Buenos Aires, 16 de septiembre (PR24) .- El gobierno de Milei se mantiene fuerte en términos fiscales, desde enero mantenemos un resultado primario positivo que ascendió a 7,8 billones de pesos en lo que va del año. El objetivo del mismo es llegar a un ajuste del 5% del PIB, y por el momento ya lleva 3.4%, en mayor medida gracias al recorte de jubilaciones y pensiones, gastos de capital (mayormente en obra pública), sumando la entrada de dinero por el impuesto país.
Si observamos los ingresos tributarios con respecto al 2023, la entrada de dinero por impuestos internos tuvo una fuerte baja debido a la desaceleración de la actividad económica. La mayor recaudación tributaria estuvo relacionada con el sector exterior, específicamente, los derechos de exportación y el impuesto país. Este mes el último disminuyó diez punto y comienzan las preguntas acerca de la capacidad para compensar la disminución; en este sentido, la ley bases y el paquete fiscal ayudan a la compensación, pero lo que realmente puede anclar las expectativas sobre la sostenibilidad del gobierno va a ser la capacidad de generar un superávit fiscal sostenible que venga de la mano de una recuperación de la actividad.
Reservas
Desde finales de mayo comenzó una ralentización en las compras de divisas, que viene de la mano con la suba del riesgo país, siendo que en junio y julio se vendieron 264 millones de dólares. A mediados de julio se comenzó a intervenir el mercado cambiario, generando pérdidas de reservas para poder esterilizar pesos, siendo congruente con el objetivo de mantener la inflación contenida. La misma desacelera, pero parece tener un piso difícil de superar, agosto tuvo una suba del 4.2% liderada por la escalada de los precios regulados y de las viviendas. La misma va a ser muy difícil de superar con un piso aún más profundo que genera el crawling peg del 2% mensual.
Actividad económica
¿Puede haber una recuperación en “V”?
En base a las variaciones anuales respecto a junio del 2023, los únicos sectores con un crecimiento positivo fueron los relacionados al sector externo, pero sectores como la construcción y la industria manufacturera sufrieron una fuerte contracción. Estos dos notan una recuperación respecto a junio del 8% y 6.9%, respectivamente. Otro sector que comienza lentamente a recuperarse es el del crédito al sector privado (principalmente con líneas de corto plazo), por lo que podemos concluir que se trata de una recuperación más lenta que no va a poder despegar en la medida en que el cepo se mantenga en pie.
Los principios de activación parecen no ser suficientes para dar un impulso sostenido a la economía.
En conclusión, la incertidumbre respecto al camino que se va a tomar con el cepo, la rapidez de la recuperación y la acumulación de reservas, tienen consecuencias en las expectativas, pero siguiendo el rumbo de la solvencia fiscal, los activos financieros argentinos tienen mucho camino para seguir creciendo.
Por Clara Achaval, Analista financiero de Nasini SA
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