Buenos Aires, lunes 28 octubre (PR/24) — El Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP) resalta la importancia de la carne de pollo como una indiscutida fuente de proteínas. Con tan solo una porción de pollo al día, se cubren prácticamente la mitad de las necesidades proteicas diarias del cuerpo humano.
Sin embargo, además de cubrir la cantidad, se debe prestar atención a la calidad. Las proteínas de la carne de pollo son, para el cuerpo humano, un nutriente de primera. Se las denominan proteínas de alto valor biológico tanto por su fácil digestión y absorción como por su aporte completo de aminoácidos.
Los aminoácidos son las pequeñas moléculas que se unen para formar una proteína. Existen 20 tipos distintos, pero 8 de ellos (9 en el caso de niños y niñas) son esenciales, es decir, debemos incorporarlos a través de los alimentos. La carne de pollo aporta la totalidad de estos aminoácidos.
SE destaca la función de un subgrupo denominado aminoácidos de cadena ramificada (AACR o BCAA, por sus siglas en inglés): leucina, isoleucina y valina.
Los AACR son primordiales para la síntesis de proteínas. Y ganan particular importancia cuando hablamos de la salud de los músculos.
Los músculos no sólo sirven para lucirlos, sino que son fundamentales por su función estructural (como sostén de la columna vertebral, por ejemplo) y también por su relevancia en las funciones metabólicas. Una adecuada cantidad de masa muscular permitirá una mejor salud, controlar mejor las glucemias y aumentar el gasto calórico, entre tantas otras funciones.
De los aminoácidos que aporta la carne de pollo, casi el 40% son de este grupo de AACR. Por lo que se convierte en una aliada para cuidar nuestra masa muscular.
¿Cuándo y cómo comer carne de pollo para cuidar la musculatura?
No hay un momento específico ni una forma en particular de comer pollo para obtener sus beneficios nutricionales. ¡Cualquier momento del día es bueno para disfrutar de las bondades de un rico plato con pollo!
Siempre es importante consumirla en el marco de una alimentación completa y balanceada, ya que de esto depende que los aminoácidos sean bien aprovechados por nuestro organismo
Acerca del Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP): CINCAP es un centro de consulta referente sobre carne de pollo y salud que fue creado en el año 2008.
Buenos Aires, lunes 28 octubre (PR/24) — El gobierno de Javier Milei emitió el Decreto 955/2024 para modificar la normativa sobre la libre elección de obra social de los pequeños contribuyentes, en una medida destinada a ofrecer mayores opciones y transparencia. Una nueva medida que impulsa la continuidad del plan “deep motosierra”.
Con esta nueva disposición, el decreto crea un “Registro de Agentes del Seguro de Salud” en el ámbito de la Superintendencia de Servicios de Salud, donde se inscribirán las entidades de salud habilitadas para cubrir a los pequeños contribuyentes adheridos al Régimen Simplificado.
El Decreto dispone que los afiliados podrán ejercer su opción de obra social cada doce meses y tendrán acceso progresivo a coberturas adicionales como las brindadas por el Sistema Único de Reintegro por Gestión de Enfermedades (SURGE). La norma también determina que los cambios se harán efectivos desde el primer día del mes siguiente a la solicitud, garantizando así la estabilidad en la cobertura médica del grupo familiar del contribuyente.
El registro, que abarca todas las categorías de contribuyentes, busca fortalecer la transparencia y la gestión en el acceso a la cobertura médico-asistencial. El decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial.
Punto por punto detalles del decreto de desregulación obras sociales
El Decreto 955/2024 establece modificaciones clave en los Decretos N° 504/1998 y N° 1/2010 para el régimen de obras sociales destinado a los pequeños contribuyentes adheridos al Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes (RS). Esta medida redefine la política de libre elección de obra social y establece un registro específico para agentes de salud que ofrecen cobertura a este grupo. Entre los principales cambios:
Registro de Agentes de Salud: Se crea un “Registro de Agentes del Seguro de Salud” para entidades que presten servicios a los pequeños contribuyentes. Este registro, bajo la órbita de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), facilita el acceso a opciones más transparentes y eficaces para los contribuyentes.
