Buenos Aires, domingo 12 enero (PR/25) — ¿Crisis financiera en el agro? El mundo agro cerró 2024 con incertidumbre y noticias preocupantes. Durante la última semana del año empresas de referencia
entraron en default. El debate es si se trata de casos puntuales de compañías con debilidades de gestión que derivaron en problemas de liquidez (y/o de solvencia) o si son la punta de un iceberg que esconde una crisis más sistémica.
Los indicadores disponibles no revelan el desarrollo de una crisis generalizada, al menos no en el corto plazo. Pero en el actual contexto, de precios deprimidos y moneda fuerte, un revés climático que afecte los rendimientos podría ser crítico, particularmente para productores que trabajan sobre campos alquilados.
¿Qué pasa con el precio de la soja?
En el mercado internacional (Chicago) la soja promedió USD 361 la tonelada en diciembre 2024. Este precio se ubica 27% por debajo de la cotización promedio del período 2002 – 2023 (USD 491/ton, en USD de poder de compra constante) y debe retrocederse hasta fines del año 2006 para encontrar valores más bajos.
En el mercado local (precio FAS Rosario) el precio fue de $ 301 mil por tonelada en diciembre. Al ajustar la serie por inflación se encuentra que el poder adquisitivo de la oleaginosa viene cayendo desde mediados de 2023 y se ubica actualmente casi 30% por debajo de la media del período 2002 – 2023 ($ 430 mil por tonelada).
En las últimas dos décadas el precio del grano sólo estuvo por debajo de los valores actuales en algunos pocos meses de los años 2015 y 2017.
Una política tributaria que (aún) no colabora: ¿cuánto más “se paga” la soja en Brasil? En un contexto de bajos precios internacionales, la dinámica del tipo de cambio y la elevada presión tributaria siguen jugando en contra de los productores locales. No sucede en Brasil.
El hecho de que en el país vecino no se castiguen las exportaciones hace que los granos valgan más y que, por tanto, la empresa agrícola equilibre su ecuación económica con menores rindes.
Para tener referencia, entre los años 2002 y 2023 un productor de Brasil recibió en promedio unos USD 148 más por cada tonelada de soja que uno de Argentina (+40%) y en el 2024 esa brecha fue también del 35-40% en favor del país vecino.
Recuperar la competitividad de un sector complicado por precios a la baja y una moneda fuerte requiere avanzar en la eliminación de los DEX y continuar con todas aquellas reformas que permitan incrementar la productividad y alinear precios internos de insumos y bienes de capital con sus
valores de referencia internacional.
En resumen
El mundo agro cerró 2024 con incertidumbre y noticias preocupantes. Durante la última semana del año empresas de referencia entraron en default y en las redes estalló el debate acerca de si fueron casos puntuales o los inicios de una crisis más generalizada en el sector.
Se trata de compañías vinculadas al grupo Los Grobo SA, una de las empresas agropecuarias grandes del país, que según consta en su página institucional cuenta con más de 200 mil hectáreas de producción agrícola propia y se especializa en la producción y comercialización de agroinsumos, la prestación de servicios para el agro (comercialización de granos, acopio y logística), la molienda de trigo y la exportación de commodities y alimentos.
Según la propia empresa, entre los motivos que ocasionaron los incumplimientos del pago de la deuda, se encuentran la creciente iliquidez en el mercado de pagarés bursátiles para emisores del agro, la imposibilidad de cobro de ciertos créditos en favor de la sociedad, la retracción en la venta de agroinsumos,mla caída en el mercado de fitosanitarios y el exceso de stocks en el canal de distribución de la firma.
Aprovechando estos casos de empresas en problemas financieros (y quizás también económicos), parece oportuno hacer un breve repaso de la compleja coyuntura que atraviesa la actividad agrícola, tanto en el frente externo, con precios bajos en perspectiva histórica, particularmente en el mercado de la soja, como en el plano local, en el que se combinan una elevada carga tributaria con costos que han subido significativamente en dólares por una apreciación sostenida de la moneda durante todo el año pasado.
