiano del suelo robusto.
Los nutrientes del suelo a menudo están unidos en formas químicas que las plantas simplemente no pueden acceder fácilmente. Cualquier nutriente debe ser disuelto en agua antes de la absorción de la planta. Así que las plantas han evolucionado diferentes formas de tomar diferentes nutrientes. Algunos pueden pasar libremente de la solución del suelo a la raíz, mientras que otros requieren algún gasto de energía para “absorber”. Sin embargo, los minerales del suelo interactúan químicamente con los nutrientes de manera que limitan su solubilidad. La materia orgánica del suelo forma complejos insolubles con nutrientes como nitrógeno, fósforo, azufre y micronutrientes. Por lo tanto, las plantas deben gastar energía fotosintética produciendo y liberando (exudando) un cóctel complejo de sus propios productos químicos.A través del sistema radicular para mejorar las posibilidades de disolución de nutrientes. Nuevamente, las raíces están ganando su inversión trabajando duro para obtener lo que la planta necesita.
El suelo actúa un poco como una esponja, ejerciendo una presión que mantiene el agua en su matriz de sólidos y espacios. Las raíces de las plantas deben ejercer una presión opuesta y mayor sobre esa agua para poder absorberla. Cuanta menos agua haya, más energía tomará.
A las plantas también les gustan sus pequeños ‘amigos y ayudantes’ en el suelo. Las plantas se comportan mejor cuando interactúan con los microorganismos del suelo que ocurren naturalmente, que incluyen bacterias, hongos, nematodos, artrópodos e insectos. Muchos de estos organismos se alimentan de la materia orgánica del suelo, por lo que los suelos con muy poca materia orgánica también tienden a soportar niveles bajos de organismos benéficos. Plantas como un ambiente sucio, lleno de vida. Las razones son más complejas, pero el resultado es simple. Más raíces crecen en el suelo cuando hay materia orgánica presente.
Además, también se sabe que los organismos benéficos ayudan a contrarrestar los efectos negativos de otros organismos pequeños que pueden comer las raíces de las plantas o infectarlas, causando enfermedades. Pueden competir con los organismos no beneficiosos por alimentos y otros recursos, reduciendo los números. Y en muchos casos, pueden ayudar activamente en la defensa de las plantas contra las enfermedades y la alimentación de las raíces.
Las raíces están hechas de un material diferente al de las plantas, o brotes. Contienen mucha más lignina que brotes, que dura más en el suelo. Esto proporciona carbono orgánico del suelo más estable y más duradero. Crédito: Emma Gantz
Las raíces de las plantas completan un ciclo en el suelo. Cuanto más profundizan, más beneficios aportan a la fertilidad del suelo y al almacenamiento estable de carbono en los suelos. Mientras están vivas y activas, las raíces redistribuyen el carbono y los nutrientes en todo el perfil del suelo. Cuando las raíces mueren, se descomponen, dejando más materia orgánica, lo que proporciona beneficios residuales a las plantas de la próxima temporada. Las raíces están hechas de un material diferente al de las plantas, o brotes. Contienen mucha más lignina que brotes, que dura más en el suelo. Esto proporciona carbono orgánico del suelo más estable y más duradero.
Las tierras manejadas bajo producción agrícola representan las áreas con mayor potencial para mejorar la fertilidad del suelo y aumentar el almacenamiento de carbono. Estos beneficios se realizarán solo prestando más atención a las raíces. El manejo adecuado puede alentar a nuestras raíces de cultivos a proliferar a través del suelo de manera que proporcionen un retorno económico en términos de energía y dinero para el agricultor. Esto puede ayudarnos a comprender mejor los objetivos a veces aparentemente conflictivos (aunque en realidad a menudo están alineados) de brindar seguridad alimentaria a nivel mundial a través de la productividad sostenible y a largo plazo del suelo, y desplazar el carbono excesivo que flota alrededor de la atmósfera de la Tierra hacia sus suelos.
Buenos Aires, 16 mayo (PR/19) — El trigo es un cultivo emblemático para el mundo y en nuestro país no es la excepción. Si bien la superficie en Argentina es variable según los años, en las últimas campañas osciló entre 3,6 millones de hectáreas en la campaña 2013/14 a 6,2 millones de hectáreas en la campaña 2018/19. La tendencia es que la superficie continúe creciendo por varios factores. Si bien esto es muy interesante, dado que el trigo como otras gramíneas contribuyen a aportar buenas cantidades de carbono al suelo, y este a formar parte de la materia orgánica. Es deseable que el rendimiento unitario, es decir por hectárea, aumente. El promedio Nacional de las últimas campañas se ubicó en 3.200 kg/ha. La pregunta sería ¿Por qué algunos productores obtienen un rendimiento de 5.000 kg/ha y otros de 2.000 kg/ha?
Lógicamente que hay una gran cantidad de factores que colaboran para alcanzar un determinado rendimiento. El clima, el suelo donde se lo cultiva, el manejo que cada productor le brinda, son entre otros factores claves a la hora de analizar lo que pasa en un campo y lo que pasa en otro. En una amplia zona del país el trigo tiene un potencial mucho más elevado que los valores expuestos, no cabe duda de que para poder alcanzar rendimientos importantes el cultivo debe estar bien nutrido.
El primer paso, una vez definido el lote que se va a utilizar, es conocer que disponibilidad de nutrientes tiene ese lote. Para esto, es necesario realizar un correcto análisis de suelo. En segunda instancia, se debe interpretar el mismo, las historia del lote y en función de las perspectivas climáticas y las posibilidades de cada productor, se definirá la estrategia de fertilización, a fin de remediar la carencia de aquellos nutrientes que el suelo ya no dispone en cantidades suficientes para alcanzar altos rendimientos.