Libre elección de obra social: El Decreto N° 504/1998, modificado ahora por el Decreto 955/2024, establece que la elección de la obra social por parte de los contribuyentes será efectiva a partir del primer día del mes siguiente a la solicitud. Se establece un periodo mínimo de permanencia de 12 meses en la obra social seleccionada antes de que el afiliado pueda optar por un cambio.
Acceso progresivo a la cobertura: Se especifican los plazos para el acceso a los beneficios del Programa Médico Obligatorio de Emergencia (PMOE) según el tiempo de adhesión al RS. Al cumplir seis meses de permanencia, los beneficiarios acceden a prestaciones adicionales a través del Sistema Único de Reintegro por Gestión de Enfermedades (SURGE), entre otros beneficios.
Transparencia y previsibilidad: Se busca optimizar la administración del sistema y garantizar el acceso equitativo y eficiente para los pequeños contribuyentes al sistema de salud. Asimismo, el decreto asegura que los derechos y obligaciones de los afiliados previos no se verán alterados.
En el 30 aniversario de FERTILIZAR AC, expertos abordaron la relación entre la fertilidad del suelo, los nutrientes y la calidad de los alimentos que consumimos, haciendo hincapié en la necesidad de implementar mejores prácticas agrícolas para lograr alimentos más saludables.
Buenos Aires, 23 de octubre (PR/24) . En el festejo por el 30 aniversario de FERTILIZAR Asociación Civil se realizó un panel titulado “El suelo, los nutrientes y los alimentos: De punta a punta”, moderado por la Ing. Agr. Margarita González, directora regional de Yara Región Sur. El eje conductor fue el concepto de Una Salud (One Health) de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) que promueve transformar el sistema agroalimentario integrando la salud de las personas, animales, plantas y ambiente.
La Ingeniera recordó que también se conmemoraban esa misma semana el Día Mundial de los Fertilizantes -13 de octubre- y el Día Mundial de la Alimentación -16 de octubre-. Sobre este último remarcó que “no solo busca concientizar sobre el problema del hambre en el mundo, sino también promover prácticas agrícolas sostenibles, combatir la desnutrición y garantizar la seguridad alimentaria”, objetivos a los cuales deben arribarse con el correcto uso de tecnologías y la adecuada aplicación de nutrientes a los cultivos.
Del espacio participaron el consultor y especialista en nutrición de cultivos, Dr. Fernando García; el médico nefrólogo y legista, ex Ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Dr. Claudio Zin; y el asesor y productor agropecuario, Ing. Agr. Juan Martín Apollonio. El objetivo fue analizar cómo las decisiones que se toman al momento de sembrar los cultivos pueden impactar en la calidad de los alimentos que consumimos abarcando tres ejes: producción a campo, nutrición de cultivos y nutrición humana.
En este marco, el Dr. García destacó la importancia de la provisión de nutrientes a los cultivos y el resultante balance para el suelo y su impacto sobre la cantidad del alimento producido y sobre el cuidado del recurso natural. “La aplicación de nutrientes representa casi el 50% de los alimentos producidos a nivel mundial. Sin ellos, tendríamos un 50% menos de producción”. El dato resalta el uso de los fertilizantes, especialmente desde la Revolución Verde en los años 60, cuando “permitieron salvar ecosistemas frágiles al incrementar la producción agrícola por unidad de área sembrada”.
En tanto, alertó sobre la crítica situación de los suelos en Argentina, por problemas de erosión, salinización, compactación, pérdida de biodiversidad y desbalances en la nutrición. Para graficarlo apuntó que “Argentina es el país productor de cereales y de oleaginosas con el balance más negativo de fósforo: debemos 6 kilos de fósforo por hectárea cada año”. García afirmó que es necesario un enfoque integral y consciente en el uso de los recursos, para lo cual aseguró que “generar un diagnóstico lote por lote es fundamental para tomar decisiones correctas en el uso de nutrientes, lo que a su vez puede ayudar a desacoplar la producción de sus externalidades negativas”, como excesos en las aplicaciones de fertilizantes.