Para ilustrar los problemas asociados al contexto local, y los matices respecto de otros países productores y exportadores de granos, se realiza una comparación con Brasil, un país que muestra hoy dos ventajas respecto de la situación argentina en lo que hace a los incentivos que se ofrecen al sector exportador: por un lado, el vecino no grava las exportaciones de ningún producto con un impuesto, por el otro, su moneda se ha depreciado sensiblemente en los últimos meses, compensando en parte la baja de los precios internacionales de las commodities y sin un impacto, al menos por ahora, sobre el nivel de precios doméstico.
Finalmente, se discute el tema de una posible crisis generalizada en todo el sector. Para aproximar una respuesta, se presentan y analizan algunos indicadores: a) el nivel y la evolución de la tasa de irregularidad (demora en los pagos) de los créditos bancarios destinados a la actividad agrícola; b) el grado de avance de la comercialización de los granos comparado con años anteriores; c) lo
sucedido con la importación de fertilizantes y agroquímicos (cantidades y precios).
Se entiende que elevadas tasas de irregularidad y/o de ventas de granos, en relación con otros años, podrían ser indicios de urgencias financieras en el sector (y viceversa) y que una contracción de la importación de agro-insumos podría ser señal de una campaña de menor inversión, tecnológicamente más floja, también síntoma de problemas en el sector (que además podría haber afectado negativamente la planificación comercial/financiera de las firmas proveedoras y comercializadoras de estos insumos, tales como aquellas que entraron en default).
El precio de la soja en los mercados internacionales viene en retroceso luego de los picos alcanzados a mediados de 2022. En el mercado de Chicago la oleaginosa promedió USD 361 la tonelada en el mes de diciembre 2024. Si se compara contra la historia reciente (en dólares constantes, ajustando por inflación USA), los precios actuales se ubican un 27% por debajo de la media 2002 – 2023 (USD 491/ton) y es necesario retroceder hasta fines del año 2006 para encontrar precios más bajos.
En el mercado local la soja cotizó a $ 301 mil por tonelada en diciembre (precio FAS Rosario). Ajustando la serie por inflación (a valores constantes de dic-24), el poder adquisitivo de la oleaginosa viene cayendo desde mediados de 2023 y se ubica casi 30% por debajo de la media del período 2002 – 2023 ($ 430 mil por tonelada).
Entre estos años, el precio del grano sólo estuvo por debajo de los valores actuales en algunos pocos meses de los años 2015 y 2017.
En esta campaña la apuesta pasa por el clima, éste último debería contribuir con rindes suficientemente altos, que compensen los menores precios, y también por el control de los costos, al menos de aquellos que la empresa agrícola puede y debe gestionar.
No es el caso de los impuestos que se pagan, particularmente de los Derechos de Exportación, un tributo que recae sobre las operaciones de exportación (una rara avis en la tributación internacional de países desarrollados y de aquellos que aspiran a serlo), y cuya mera existencia se vuelve particularmente cuestionable y muy difícil de tolerar en contextos de precios deprimidos como el
actual.
Para quienes no están en el tema, los Derechos de Exportación (DEX) generan que en Argentina la soja “se pague mucho menos” que en el mercado internacional o que en otros países que no aplican el impuesto.
En el 2024, con precios internacionales en mínimos históricos, la soja se pagó en promedio un 35-40% más en Brasil que en Argentina, una diferencia de USD 100-115 por tonelada.
En esta comparación influyen no solo los DEX sino también la política cambiaria de cada país. Por caso, nótese que, en algunos meses del 2023, los desvíos entre el precio del dólar reconocido en las
exportaciones del complejo oleaginoso y el dólar pagado al resto de operaciones comerciales en Argentina lograron acercar el precio interno (medido en dólares) a los valores de referencia internacional, incluso en un escenario con DEX (en noviembre-diciembre 2023, por ejemplo).
El régimen cambiario actual de “crawling peg”, con depreciaciones mensuales fijas / preestablecidas (aumentos del 2% mensual del tipo de cambio nominal), de muy buen resultado en el proceso de estabilización macroeconómica, hasta tanto se mantenga, elimina la posibilidad de una devaluación, es decir, de una corrección cambiaria que apunte a mejorar rápidamente la ecuación económica del sector exportador.
Respecto de los mecanismos de ajuste, la experiencia histórica muestra que una devaluación genera efectos muy positivos para el exportador en el corto plazo; pero rápidamente los precios internos responden al nuevo valor de la divisa e inhiben el cambio inicial de precios relativos dejando únicamente el riesgo de una escalada inflacionaria.