Si se realiza un gran balance nutricional a nivel Nacional, podremos darnos cuenta rápidamente que cada año estamos un poco más pobres. Esto es fácil de verificar considerando lo que se aporta con los fertilizantes y lo que se exporta con los granos, claro que se está generalizando, dado que hay productores, que trabajan con un criterio de balance o de reposición e inclusive, los menos, con criterio de reconstrucción.
Existen algunos productores también que consideran que, al adicionar algún fertilizante, el problema ya está solucionado y lógicamente que esto no es así. Otros consideran que aplicando algún fertilizante foliar el problema nutricional se resuelve, y en verdad ninguna de esas dos posiciones es correcta.
Realizado el análisis y evaluadas las posibilidades del año, se deberían resolver las carencias de fósforo, nitrógeno, azufre y demás nutrientes que puedan estar limitando la producción. Una vez que esto se haya concretado, se puede recurrir a la potenciación del rendimiento que el ambiente nos puede permitir alcanzar, con la ayuda de la fertilización foliar. Esta es muy adecuada, pero se la debe considerar siempre como complementaria de la fertilización tradicional y no cómo la única fertilización que el cultivo recibe ya que de ocurrir esto, es muy probable que la técnica genere una decepción. Esto se debe a que se estaría en ese caso, aplicando incorrectamente la técnica de la fertilización foliar.
Durante tres campañas la Agencia de Extensión Rural INTA 9 de Julio, realizó una experiencia para estudiar el comportamiento de un fertilizante foliar con diferentes dosis de nitrógeno inicial.
Los ensayos se efectuaron en campos de productores, con la variedad que el productor sembró. Se ajustó el contenido de fósforo y azufre, fertilizándose en las tres campañas. Respecto al nitrógeno se establecieron 4 dosis: un testigo de nitrógeno, el cual dispuso lo que tenía el suelo y a los demás tratamientos se les adicionó nitrógeno, como urea a fin de alcanzar 100 – 125 y 150 kg/ha de nitrógeno. Las experiencias en todos los años fueron iguales en cuanto a la nutrición nitrogenada. Además de lo descripto, se establecieron tratamientos gemelos a los anteriores, con la diferencia que a estos últimos se los complementó con una fertilización foliar entre fin de macollaje y primer nudo con 10 l/ha de Nitroplus 18. Este es un fertilizante líquido que contiene nitrógeno amínico 240 g/l y calcio soluble 92 g/l.
En todos los años, la cosecha fue realizada en forma mecánica, determinándose el rendimiento y corrigiendo el mismo a humedad de recibo. También se determinó para cada unidad experimental y año, el contenido de proteína.
Así mismo, es interesante visualizar que cuando se utilizó Nitroplus 18, el rendimiento fue superior, reflejando que el fertilizante foliar se complementó muy bien con los fertilizantes de base, potenciando el rendimiento, en promedio de todos los tratamientos en un 7,5 % más de producción.
El contenido de proteína no fue muy alto y en general no alcanzó en la mayoría de los casos el nivel base de comercialización (11 %). De todos modos, la tendencia es que en la medida que la fertilización nitrogenada aumenta, también lo hizo el contenido de proteína. Por otro lado, la fertilización foliar, no solo mejoró el rendimiento en grano, sino que también permitió alcanzar valores algo más altos de proteína. Es factible que, si la fertilización foliar se hubiese aplicado en estadios fenológicos más avanzados del cultivo, posiblemente hubiese podido mejorar algo más la calidad del grano obtenido.
Las experiencias permiten demostrar que se puede, con una fertilización adecuada, superar ampliamente el promedio nacional de trigo. Cuando la fertilización tradicional es complementada con un fertilizante foliar, como en este caso el Nitroplus 18, el rendimiento y la calidad del producto se ven beneficiados.
Buenos Aires, 13 mayo (PR/19) — El Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP) resalta la importancia del consumo de la carne de pollo para fortalecer las defensas, ya que es un alimento de alta densidad nutricional que aporta 10 de los minerales más importantes.
Sólo el 5% del peso de un ser humano es materia mineral. Sin embargo, la falta de estos químicos puede provocar deterioro en algunas funciones del organismo.
Cada uno de los minerales cumple funciones específicas, algunos de los que están presentes en el pollo, como el selenio, son antioxidantes y previenen el envejecimiento celular. También se encuentran el fósforo y el zinc que contribuyen a la formación ósea y a reforzar el sistema inmunológico.
Una porción de 150 gramos, equivalente a 1 muslo grande o 1 pechuga pequeña, cubre casi el 10% de las necesidades de potasio y magnesio que el cuerpo necesita. Además, aporta hierro que es necesario para prevenir la anemia.
Es importante saber que la cocción no altera la conservación de los nutrientes. Sin embargo, cuando se hierven los alimentos una proporción variable de los minerales puede pasar al líquido de cocción y perderse si el mismo no se consume.
CINCAP destaca que, a diferencia de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas, los minerales no aportan energía al cuerpo (calorías), sino que cumplen otras funciones. Por eso resulta importante una alimentación variada para cubrir las necesidades nutricionales.
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Acerca del Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP)
CINCAP es un centro de consulta referente sobre carne de pollo y salud que fue creado en el año 2008. Su misión es informar a los profesionales vinculados con la salud y la alimentación, así como a la comunidad, sobre los beneficios del consumo de pollo para la salud humana, basándose en datos de rigurosidad científica; generar nueva información a partir de investigaciones y revisiones, y articular acciones con otras instituciones, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de la alimentación de las personas, y consecuentemente su calidad de vida.
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
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