“ Hijo, tú estás siempre conmigo ”
“ Hijo, tú estás siempre conmigo ”

Reflexión: ¿”Qué será de los pecadores?” era el gemido nocturno de Santo Domingo. Él comprendió que Jesús, nuestro hermano, el nuevo Adán mató en la cruz la muerte misma, el mal, el pecado mortífero, abriéndonos el camino de vuelta, Él entró en la muerte para que todos pudiéramos volver a la casa del PADRE, al Paraíso.

“ José hizo lo que le había mandado el Señor. ”
“ José hizo lo que le había mandado el Señor. ”

Reflexión: Como San José, ¿en qué aspectos de mi vida estoy llamado a confiar en Dios sin tener todas las respuestas?
En mi familia, en mi trabajo o en mi comunidad, ¿cómo puedo reflejar la fidelidad y el amor silencioso de San José?

¿Cuido la presencia de Dios en mi vida con la misma ternura con la que José cuidó a Jesús?

“Recuerda que recibiste tus bienes en tu vida”
“Recuerda que recibiste tus bienes en tu vida”

Reflexión: En el Evangelio de hoy vemos cómo el uso de la riqueza es el signo que separa dos mundos: uno representado por Epulón y otro representado por Lázaro; el mundo de la sobreabundancia por un lado y el mundo que apenas sobrevive con las migajas.