La alternativa correcta y sostenible para recuperar la competitividad de un sector complicado por precios a la baja y moneda fuerte es avanzar en la eliminación de los DEX y en todas aquellas reformas que permitan incrementar la productividad y alinear precios internos de insumos y bienes de capital con sus valores de referencia internacional.
Gabriel Rubinstein, exsecretario de Política Económica del Ministerio de Economía desde agosto de 2022 hasta diciembre de 2023.
El ex secretario de Política Económica analizó el Relevamiento de Expectativas de Mercado, el cual anunció que se espera que la administración nacional termine su mandato con un 10% de inflación anual
Buenos Aires, jueves 9 de enero (PR/25) .- El Banco Central aseguró tras una serie de relevamientos que la expectativa indica que Javier Milei finalizará su mandato con una inflación del 10 por ciento anual. Gabriel Rubinstein, ex Secretario de Política Económica, opinó en Siempre Juntos, por Cadena 3 Rosario, que “hay buenas chances de que Milei despliegue su programa económico con éxito” y mencionó que “no debería extrañarnos si la inflación va llegando al 10 por ciento anual”.
En ese sentido, comparó la situación actual con experiencias pasadas de inflación controlada, e indicó que en el pasado “hubo 2 o 3 años de inflación anual del 5 por ciento”.
Rubinstein señaló que “hay registros mejores que los actuales” y destacó que para el primer semestre de 2025, se estima una inflación de entre 16 y el 20 por ciento anual. Del mismo modo, aclaró que “sigue siendo mucho, pero claro, después de tanta inflación en los últimos años es un alivio importante y la gente lo valora”.
Además, consideró que la situación económica tiene un fuerte componente político, ya que “el gobierno decidió no tener sobresaltos cambiarios” y busca “apostar a la baja de la inflación porque sabe que eso, como se dice, garpa políticamente”.
El impacto de la inflación en la vida cotidiana de la población es notable, según expresó el ex funcionario, ya que “es un alivio, es una sensación de que, bueno, no me tengo que estar angustiando por este tipo de cosas”.
Finalmente, Rubinstein consideró que una posible reelección dependerá de cómo se perciba la competitividad de Milei para las elecciones de 2027. Asegura que “todo hace pensar que va a estar muy competitivo” y que “la clave de la elección es cómo se lee el resultado”.
Rosario, Santa Fe; 6 enero (PR/25) – – El primer análisis semanal del mercado de granos elaborado por Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, se enfoca en factores claves que direccionan al mercado en estos días: la implementación del B40 en Indonesia (que se demoró 45 días), la reducción de importaciones de aceite de palma de parte de India compensadas -en parte- por soja, y las dudas respecto a la política de Biodiesel de EEUU.
“Por lo pronto, la molienda es muy buena y los stocks de aceite bajos. Todo esto genera subas y bajas dependiendo de las noticias diarias. En tanto, Brasil sigue muy bien y se descarta una cosecha incluso mayor, pero la duda es Argentina, donde estamos secos y se espera que siga así hasta el 20 de enero. Esto afecta a soja, principalmente, pero también a maíz”, detalla Romano.
“Por el lado del trigo, mientras crecen las dudas en Rusia y cae su saldo exportable remanente, suben sus precios, y da margen para que Argentina coloque saldo exportable. Pero sigue habiendo mucho trigo localmente, y los embarques tanto de noviembre como de diciembre, así como la cola de buques anunciadas es baja. Se prevé una mejora, pero mientras el saldo sea alto será limitada”, agrega.
A nivel local, el país entra en el último mes de molienda con poco stock para la industria. “Con una molienda que trabajó con buenos márgenes todo el año, esperamos mercado activo. Para la nueva los precios lograron en la semana superar los 270, y cuando parecía que nos acercábamos a 280 Chicago bajó”, explica.
Con respecto al factor clima, el estado de humedad de suelos en la región núcleo es bajo tanto en la capa arable como en el perfil. NOA y NEA, Córdoba y el extremo sudeste de Buenos Aires están mucho mejor. Esta semana se esperan lluvias menores que esquivarán, nuevamente, la zona centro del país. En los 10 días siguientes se esperan lluvias bajas, pero con una mayor cobertura. “Este pronóstico empeoró respecto de la semana pasada, cuando se esperaba en el período de 10 a 20 días lluvias más importantes”, indica.