“Los suelos sanos proveen a cultivos sanos, que producen alimentos sanos para animales sanos y humanidad sana, generando un ambiente y planeta sano”, afirmó. A su vez, aseguró que el diagnóstico es clave y solo a nivel país se analiza un 30% de los lotes/ambientes.
Destacó que existen 17 nutrientes esenciales para las plantas, los cuales son provistos íntegramente por los suelos, excepto el nitrógeno que puede ser provisto por el aire, solamente cuando se trata de especies leguminosas como la soja. Agronómicamente, “hablamos de “hambre crónica” cuando a un suelo, y por ende a un cultivo, le falta un nutriente que implica una marcada caída en la producción. Hablamos de “hambre oculta” cuando es más difícil identificar la deficiencia de un nutriente, un claro ejemplo es la deficiencia de micronutrientes como el zinc”.
“La problemática del uso y manejo de nutrientes debe ser resuelta a través de la integración de todos los actores de la cadena productiva y alimenticia, entre los cuales el sistema científico-tecnológico con INTA, universidades, institutos de investigación, asociaciones de productores y de profesionales juegan un rol fundamental”, concluyó.
A su turno, el doctor Zin, puso el foco en la relación entre la calidad de los alimentos y la nutrición de los cultivos. “Somos lo que comemos”, dijo citando a Hipócrates y advirtió sobre las consecuencias de una alimentación inadecuada, particularmente por el consumo de alimentos ultra-procesados.
Zin puso el ejemplo de la falta de zinc en la dieta humana y apuntó que su aplicación en suelos donde es deficitario mejora la calidad del cultivo y del futuro alimento. “En India, en una investigación, suplementaron caramelos con zinc y se los dieron a un grupo de población de niños de 4 a 8 años durante un año para medir la incidencia de enfermedades respiratorias. Y resultó que el grupo que no había recibido caramelos con zinc agregado era 10 veces más proclive a enfermarse. Por ende, si ustedes (refiriéndose a los agricultores) le ponen zinc a las plantas, evitamos tener que suplementar los caramelos. Esta es la idea”.
El especialista citó una encuesta con datos alarmantes sobre la malnutrición infantil en Argentina, indicando que 3 de cada 4 niños de 4 a 12 años tienen deficiencias en micronutrientes, lo que representa una forma de desnutrición oculta, haciendo una analogía con el hambre oculta o crónica que se menciona en agricultura. “O sea que el 90 % de estos chicos encuestados no come fibras, porque hay un problema de acceso al alimento adecuado y también monotonía en la dieta. Esto hace que se enfermen crónicamente y genera un alto riesgo de vulnerabilidad, y los convierte en adultos que no tienen chances de competir”. Y remarcó que “si mejoramos la calidad del suelo, también mejoramos la calidad de los alimentos que producimos y por ende la salud de la población”.
Finalmente, Juan Martín Apollonio, productor agrícola y asesor privado, destacó la importancia de replantear la forma en que se asesora a los productores sobre el estado de los suelos. “Es fundamental que los técnicos dejen de actuar solo como administradores que buscan maximizar la producción con el mínimo insumo. Lo que hay que hacer es fomentar una mayor comprensión sobre el impacto de las prácticas agrícolas”, dijo.
“La pregunta fundamental que deben hacerse es cuánto se puede aplicar sin afectar la salud del suelo”, insistió. En ese sentido también habló de la necesidad de “romper con la resistencia al cambio”, invitando a los productores a experimentar con prácticas como la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura, así como la necesidad de diagnosticar, evaluar la salud del suelo y proponer tratamientos a largo plazo. “Con perseverancia, y junto con los productores, corroboramos que hace falta un plazo de tiempo para ver los beneficios de una nutrición balanceada y más cerca de los óptimos agronómicos. El primer año cuesta identificarlo, pero al cuarto año los resultados son indiscutidos”.
“Es crucial adoptar un enfoque más integral y flexible que permita restaurar la salud del suelo. A partir de esta charla me quedo algo en claro: quiero producir alimentos sanos”, concluyó.
Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición con orientación en obesidad. Directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF
Buenos Aires, 15 de octubre (PR/24) .- El próximo 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se fundó este mismo día en el año 1945, por lo que cada año aprovechamos esta fecha para la reflexión sobre la importancia de la alimentación saludable y se espera que la misma fomente iniciativas para abordar los problemas de malnutrición en el mundo. Este año, la FAO pretende recordar que la alimentación es un derecho humano básico, su lema “El derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores”, destaca la importancia de la diversidad, la nutrición, la asequibilidad, la accesibilidad, así como la seguridad y la sostenibilidad de los alimentos, concienciando sobre cómo una mayor diversidad de alimentos nutritivos debería estar disponible en nuestros campos, redes de pesca, mercados y en nuestras mesas, en beneficio de todos. Hoy en día, el hambre se ve a menudo agravada por los frecuentes cambios climáticos, las recesiones económicas y los conflictos. El Día Mundial de la Alimentación 2024 busca soluciones para garantizar que todas las personas tengan un acceso suficiente, adecuado y regular a alimentos diversos, seguros y nutritivos, sin dejar a nadie atrás.
Por eso en ésta fecha es ideal para poner atención en 3 elementos… alimento, derecho y futuro.
El tipo de alimentos que consumimos y lo que genera en nosotros, en nuestro cuerpo y mente, es uno de los más grandes aspectos que va a marcar nuestra calidad de vida hoy y mañana. El alimento es nuestro combustible, nuestra materia prima, es un motor para el placer y la conexión con nosotros mismos, es transporte de sustancias que ayudan a sanar o enfermar, pero también es encuentro y sentido de pertenecía, cultura, familia, amigos y momentos. Es tierra, aunque a veces nos alejemos de ello. Es nuestro más grande compañero, lo necesitamos todos los días de nuestra vida… la relación que tenemos con nuestra alimentación es muy importante, es la más larga de todas. Es por todo esto y por mucho más que la alimentación es un derecho.
El derecho a la alimentación significa que los alimentos deben ser adecuados, estar disponibles y ser accesibles para todos en cantidad suficiente y de acuerdo a la cultura de la población. Es un derecho que busca garantizar una vida digna, no solamente prevenir el hambre sino también asegurar la salud y el bienestar de cada persona hoy y de las próximas generaciones.
Aunque actualmente los alimentos abundan, hay muchas personas que no tienen acceso a aquellos que de verdad nos nutren y, para otros, la cantidad de opciones es tanta y la vida pasa tan rápido que no nos detenemos a analizar si estamos eligiendo aquellos que de verdad necesitamos o simplemente los que un sistema quiere que consumamos. Si bien hablar de alimentación es pensar en cubrir necesidades de nutrientes, hoy numerosos intereses económicos se encuentran por delante de las verdaderas necesidades de la gente, esto genera que llevemos a cabo una alimentación insuficiente y no nutritiva causante de hambre y de otras formas de malnutrición como la obesidad.
Los cambios en nuestro patrón alimentario reflejan un desplazamiento de los alimentos frescos, naturales, simples o con un mínimo procesamiento y un aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados, es decir aquellos elaborados industrialmente y que suelen aportar un gran contenido de grasas de mala calidad, azúcar y aditivos. Como dijimos anteriormente, los alimentos deberían satisfacer, no sólo el hambre, sino también nuestras necesidades de nutrientes, asegurándonos salud y bienestar hoy, pero también en un futuro, y el elevado consumo de alimentos de baja calidad nutricional existente en nuestro día a día y su impacto en la salud del planeta se aleja de estos objetivos. No solo la forma en la que producimos, sino también nuestras elecciones de alimentos tienen un alto impacto en nuestros recursos naturales, por ende, en la disponibilidad de alimentos de calidad en los años que se avecinan.
Desde nuestra casa podemos celebrar el Día Mundial de la Alimentación proponiéndonos entender los alimentos que estamos comiendo, si lo que servimos en la mesa nos aporta nutrientes reales y, si a su vez, está ayudando a que las próximas generaciones satisfagan sus propias necesidades. Creo que en otras palabras podemos aceptar la invitación de tratar de que en nuestro día a día prioricemos aquellos alimentos naturales, simples y que tienen un menor impacto en el planeta… frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales, dejando de lado aquellos ultraprocesados y disminuyendo de a poco el consumo de productos de origen animal. Cada uno, desde nuestra realidad y nuestras elecciones alimenticias estamos influyendo en la cadena productiva de alimentos, en los suelos y el clima, en la oferta y demanda de mercado y por ende en lo que llega a la mesa de todas las personas.