“Los problemas climáticos pueden llevar los valores a la marca que comentamos, especialmente con fondos especulativos muy vendidos. Pero sería oportunidad de venta para los que están poco vendidos. En el caso de maíz siguen muy interesados los compradores, y los valores a cosecha están cercanos a los gatillos de 180 temprano y 175 tardío, pero no los tocan. Aquí recomendamos esperar. Queda en el aire una sensación de que el trigo argentino tiene poco espacio para bajar, y que le cabe una suba. Pero el recorrido tampoco sería extenso”, recomienda Romano.
Uno por uno, los cultivos locales al inicio del año bajo el análisis de Romano
SOJA
En Argentina la siembra de soja está prácticamente concluida con 98% la semana pasada.
La condición hídrica de la soja argentina adecuada a óptima, bajó casi 10 puntos a 81%, y la condición de cultivos buena a excelente perdió 7 puntos a 53%. De todas formas, sigue siendo de las más altas a esta altura del ciclo.
Los embarques de subproductos de soja de Argentina fueron muy buenos en los últimos tres meses, y en diciembre en particular: 2,1 de harina contra 1,5 que es lo normal, y en aceite 0,5 vs 0,3 normal.
MAÍZ
Los embarques de maíz argentino de diciembre, con 2,3 M.Tn. fueron récord, superando incluso los de noviembre.
El avance de siembra de maíz en Argentina llega a 87% adelantado vs 79% para la fecha. Se observan avances 10 puntos porcentuales mayores a los habituales tanto en NOA como en NEA, lo que hace pensar que los productores anticipan la implantación para minimizar riesgos de chicharrita.
La condición hídrica del maíz argentino adecuada a óptima bajo casi 10 puntos a 81%. Por el momento, el estrés hídrico solo se nota en el sur de Santa Fe.
TRIGO
La cosecha de trigo en Argentina está prácticamente concluida con 95% recolectado, muy adelantada vs otros años. Los rindes promedio superan levemente los 30 qq/ha, una muy buena marca, especialmente teniendo presente que las lluvias de primavera llegaron casi un mes tarde.
Los embarques de trigo argentino en noviembre fueron algo bajos, pero diciembre mostró una reactivación con 1,1 M.Tn. De todas formas, estamos por debajo de las casi 2 M.Tn del 21/22, con una cosecha récord, lo que genera preocupación por el gran saldo exportable a colocar.
Este año se cumplen 25 años de uno de los hitos más significativos del mercado de insumos agropecuarios. Un 25 de abril del 2000 en el Sheraton Hotel de Retiro tuve la oportunidad de ser protagonista del lanzamiento de la Red Magnum de Monsanto.
Por Carlos Becco
Buenos Aires, lunes 6 enero (PR/24) — Allí comenzó la era de las transacciones comerciales directas entre los fabricantes de insumos y los productores agropecuarios. Aquella iniciativa -que se popularizó rápidamente como “facturación directa”- significó el comienzo de la transformación de los históricos distribuidores en agentes comerciales.
Terminaba de esta manera el modelo del distribuidor mayorista que compraba anticipadamente grandes volúmenes de un producto para luego concretar un margen significativo al revenderlo al menudeo a sus clientes para convertirse en un agente que gana una comisión por los servicios que presta al conectar las partes: el fabricante de insumos y el productor agropecuario, siendo los más relevantes: el vínculo con el cliente, la gestión logística y el aval crediticio.
La Red Magnum fue un gran negocio para la compañía pues logró reducir el costo de intermediación de sus productos, un aspecto fundamental para sostener su competitividad y prepararse para el universo de los genéricos chinos que ya se anticipaba.
La comisión que ofrecía la Red Magnum era significativamente menor a la que un distribuidor tradicional podía ganar con la reventa mayorista, pero, infinitamente más segura, al quitarle todo el riesgo de negocio. Aquella propuesta, además, fue muy valorada por los distribuidores, a tal punto que Monsanto logró exigirle a cambio, exclusividad a todos aquellos que quisieran unirse a la misma. Salvo muy contadas excepciones, siendo las más notables AGD y Lartirigoyen, el resto de los convocados aceptaron las exigentes condiciones de Monsanto.
Muchos se preguntarán el porqué de la aceptación masiva de aquella propuesta. La respuesta es sencilla: el sistema que ofrecía la Red Magnum prácticamente eliminaba el riesgo del negocio. El abrazo de Monsanto significaba un refugio seguro para la riesgosa y volátil Argentina de comienzos del siglo XXI. Aunque fuera, en alguna medida, posiblemente el abrazo del oso.
Parecía que todo estaba listo para la llegada de comercio electrónico al agro. La tecnología para permitir las transacciones digitales, la gestión del crédito y la logística ya estaban técnicamente resueltas. Sólo faltaba un pequeño detalle: que el pedido se formalizara, en lugar de la oficina de la agronomía, en el confort de la casa del productor. Si hubiera sucedido, aquello podría haber sido el fin de un canal comercial tal como conocimos. Pero Monsanto nunca quiso dar aquel paso.
“La gran ganadora de este mercado ha sido Mercado Libre, que en el año 2022 concentró el 23,7% del comercio electrónico en Argentina”
En aquel momento vivíamos la era de la llamada revolución “punto com” cuyo caso emblemático, Patagon.com, un sitio web especializado en finanzas creado por Wenceslao Casares, que fuera comprado por el Banco Santander ese mismo año por la escalofriante cifra de 750 millones de dólares. Entusiasmados por aquella revolución que prometía democratizar -hermosa palabra- el comercio agropecuario, también surgieron muchas iniciativas que intentaron convertirse en la Patagon.com del agro. De todas ellas, la única empresa que aún perdura, aunque con un propósito completamente distinto, es Agrositio (de allí su nombre que pretendía asociarlo como “el” sitio web del agro). Ninguna de aquellas promesas se concretó.
Revolución AgTech
Algunos años más tarde, en el año 2021, la llegada de la revolución AgTech, parecía que lograba alinear los planetas. Ese año se concretó la mayor inversión de la historia AgTech argentina en un proyecto, que no podía ser otro que perseguir el Santo Grial del agro. Con una inversión de 20 millones de dólares y con el firme propósito de convertirse en el marketplace del agro nace Agrofy. Casi 5 años después de aquel lanzamiento ha logrado convertirse un jugador importante en la comercialización de maquinarias y otros insumos del agro, pero el premio mayor, el mercado de insumos agropecuarios, que todos los años mueve entre 8 y 10.000 millones de dólares anuales, le sigue siendo esquiva y en la actualidad, sigue sin ser un jugador relevante, a pesar de todos sus grandes esfuerzos.
La llegada de la pandemia significó un retraso en esta carrera, pero al mismo tiempo significó el impulso extraordinario que muchos consumidores conservadores -como yo- que necesitaban terminar de perderle el miedo al comercio electrónico. Antes de 2019, menos de la mitad de la población realizaba compras digitales. Sin embargo, en 2023, el número de usuarios de comercio electrónico alcanzó los 28 millones, o lo que es lo mismo, más del 60% de sus habitantes. Este incremento, en parte impulsado por la crisis del COVID-19, ha marcado un punto de inflexión en el mercado de comercio electrónico, el cual prevé incorporar aproximadamente dos millones de nuevos usuarios para 2027. La gran ganadora de este mercado ha sido Mercado Libre, que en el año 2022 concentró el 23,7% del comercio electrónico en Argentina.
“El pragmatismo de las nuevas generaciones se hace evidente”
En la actualidad, casi todos los grandes jugadores del sector, apuestan -de una u otra manera- a la popularización de esta nueva modalidad. Orbia es el nombre de la plataforma multimarca de Bayer, mientras que Fusión es la iniciativa que sólo ofrece marcas alternativas de Corteva. Syngenta ha anunciado la pronta llegada de la suya, que será una novedad a nivel mundial y donde ha realizado una inversión significativa.
Pero no sólo las empresas de agroquímicos participan de esta búsqueda, algunos importantes distribuidores nacionales como ALZ-Agro han desarrollado su propia solución como QIRA e inclusive bancos como el Banco Macro, tampoco han escapado a esta tendencia y apuestan a proyectos como Campo Simple, y mientras tanto, todos seguimos esperando el tan temido desembarco de Mercado Libre en el mercado agropecuario. ¿Se concretará alguna vez?