La alimentación es un derecho, promover una alimentación saludable que a la vez sea sostenible para prevenir enfermedades, mejorar la salud del mundo y preservar nuestra tierra es un gran desafío, pero con nuestras elecciones podemos ayudar a que el cambio sea real y posible.
Buenos Aires, 10 de octubre (PR/24) .- Es muy común que en Colombia y en el resto del mundo se utilicen muchos huevos en las dietas, debido a que sirven tanto para el desayuno como para el almuerzo, la merienda y la cena. De hecho, ya hay distintos estudios que aseguraron que es un alimento saludable y que se debe dejar de lado la creencia de que era causante del aumento del colesterol malo. En ese marco, también se descubrió cuántas proteínas tiene un huevo y cuántos se debe comer al día para estar sano.
De acuerdo al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, citado por el sitio especializado Men’s Health, hay distintas cantidades de estas macromoléculas de acuerdo al tamaño del alimento. En un huevo tamaño ‘M’ hay 63 calorías y 5,5 gramos de proteína. En tanto, un huevo ‘L’ tiene 72 calorías y 6,3 gramos de proteína. Uno ‘XL’ posee 80 calorías y 7 gramos de proteína. Es evidente que es una cantidad alta y que ayuda a que sea algo muy importante para su salud y su dieta.
Comer huevos cocidos es más saludable
Por otro lado, la doctora Isabel Belaustegui habló en el canal de YouTube de Vida Potencial y aseguró que lo saludable es comer hasta 14 o 21 huevos por semana, sin ningún problema. De hecho, dijo que los hombres pueden consumir hasta 3 huevos por día, y las mujeres dos.
Justamente en medio de la disputa de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, fue el médico del Comité Olímpico Internacional (COI), Jesús Bernardo, quien dijo que entre el 10 y el 35 % de las calorías que incorporamos a nuestro cuerpo deben ser provenientes de las proteínas para que sea saludable. Sin dudas los huevos son fundamentales para eso.
Huevo crudo vs. huevo cocido ¿Cuál es mejor??
Los beneficios que tienen los huevos para nuestra salud además de contener proteínas
Tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), si usted consume al menos un huevo por día tendrá muchos beneficios para su cuerpo. Es que resultan indispensables para reparar las pequeñas roturas fibrilares del músculo, también para el mantenimiento de los huesos. También poseen antioxidantes y ácidos grasos que benefician todo lo que tiene que ver con lo cardiovascular. Los huevos, además, son una gran fuente de vitamina A, E, B2, niacina, hierro, zinc y selenio
Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición con orientación en obesidad. Directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF
Buenos Aires, 25 de septiembre (PR/24) .- El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, oportunidad para detenernos y reflexionar sobre la importancia de cuidar la salud cardiovascular y sobre nuestros hábitos, los cuales pueden ayudar o no a nuestro motor de vida, nuestro corazón.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de millones de muertes al año, la mayoría podrían haber sido evitadas con acciones de cuidado a nuestra salud, en otras palabras… podemos prevenirlas y nuestro estilo de vida es el puntapié inicial para ello. La Organización Panamericana de la Salud afirma que cada año mueren más personas por enfermedades cardiovasculares que por cualquier otra causa, es por ello que los invito a responder juntos algunas preguntas que sirven como punto de partida para reflexionar sobre cómo podemos controlar mejor la salud de nuestro corazón.
Que comemos?
Muchas veces solemos escuchar acerca de los alimentos que debemos evitar para colaborar con nuestra salud cardiovascular, entre ellos, los que son fuente de grasas saturadas y grasas trans, ya que afectan nuestros niveles de colesterol sanguíneo. En este grupo podríamos incluir a las grasas de origen animal, panificados con mucha manteca o grasa, embutidos, snacks, entre otros. Por otro lado, disminuir el consumo de azúcares simples es otra medida clave y por supuesto limitar el consumo de sal de mesa y de sodio en alimentos ultraprocesados. Si bien esto es importante, también necesitamos preguntarnos qué alimentos SI deberíamos consumir con mayor regularidad.