Dentro de las múltiples apuestas que han surgido en los últimos meses merece destacarse la propuesta de Bipolos, fundamentalmente por tratarse de una empresa surgida de una alianza entre históricos distribuidores que decidieron invertir una importante cantidad de dinero en una solución pensada desde su particular visión del negocio. De alguna manera, se trata de una explicita validación de parte del canal tradicional que -finalmente- acepta que el comercio electrónico tendrá su lugar en el agro.
Finalmente, es interesante comprobar cómo, detrás de la búsqueda de este Santo Grial, aparecen oportunidades insospechadas o subestimadas “a priori”. Tal es el caso de AgriRed, una solución AgTech “independiente” que se ha focalizado en el mercado mayorista entre distribuidores. En lugar de apuntar al esquivo productor agropecuario, el eslabón más difícil de la cadena, decidieron concentrar en el importante, pero -muchas veces- subestimado mercado mayorista. Posiblemente estemos frente a uno verdadero caso de éxito, a tal punto que acaban de concretar una exitosa ronda de inversión, para expandir esta idea en Brasil.
“Estimaciones dicen que apenas un 5% del mercado de insumos agropecuarios se realiza de manera electrónica”
A pesar del crecimiento exponencial que ha tenido el comercio electrónico en prácticamente todos los mercados, los conservadores productores agropecuarios siguen siendo escépticos a esta modalidad: las mejores estimaciones dicen que apenas un 5% del mercado de insumos agropecuarios se realiza de manera electrónica. A la vista de todas las significativas inversiones que se están llevando a cabo en estos momentos son muchos los que confían en que estos porcentajes están próximos a cambiar. Posiblemente uno de los motivos que explican esta confianza, es que mientras que las viejas generaciones disfrutaban la oportunidad de visitar a su distribuidor favorito y construían relaciones cercanas a la amistad con muchos de ellos, el pragmatismo de las nuevas generaciones se hace evidente y la mayoría de ellos consideran el proceso de compra de insumos como un proceso administrativo al que pretenden dedicarle el menor tiempo posible.
Finalmente pareciera que 25 años después de aquel “minuto de silencio”, el mercado de agro insumos está próximo a abrazar el comercio electrónico.
Rosario, Santa Fe, lunes 30 de diciembre (PR/24) – – El informe semanal de Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, destaca el factor climático como punto de alerta para el mercado de granos local.
Al momento, en Argentina la humedad de suelos en la capa arable es limitante en casi toda el área agrícola. “Las reservas están declinando, aunque todavía la situación no es preocupante”, estima Romano.
“Los aceites que habían repuntado se estabilizaron, y la harina de soja mejoró dando un espaldarazo al poroto. Esto último sería por el clima seco que se espera para Argentina. Esto se combinó con una posición vendida muy fuerte de fondos especulativos en harina de soja, mercado en el que nuestro país es el principal exportador. También en poroto están muy vendidos, y esta situación amerita sumar premio climático”, considera.
Con respecto al maíz, destaca el rápido ritmo de ventas 23/24, y un avance algo lento de las ventas de la cosecha nueva. En soja, en tanto, ambas se producen a un ritmo bajo. “Los cultivos avanzan con buenas condiciones hasta el momento”, agrega el especialista de la Universidad Austral.
A la vez, se pasó área de soja a maíz, fruto del margen relativo que apoya a los cultivos, “pero hablamos de una variación de 300.000 ha (sintonía fina). Lo que realmente preocupa es que la humedad del suelo es deficitaria para gran parte de la zona agrícola, las reservas vienen bajando, y los pronósticos hablan de 20 días con lluvias menores. Esto ocurre justo para el inicio del período reproductivo de la soja de primera en nuestro país. De todas formas, no todo está dicho. Como se mencionó los cultivos vienen muy bien, y los pronósticos pueden mejorar”, explica Romano.
“El maíz temprano ya pasó la floración con buenas lluvias, y la humedad en las plantas y el suelo generan un piso de rindes. Sin dudas, las dificultades las enfrentarán el maíz tardío y la soja de segunda que se están sembrando, pero tienen tiempo para reponerse. En el caso de la soja de primera, enero es cuando comienzan los estadios reproductivos y donde se vuelven más sensibles al clima”, detalla.
A la luz de todo esto, el investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral recomienda “ser conservadores con el nivel de ventas por el riesgo climático, pero quienes vienen muy atrasados en ventas deberían aprovechar la volatilidad para tomar precio en caso de que los números se acomoden un poco. Si bien los precios pasaron de la zona de 260 a 270, todavía no resultan tentadores”.
Sin embargo, Romano destaca la expectativa de una baja en derechos de exportación que podría sumar en soja entre 20 y 30 U$S/tn, dependiendo de qué tanto baje la alícuota. “No es claro si esto pasará en mayo o en noviembre, pero si vemos una recuperación de precios la venta podría acompañarse con compra de CALL por las dudas. Cuanto más lejanos el CALL que se compre mejor, pero también será más caro”, concluye.
Buenos Aires, domingo 29 diciembre (PR/24) –El termómetro del mercado hoy, mas que nunca, se focaliza en la tendencia que se consolida en el mercado de Chicago. La soja enfrenta una de las mayores cosechas en su historia, con un volumen de producción mundial de 427,14 millones de toneladas estimado para el 2025, un aumento de 32,27 millones de toneladas respecto de 2024.
En ese contexto se destaca el volumen de producción estimado de soja en Brasil, de 169 millones de toneladas, equivalentes al 40% de la producción total mundial. Y la posibilidad que la Argentina pueda lograr un volumen de producción de 52 millones de toneladas. Se agrega la producción de soja americana, de 121,42 millones de toneladas, con la cosecha ya terminada y guardada en silos de productores.
El tridente conformado por Estados Unidos , Brasil y la Argentina, produce un total de 342,42 millones de toneladas, equivalente al 80% de la producción mundial de soja. Con semejante volumen de producción de la oleaginosa, imposible de ser consumido en su totalidad por la demanda mundial proyectada, se llega a un aumento de las existencias finales por tercer año consecutivo. Las existencias finales de soja para el 2025 se proyectan en 131,87 millones de toneladas, contra 112,16 millones tons en el 2024 y 101,1 mill tons en el 2023. Este aumento de las existencias finales de casi 20 millones de toneladas aparece como el principal factor bajista en el mercado.
Esta situación explica la baja de 126 dólares por tonelada que tuvo la soja en Chicago entre noviembre del 2023 y la tercera semana de Diciembre del 2024. La baja terminó muy pocas semanas después del final de la cosecha de soja en Estados Unidos. Por este motivo, se destaca la suba de US$/t 14 que se está produciendo en Chicago en la tercera semana de diciembre. Esta suba es consecuencia de la resistencia a vender de los farmers americanos en el precio mas bajo de los últimos dos años.
Plano local
En el plano local, el mercado de soja enfrenta un escenario bajista, tanto para la soja disponible como para la soja de la nueva cosecha.
Con respecto a la soja disponible hay todavía sin vender y fijar, 20,392 millones de toneladas, equivalente de 7500 millones de dólares. Hoy el Gobierno tiene a su favor que los productores atesoran en sus manos soja física, disponible, sin vender por un total de 15,5 millones de toneladas. Si agregamos la soja entregada a fijar pendiente de fijar precio por un total de 4,8 millones de toneladas, el total de soja física sin vender y entregada sin fijar , llega a 20,392 millones de toneladas. Así es como se estima que, en términos de ingreso de divisas y considerando un precio FOB puertos argentinos de US$/t 370 para embarque mayo equivale a 7500 millones de dólares.
La pregunta del millón es si los productores están dispuestos a vender la soja disponible durante el verano, o si deciden aguardar el anuncio del Gobierno de “bajar las retenciones a al soja en algún momento del 2025″. Aquí hay que considerar el “inverse” (caída) de 10 dólares por tonelada que muestra el mercado entre el precio de la soja disponible (US$/t 275) y el precio de la soja nueva (265 u$s/ton). Con el riesgo de baja de 20 US$/t n en el precio de la soja Mayo 2025 debido al margen de molienda negativo de la industria aceitera.
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
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