Para tener en nuestro cuerpo aquellas sustancias, vitaminas y minerales necesarias para mantener una buena salud cardiovascular deberíamos llevar a cabo una alimentación rica en:
Pescados con alto contenido de ácidos grasos omega-3 (salmón, sardinas, caballa) u otras fuentes del mismo como nueces, aceite de lino o chía.
Estos son algunos alimentos que podemos preguntarnos si son parte o no de nuestro día a día ya que, en conclusión, una alimentación llena de alimentos reales, saludables y poco procesados es fundamental para cuidar nuestro corazón.
¿Qué bebemos?
Con que nos hidratamos es un aspecto clave para nuestra salud, y por supuesto para nuestro corazón. Nuestro cuerpo es agua, la necesitamos de manera constante para que nuestros órganos funcionen con normalidad. El alcohol no es agua, es una bebida que el cuerpo la reconoce como tóxica y puede dañar el corazón hasta el punto de deteriorar progresivamente su función. Además del alcohol, el consumo de bebidas endulzadas como gaseosas o jugos no es recomendable de manera habitual. Hidratarse con agua o agua saborizada con hiervas y condimentos naturales es una acción de cuidado para nuestra salud.
Y, por último, la copita de vino diaria para ayudar al corazón ha sido un tema controvertido en relación con la salud cardiovascular, les cuento porque… el vino tinto contiene antioxidantes como los polifenoles, en especial el resveratrol, que se relaciona con posibles efectos positivos sobre la salud cardiovascular al mejorar la función de los vasos sanguíneos, aumentar el colesterol “bueno” (HDL) y reducir la inflamación.
Pero para eso no hace falta tomar alcohol, ya que estos efectos se pueden lograr a través de otros alimentos ricos en antioxidantes como frutas y verduras.
La idea de que una copa de vino tinto al día es una “medida de prevención cardiovascular” es una simplificación. No es necesario ni recomendable beber alcohol para cuidar tu corazón, es mucho mejor enfocarse en hábitos de vida saludables.
¿Cuánto ejercicio realizamos?
La actividad física puede ayudar a controlar factores de riesgo para nuestro corazón. Te cuento algunos ejemplos: ayuda a reducir y tratar sobrepeso y obesidad, disminuye la presión arterial, ayuda a mantener los niveles de colesterol y a manejar los niveles de insulina. Todo esto hace que movernos diariamente sea un factor protector para nuestro corazón
¿Como manejamos el estrés?
El estrés es una respuesta natural, pero mantenerlo durante el tiempo, volverlo constante, afecta negativamente nuestra salud. Es una realidad que todos nos enfrentamos al estrés, pero el cómo y cuánto es lo que va a marcar la diferencia.
El estrés crónico es malo para nuestro corazón, colabora con el aumento de la presión arterial y el aumento de los niveles de colesterol en sangre, pero también puede colaborar con que llevemos a cabo otros factores de riesgo como el consumir de alcohol, no descansar bien y el exponernos al tabaco, este último responsable de un gran porcentaje de las enfermedades cardiovasculares. Se deben abordar acciones para que el estrés no acabe afectando a nuestro corazón, fundamentalmente a través de la búsqueda de ayuda profesional para abordar nuestra realidad de la mejor manera posible.
Que el Día Mundial del Corazón sea una excusa para detenernos y reflexionar acerca de cómo cuidamos nuestro corazón, que hacemos para proteger nuestro motor de vida y el de las personas que nos rodean. Nunca es tarde, nuestros hábitos son el camino hacia una realidad futura que, por qué no, puede tener un corazón sano.
TENEMOS GRANDES DEPORTISTAS QUE HACEN SACRIFICIOS ENORMES
Este libro es el resultado de cuatro viajes de su autora, Matilde Fierro, a la parroquia de Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María como la Reina de la Paz desde 1981.
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